La honestidad period¨ªstica
El compa?ero Antonio Franco era un compendio de equilibrio y humildad. Ning¨²n poder pol¨ªtico o econ¨®mico se hab¨ªa atrevido a forzarle la mano
Ha sido un resistente hasta con su enfermedad. Ha batido todos los pron¨®sticos m¨¦dicos. As¨ª era Antonio Franco, un combatiente en pleno sentido de la palabra. A pesar de lo esperado, ¡°se nos ha ido demasiado deprisa¡±, como recordaba el viernes su compa?era de vida, Myl¨¨ne Bigat¨¤, hija de un maestro de la Rep¨²blica, innovador pedag¨®gico, exiliado y miembro de la resistencia francesa.
En este oficio tan proclive a las arbitrariedades y a los protagonismos desmedidos como dec¨ªa nuestro querido Agust¨ª Fancelli, el com...
Ha sido un resistente hasta con su enfermedad. Ha batido todos los pron¨®sticos m¨¦dicos. As¨ª era Antonio Franco, un combatiente en pleno sentido de la palabra. A pesar de lo esperado, ¡°se nos ha ido demasiado deprisa¡±, como recordaba el viernes su compa?era de vida, Myl¨¨ne Bigat¨¤, hija de un maestro de la Rep¨²blica, innovador pedag¨®gico, exiliado y miembro de la resistencia francesa.
En este oficio tan proclive a las arbitrariedades y a los protagonismos desmedidos como dec¨ªa nuestro querido Agust¨ª Fancelli, el compa?ero Franco era un compendio viviente de honestidad, equilibrio y humildad.
Ning¨²n poder pol¨ªtico o econ¨®mico se hab¨ªa atrevido a forzarle la mano. Y sab¨ªa guardar silencio. Nadie supo que uno de los principales anunciantes del pa¨ªs cort¨® la publicidad durante m¨¢s de un a?o a El peri¨®dico de Catalunya en los a?os dif¨ªciles de la Transici¨®n sin que el peri¨®dico dejara de informar.
Franco cre¨® peri¨®dicos porque supo forjar equipos. Se fiaba plenamente de sus periodistas a los que sab¨ªa transmitir confianza, especialmente a los reci¨¦n llegados y sin historial profesional. La regla era sencilla: trabajo, rigor y verificaci¨®n. Jam¨¢s presumi¨® de intelectual, ni de cultura, ni de saberes especiales, con la excepci¨®n de sus pasiones deportivas. Su inteligencia natural y conocimiento de lo que ocurr¨ªa y necesitaba este pa¨ªs lo demostraba cada d¨ªa con una maestr¨ªa intachable.
Sab¨ªa empatizar con los periodistas m¨¢s comprometidos y al mismo tiempo con los empresarios como Antonio Asensio y Jes¨²s de Polanco para que confiaran en sus proyectos. En El peri¨®dico de Catalunya y EL PA?S ha dejado una huella ejemplar. S¨®lo una persona con una intuici¨®n como la suya pod¨ªa haberse inventado una secci¨®n como ¡°Las cosas de la vida¡±, en lugar de las m¨¢s convencionales, como sociedad o econom¨ªa. Su prop¨®sito era acercar las noticias a los ciudadanos y crear nuevos lectores. Le gustaba el periodismo de investigaci¨®n como demostr¨® el d¨ªa que a las seis de ma?ana se calz¨® las botas para explorar en un laboratorio clandestino de f¨¢rmacos prohibidos para el ganado.
Parec¨ªa que hab¨ªa nacido para director. Sab¨ªa encontrar la complicidad de los periodistas a los que exig¨ªa el m¨¢ximo. Sus redacciones ten¨ªan un cemento que fortalec¨ªa las relaciones humanas. Sus amigos lo eran de por vida como lo fueron los a?orados Xavier Batalla y Carlos P¨¦rez de Rozas, que siempre estaban en sus conversaciones. Antonio se va, pero deja las mejores ense?anzas.