Conciliaci¨®n, la asignatura pendiente lastrada por la pandemia
La idea de que el teletrabajo forzoso pod¨ªa suponer un gran salto para avanzar en el reparto de tareas del hogar y cuidados entre hombres y mujeres no se ha hecho realidad. El sistema necesita medidas para regular horarios, fomentar la natalidad y la igualdad
La pandemia ni nos ha hecho mejores personas en general, como algunos pregonaron al principio del confinamiento, ni m¨¢s conscientes de que la conciliaci¨®n es un derecho fundamental y personal establecido por la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Estar obligatoriamente encerrados en casa durante meses se vio como una oportunidad para que los hombres ¨Dque, como se empe?an en demostrar los datos, son los ...
La pandemia ni nos ha hecho mejores personas en general, como algunos pregonaron al principio del confinamiento, ni m¨¢s conscientes de que la conciliaci¨®n es un derecho fundamental y personal establecido por la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Estar obligatoriamente encerrados en casa durante meses se vio como una oportunidad para que los hombres ¨Dque, como se empe?an en demostrar los datos, son los menos implicados en los cuidados familiares y en las labores dom¨¦sticas¨D se enfrentaran a la realidad diaria de las tareas del hogar. Y parec¨ªa la ocasi¨®n para que el teletrabajo forzoso se convirtiera en un laboratorio en el que m¨¢s empresas, en aquellos puestos donde es posible, comprendieran que el trabajo a distancia redunda en empleados m¨¢s implicados que no tienen que calentar asientos en las oficinas para ser productivos. Pero un a?o y medio despu¨¦s, la conciliaci¨®n sigue siendo una asignatura pendiente a la que, seg¨²n los expertos, le queda un largo camino por recorrer pese a ser una imperiosa necesidad social que exige decisiones pol¨ªticas y empresariales que la saquen de la esfera privada.
Los datos oficiales m¨¢s recientes sobre conciliaci¨®n son los publicados por el Ministerio de Igualdad y corresponden al ¨²ltimo trimestre de 2020, ya despu¨¦s del confinamiento domiciliario. Muestran con contundencia qui¨¦nes soportaron las tareas del hogar y los cuidados: el 94% de los trabajadores que pidieron reducciones de jornada por cuidado de hijos o mayores fueron mujeres, porcentaje id¨¦ntico al del mismo trimestre de 2019, antes de la pandemia. Las mismas que tambi¨¦n son mayor¨ªa ¨Dun 74,37%¨D en el c¨®mputo total de empleados a tiempo parcial, que incluye a los que no han logrado un empleo a tiempo completo. Entre quienes piden una excedencia por cuidado de hijos, el 89% son mujeres. A pesar de que el ministerio reconoce que a¨²n deben profundizar en los estudios para ver qu¨¦ ha pasado en 2021, Alba Gonz¨¢lez, asesora de Igualdad, afirma: ¡°Todo apunta a que la sobrecarga y roles han ca¨ªdo de nuevo del mismo lado. Las pocas encuestas que han salido retratan a mujeres haciendo malabares y trabajando con los ordenadores por la noche. Desmonta un poco el mito del teletrabajo como soluci¨®n para todo. El diagn¨®stico es claro: se ha visto riesgo de retroceso en general y la sobrecarga para la mujer sigue. El confinamiento solo ha hecho estallar crisis previas que ya exist¨ªan¡±.
Laura Baena, presidenta del Club de Malasmadres, se aferra a los datos de una encuesta promovida por su organizaci¨®n publicada en febrero de este a?o: ¡°Una de cada cuatro mujeres ha renunciado a todo o parte de su empleo durante la pandemia para poder cuidar a los suyos¡±, asegura. Y a?ade cifras similares a las publicadas por Igualdad: ¡°Seg¨²n la encuesta, m¨¢s del 90% de las reducciones de jornada siguen teniendo nombre de mujer, las excedencias las piden mayoritariamente mujeres y el teletrabajo, sin una regulaci¨®n con perspectiva de g¨¦nero y flexibilidad, lo ¨²nico que ha hecho es trasladar a esta modalidad los derechos y problemas de los trabajadores presenciales. Por eso hay que forzar leyes que act¨²en como palanca de cambio¡±.
Nuria Chinchilla, profesora del IESE y de la c¨¢tedra Mujer y Liderazgo, cree que la pandemia s¨ª ha podido servir para cambiar algo las cosas: ¡°Hemos realizado un avance importante en el tema de la conciliaci¨®n porque el confinamiento, que ha sido muy duro, ha permitido a los hombres darse cuenta de lo que significa el trabajo del hogar y los cuidados de hijos y mayores. El teletrabajo no es v¨¢lido para todos, pero las empresas que pueden aplicarlo y quieren volver al trabajo presencial 100%, es como si volvieran al siglo XX¡±.
