Fin de semana en La Palma: lleno por volc¨¢n
La afluencia de visitantes para contemplar la erupci¨®n colapsa los hoteles y molesta a los vecinos. La industria tur¨ªstica local avisa, sin embargo, de que esta alta ocupaci¨®n es solo ¡°una ayuda¡± y que las perspectivas son malas a corto plazo
Una fila de veh¨ªculos aparcados llena el lateral de la diminuta Calle Tajuya. Un turista, incluso, ha aparcado su coche en el acceso al garaje de una casa de planta baja en el barrio de Tacande, en Los Llanos de Aridane, a pesar de ser una zona de acceso restringido a vecinos. Hace poco m¨¢s de un mes esa era una zona tranquila. Ahora, a pocos metros, la Parroquia La Sagrada Familia se ha convertido en el epicentro tur¨ªstico del volc¨¢n de La Palma, y los curiosos buscan cualquier rinc¨®n para dejar sus co...
Una fila de veh¨ªculos aparcados llena el lateral de la diminuta Calle Tajuya. Un turista, incluso, ha aparcado su coche en el acceso al garaje de una casa de planta baja en el barrio de Tacande, en Los Llanos de Aridane, a pesar de ser una zona de acceso restringido a vecinos. Hace poco m¨¢s de un mes esa era una zona tranquila. Ahora, a pocos metros, la Parroquia La Sagrada Familia se ha convertido en el epicentro tur¨ªstico del volc¨¢n de La Palma, y los curiosos buscan cualquier rinc¨®n para dejar sus coches de alquiler. Una mujer en la treintena grita al turista para que retire el veh¨ªculo. Y este se niega. ¡°Si no quiere que le aparquen, pague un vado¡±, asegura pese a haberse saltado la prohibici¨®n policial de acceso.
El turismo de fin de semana para ver el volc¨¢n llena las calles y los locales de la isla, logra que los hoteles cuelguen el cartel de completo y que no queden plazas en los vuelos que aterrizan o los ferris que llegan, sobre todo, del Puerto de Los Cristianos (Tenerife). Es el caso de tres hermanas de Tenerife, quienes han acudido con su madre a ver el fen¨®meno natural. Aseguran no querer promover el turismo volc¨¢nico, pero no han podido resistirse a ver de cerca el fen¨®meno que ha ocasionado el desastre. Recogen restos de ceniza y los introducen en una bolsa; quieren conservar un trozo de la, por ahora, tierra m¨¢s nueva del planeta. ¡°Toda la vida nos han explicado en el colegio que habitamos tierras volc¨¢nicas, pero nunca pensamos que lo vivir¨ªamos¡±, dice Candela, la mayor, de 26 a?os. Desde el coche su madre les advierte: ¡°P¨®nganse las gafas protectoras, est¨¢ lloviendo ceniza¡±.
La imagen que ofrecen estos llenos de fin de semana, sin embargo, resulta enga?osa. La cantidad de plazas hoteleras que la isla de La Palma pone a disposici¨®n de los turistas, para empezar, se ha reducido dr¨¢sticamente tras la covid. Los datos oficiales ofrecidos por el Instituto Canario de Estad¨ªstica dibujan un fr¨ªo panorama: el n¨²mero de camas disponibles en enero de 2020 superaba las 8.000, y la cifra actual apenas asciende a 4.855. ¡°Hay muchos establecimientos que han cerrado¡±, explica Carlos Garc¨ªa Sicilia, vicepresidente de la patronal Ashotel en La Palma y gerente de la Hacienda San Jorge, en Los Cancajos (este de la isla). De los 123 establecimientos abiertos en marzo de 2020, apenas quedan 49 en la actualidad. ¡°La consecuencia: se ha reducido bastante la oferta¡±, sentencia Garc¨ªa Sicilia.
Entre los hoteles no disponibles para los turistas est¨¢ el Hotel Princess, que actualmente se usa para albergar a 439 desplazados por el volc¨¢n. Peor lo tiene el Meli¨¢ Sol, construido en 1990, ubicado en Puerto Naos. Esta localidad tur¨ªstica de Los Llanos de Aridane fue desalojada el mismo domingo 19 de septiembre. Entre los evacuados, los 500 turistas que se hospedaban en el hotel, al que la lava acecha a un kil¨®metro aproximado de distancia. ¡°No estamos cerrados, estamos evacuados¡±, matiza no sin sorna su director general, S¨¦bastien Brou¨¦.
¡°Ahora mismo estamos en la gesti¨®n de la urgencia y trabajando de forma activa en maneras de ayudar a nuestros 110 empleados [para los que ha abierto una l¨ªnea de atenci¨®n psicol¨®gica], a la isla y pensar el d¨ªa de despu¨¦s¡±, relata Brou¨¦. La cadena ha realojado a clientes y personal evacuado en sus hoteles del sur de Tenerife y trata de ayudar con la gesti¨®n del desastre. ¡°La emergencia ahora est¨¢ con los damnificados. Tratamos de ayudar donando toda la comida del Hotel Sol y prestando ocho cocineros a la ONG de Jos¨¦ Andr¨¦s¡±. World Central Kitchen, la organizaci¨®n fundada por el chef espa?ol, trabaja en la isla desde el pasado 23 de septiembre cocinando tanto para las comunidades afectadas como para los equipos de emergencias.
Menor demanda
No solo es la oferta la que se ha reducido. Tambi¨¦n la demanda, a pesar de lo que puedan indicar los llenos de fin de semana. ¡°A lo largo de la semana estamos entre un 30% o 40% de ocupaci¨®n¡±, detalla Garc¨ªa Sicilia, lo que significa que se trabaja ¡°en p¨¦rdidas¡±. El gran problema, los turoperadores, que aportan el 90% de la clientela en la temporada alta. ¡°Nos est¨¢n cancelando viajes por la inseguridad que provoca la conectividad a¨¦rea¡±, asegura Garc¨ªa Sicilia. Condor, explica el directivo, acaba de cancelar todas sus operaciones con la isla hasta nuevo aviso. As¨ª las cosas, ¡°las perspectivas son una inc¨®gnita¡±, afirma. ¡°Depende de lo que dure el volc¨¢n¡±.
El que aportan los turoperadores es, en realidad, el turista m¨¢s rentable para el sector y el que garantiza ocupaciones en invierno. ¡°El que viene los fines de semana no gasta tanto¡±, asegura Mar¨ªa, la sonriente dependienta de uno de los hipermercados que jalonan la LP-3, la carretera que une Santa Cruz de La Palma y El Paso. ¡°El turismo circunstancial supone una ayuda, claro¡±, confirma Garc¨ªa Sicilia, ¡°pero no soluciona nuestros problemas¡±, a?ade, y reclama al Gobierno m¨¢s celeridad con las ayudas.
Es de noche, y la calle de pubs del centro de Los Llanos est¨¢ repleta de aut¨®ctonos y turistas. En un restaurante argentino del centro de la ciudad, un grupo de amigos que ha viajado desde Tenerife se divide en dos: unos se van a ver el volc¨¢n y otros en busca de un gin tonic. ¡°Ser¨ªa un pecado no venir teni¨¦ndolo tan cerca¡±, cuenta Manuel, profesor de arte de 48 a?os. ?l y una amiga han alquilado un apartamento en una calle cercana por 35 euros la noche. A pesar del ¡°pecado¡± que supone no ver la erupci¨®n de noche, ¨¦l y su amiga se van con el grupo que ha elegido los gin tonics.