Baena asegura que el enfoque de Chinchilla le parece v¨¢lido, pero solo para una minor¨ªa, ¡°un mundo de hombres directivos bastante alejado de la realidad social, que es lo mismo que les pasa a los pol¨ªticos de este pa¨ªs¡±. Ella asegura: ¡°A m¨ª lo que me llega no es esa visi¨®n. Los estudios dicen que si invirti¨¦ramos en conciliaci¨®n y corresponsabilidad ser¨ªa muy rentable en el futuro a nivel social. Pero no interesa porque para conseguirlo hay que mover estructuras de poder y sigue siendo m¨¢s f¨¢cil invisibilizar a la mujer, que seamos nosotras las que renunciemos porque juegan con algo tan duro como es tener que elegir entre los hijos y la carrera profesional¡±, dice.
A Octavio Salazar, catedr¨¢tico de Derecho Constitucional de la Universidad de C¨®rdoba e integrante de la Red Feminista de Derecho Constitucional, observar las consecuencias del confinamiento le dio para un libro, La vida en com¨²n: los hombres que deber¨ªamos ser despu¨¦s del coronavirus. Su principal conclusi¨®n es que el g¨¦nero masculino deber¨ªa plantearse la conciliaci¨®n, la corresponsabilidad y la igualdad como ¡°una inversi¨®n en valores para sus vidas¡±. ¡°En el paradigma masculino¡±, explica, ¡°lo m¨¢s importante es el trabajo, ser productivo, competitivo. Pero lo que realmente da sentido a la vida es todo eso a lo que los hombres no le damos valor, eso que desde el feminismo se llama sostenibilidad de la vida¡±.
Jos¨¦ Luis Casero, presidente de ARHOE, Comisi¨®n Nacional para la Racionalizaci¨®n de los Horarios Espa?oles, apostilla: ¡°Hay un tiempo para trabajar, pero tambi¨¦n debe haber un tiempo digno para hacer con ¨¦l lo que te d¨¦ la gana¡±. Y a?ade: ¡°Con eso todos los pol¨ªticos est¨¢n de acuerdo, aunque al final siempre hay una excusa, ll¨¢male Catalu?a o la pandemia, que pone palos en las ruedas y te hace preguntarte c¨®mo no son capaces de trabajar en varias l¨ªneas a la vez¡±. Casero vuelve a tirar de cifras: ¡°Nuestra asociaci¨®n ha hecho una encuesta con datos demoledores: el titular es que con el confinamiento los varones han entrado en casa y se ha puesto en valor su trabajo frente al de las mujeres. El 72% de los encuestados ha se?alado la falta de corresponsabilidad y que las mujeres trabajan el doble para atender a menores y dependientes. El confinamiento estricto y flexible ha significado una visibilidad mayor de esa desigualdad dentro del reparto de tareas. Es evidente que algo se tiene que hacer desde el punto de vista pol¨ªtico para sensibilizar y revertir esos h¨¢bitos sociales, porque cambiarlos cuesta, pero no es imposible¡±.
Riesgo de retroceso general
Alba Gonz¨¢lez, asesora del Ministerio de Igualdad, confirma que el confinamiento ha dado un diagn¨®stico claro: la sobrecarga para la mujer sigue y se ha visto un riesgo de retroceso en general. ¡°Esto va m¨¢s all¨¢ de nuestro ministerio, es un engranaje complejo¡±, se?ala. Su departamento ha puesto en marcha el llamado Plan Corresponsables, con 190 millones de euros para crear una red p¨²blica de cuidados profesionales que atienda a menores de 14 a?os mientras sus madres trabajan. ¡°Este es el primer a?o y la idea es fortalecerlo econ¨®micamente para garantizar una cobertura universal¡±, dice Gonz¨¢lez, que a?ade que se est¨¢n realizando campa?as espec¨ªficas dirigidas a los hombres. ¡°Todav¨ªa no tenemos datos de que el cambio est¨¦ siendo profund¨ªsimo, hay que empujarlo¡±.
Empuje es precisamente lo que reclaman todas las voces preocupadas por el ya viejo tema de la conciliaci¨®n. La de Jos¨¦ Luis Casero es una de ellas: ¡°En 2017, cuando era ministra de Trabajo F¨¢tima B¨¢?ez, propuso un Pacto de Estado de Conciliaci¨®n. Tuvieron dos a?os de mayor¨ªa absoluta y no avanzaron nada. Carmen Calvo ¨Dque fue vicepresidenta primera y ministra de la Presidencia hasta el pasado 12 de julio¨D tambi¨¦n se refiri¨® a lo mismo y a la regulaci¨®n de los horarios en una inauguraci¨®n a la que asistimos juntos, pero seguimos igual. Ese plan de Estado o nacional de conciliaci¨®n y horarios racionales se debe hacer. Si logramos que mucha gente salga a las cinco de la tarde de trabajar, ir¨¢n al comercio antes y lo mismo ocurrir¨¢ con la hosteler¨ªa, las actividades de ocio, y los trabajadores de esos sectores se ver¨¢n beneficiados indirectamente¡±.
¡°Estamos haciendo un mundo que no es sostenible¡±, resume Octavio Salazar. ¡°Muchas mujeres quieren tener hijos, pero, ?quieren hacerlo en las condiciones de un sistema tan exigente desde el punto de vista productivo? Estamos construyendo una sociedad de espaldas a las necesidades de la vida¡±, a?ade.
Laura Baena pide: ¡°Debe haber un cambio global del mercado laboral y la manera de trabajar¡±. Y contin¨²a: ¡°Es fundamental apostar por las jornadas intensivas con horario flexible, incentivar fiscalmente a las empresas que lo promuevan y que la conciliaci¨®n sea un derecho por ley. Lo que hay que hacer es tomar medidas para incentivar y evitar que siga cayendo la tasa de natalidad. Y en este sentido te dir¨¦ que conf¨ªo m¨¢s en lo que est¨¢n haciendo algunas empresas que est¨¢n dando pasos m¨¢s all¨¢ de lo que marca el Gobierno y empujan a otras a seguir su ejemplo¡±.
Medidas en las empresas
Un ejemplo de avance en conciliaci¨®n es la empresa Danone, que ya en el a?o 2000 institucionaliz¨® a nivel mundial medidas espec¨ªficas dentro de la compa?¨ªa. En Espa?a, por ejemplo, su convenio reconoce dos semanas adicionales por permiso de maternidad/paternidad, horario flexible de entrada y salida, ayudas de guarder¨ªa, ayudas para estudios y cuidados de hijos hasta los 18 a?os, entre otras. Patricia Oliva, directora general de su divisi¨®n de Nutrici¨®n Especializada, hace hincapi¨¦ en sus beneficios: ¡°El grado de compromiso del empleado est¨¢ muy por encima de la media porque se sienten cuidados. Mantener el equilibrio entre trabajo y vida personal es muy importante, entre otras cosas porque alimentar la mente y tenerla abierta es bueno para la creatividad y revierte en el trabajo, pero tambi¨¦n porque la gente est¨¢ m¨¢s fresca, con m¨¢s ganas de trabajar y sin perder el tiempo¡±.
Entre sus directivos, el 61% son madres, lo que significa, como apunta Oliva, que si Danone fuera un pa¨ªs estar¨ªa un 30% por encima de la media de la tasa de natalidad. Nuria Chinchilla apunta: ¡°Tenemos que mirar lo que ha conseguido Hungr¨ªa en los ¨²ltimos 10 a?os por sus pol¨ªticas p¨²blicas de apoyo a la maternidad¡±, donde la tasa de fecundidad ha pasado de 1,23 a 1,55 hijos por mujer. ¡°Cosas tan gordas como que si tienes tres hijos ya no pagas IRPF durante toda tu vida o que se pueden pedir excedencias hasta de dos a?os con el sueldo ¨ªntegro. Esto es invertir en futuro¡±, prosigue.
Pero tambi¨¦n hay decisiones que tomar a nivel personal. Chinchilla aconseja a las mujeres delegar: ¡°Hay que saber dejar espacio para los hombres y tiempo para que aprendan lo que tengan que aprender. Ver d¨®nde eres imprescindible y delegar todo lo delegable. Es lo mismo que cuando hablamos de los clientes 80/20; el 20% de los clientes te dan el 80% del negocio, pues el 20% de tus acciones te dan el 80% de los resultados en todos los ¨¢mbitos de la vida. Entonces lo primero es mirar todos los roles que tienes, despu¨¦s valorar en cada uno de ellos el 20% de cosas que no puede hacer nadie m¨¢s que t¨², y todo el resto de cada ¨¢rea delegarlo¡±.
Octavio Salazar a?ade otro aspecto: ¡°El discurso de la desubicaci¨®n masculina es ya antiguo. Hay que partir de que la igualdad y la corresponsabilidad colocan a los hombres en una situaci¨®n de p¨¦rdida de poder y dominio y ha habido y va a haber mucha resistencia a ese cambio. Los hombres debemos cuestionarnos a nosotros mismos y aceptar lo que se gana perdiendo poder y privilegios. Por eso son importantes las pol¨ªticas dirigidas a varones m¨¢s j¨®venes, porque se ha avanzado mucho en empoderar a las chicas, pero no se ha trabajado lo suficiente en los modelos que se esperan de los hombres¡±.