35 a?os de lucha LGTBI de Lambda: ¡°Hemos conquistado muchos espacios pero el discurso del odio est¨¢ muy vivo¡±
Coordinadores del colectivo valenciano, el m¨¢s longevo de Espa?a, celebran una normalizaci¨®n que muchos ni pod¨ªan imaginar, pero alertan de la institucionalizaci¨®n de la extrema derecha
Lambda era como un oasis. Un refugio donde poder ser uno mismo, como sucedi¨® con otros colectivos similares surgidos en la Espa?a de los a?os ochenta. La principal raz¨®n de su existencia era la reivindicaci¨®n de los derechos de las personas LGTBI+, pero hab¨ªa tambi¨¦n quien se apuntaba para poder cambiarse de ropa en el peque?o local porque en su entorno no se atrev¨ªa a vestirse como quer¨ªa, quie...
Lambda era como un oasis. Un refugio donde poder ser uno mismo, como sucedi¨® con otros colectivos similares surgidos en la Espa?a de los a?os ochenta. La principal raz¨®n de su existencia era la reivindicaci¨®n de los derechos de las personas LGTBI+, pero hab¨ªa tambi¨¦n quien se apuntaba para poder cambiarse de ropa en el peque?o local porque en su entorno no se atrev¨ªa a vestirse como quer¨ªa, quien llegaba por consejo de alg¨²n m¨¦dico abierto de la ¨¦poca, quien entraba captado por su activismo estudiantil, quien solo quer¨ªa informaci¨®n o quien simplemente buscaba rollo en un ambiente seguro.
Al principio, solamente hab¨ªa hombres homosexuales, recuerdan Luisa Notario, Ximo C¨¢diz y ?lec Casanova, hist¨®ricos coordinadores de Lambda, el colectivo valenciano por la diversidad sexual, de g¨¦nero y familiar que este s¨¢bado celebr¨® su 35? aniversario. Inscrito en 1986, es el m¨¢s longevo de Espa?a y uno de los m¨¢s activos en la constituci¨®n y funcionamiento de la federaci¨®n nacional, apuntan los responsables de la entidad que echan la vista atr¨¢s para hacer balance de una batalla compartida cada uno desde sus vivencias personales.
Luisa Notario, de 53 a?os, fue la primera mujer coordinadora de Lambda (entre 2004 y 2009). Recuerda el proceso complicado de anunciar a su familia su lesbianismo. Ten¨ªa 29 a?os. ¡°Mi madre se puso a llorar, se echaba la culpa, ¡®algo habremos hecho mal¡¯. Pero lo m¨¢s llamativo fue la reacci¨®n de mi padre. Yo siempre fui una ni?a buena. Y, sin embargo, mi padre coment¨®; ¡®a partir de ma?ana que no se te ocurra venir borracha¡¯. Le contest¨¦ que era la misma persona que el d¨ªa anterior¡±, recuerda sonriendo Notario, de Burjassot, ahora concejal de Gesti¨®n de recursos del Ayuntamiento de Valencia, por Comprom¨ªs. M¨¢s tarde tuvo el apoyo incondicional de su familia.
La madre de Ximo C¨¢diz, de 49 a?os, ya ¡°lo sab¨ªa¡±, pero su padre rompi¨® a llorar. Ten¨ªan un supermercado. ¡°A los padres es como si se les hiriese en su masculinidad. Yo estaba m¨¢s a gusto saltando a la comba con las chicas que jugando al f¨²tbol en los solares de Paterna. Ya estaba estigmatizado en el barrio como mariquita¡±, explica el t¨¦cnico municipal de Juventud de Mislata y responsable de Lambda entre 2001 y 2004. Pas¨® del activismo de las revueltas estudiantiles de 1986 a militar en el colectivo y ¡°salir del armario¡±.
¡°Yo soy un hombre trans¡±, dice ?lec, maestro de Primaria de 51 a?os. ¡°Empec¨¦ a buscar herramientas para contar lo que me pasaba pero no encontraba. El ¨²nico referente trans en Espa?a era Bibiana Fern¨¢ndez, pero no para m¨ª, porque era hombre. Hasta que en 1994 voy al Reino Unido de Erasmus y me informo. Y me entero de familias con menores que se van a un hospital de Holanda y all¨ª voy a conocer al m¨¦dico Jos Megens. Me present¨® gente trans, me qued¨¦ en su casa. Pero me entr¨® una depresi¨®n y volv¨ª a casa, a Sueca. En Valencia fui al sex¨®logo Vicent Bataller, con el que empec¨¦ una psicoterapia y uno de los deberes era conocer a m¨¢s trans, a gente interesante¡±. As¨ª entr¨® en Lambda, que coordin¨® entre 2017 y 2019, y conform¨® y consolid¨® el grupo trans del colectivo, en el que antes apenas hab¨ªa hombres trans.
Los tres coordinadores destacan los grandes avances logrados en los ¨²ltimos 35 a?os gracias a la lucha reivindicativa. ¡°Los medios de comunicaci¨®n empiezan a reflejar la realidad, sin la estigmatizaci¨®n de antes en espacios de consumo masivo. Somos m¨¢s visibles, en el cine, en la tele¡±, apunta C¨¢diz. ¡°Internet ha superado nuestras expectativas para que la gente tenga conocimiento e informaci¨®n. Ojal¨¢ hubiera tenido yo internet cuando era joven¡±, interviene ?lec. ¡°Ha contribuido mucho el respaldo legal. La ley del matrimonio igualitario fue una explosi¨®n de visibilidad, y enorme en lo micro y en lo macro, en las familias, en las empresas. Las leyes reconoc¨ªan un estatus de ciudadan¨ªa que no ten¨ªamos¡±, sostiene Notario.
El hito de las leyes
Los tres coinciden en que el cambio de paradigma se produce con la ley de 2005 y tambi¨¦n con la del cambio de registro para las personas trans de 2007, aprobadas por el Gobierno del socialista Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. ¡°Las leyes son imprescindibles. Ocupamos espacios en los que antes ni sol¨ªamos ser visibles ni muchos incluso se pod¨ªan imaginar. ?Alguien se pod¨ªa imaginar hace unas d¨¦cadas que Marlaska, un se?or homosexual que no lo esconde, sea el jefe de la Guardia Civil en Espa?a?. Tengas la opini¨®n que tengas de la pol¨ªtica del ministro de Interior [Fernando Grande-Marlaska]¡±, comenta C¨¢diz.
¡°Hemos conquistado muchos espacios que ni hab¨ªan imaginado en sus peores sue?os: maricas y boyeras en la polic¨ªa... Pero el discurso del odio tambi¨¦n est¨¢ muy vivo por la institucionalizaci¨®n de la extrema derecha. Es muy peligroso y no solo para nosotros. Quien hace unos a?os se com¨ªa su LGTBfobia porque no era pol¨ªticamente correcta, ahora tiene un respaldo¡±, apostilla. ¡°S¨ª, al mismo tiempo que se ha producido una normalizaci¨®n en la sociedad de las personas LGTBI, otra gente se ha enganchado al crecimiento de la ultraderecha. Es un mensaje que ven¨ªa de antes, de un sector de la jerarqu¨ªa cat¨®lica dur¨ªsimo. Yo trabajo con j¨®venes y algunos se sienten legitimados ahora a no contestar a ese mensaje de intolerancia¡±, se?ala C¨¢diz.
?lec introduce otro elemento: ¡°Hemos ganado mucho con las leyes, pero se sigue sin erradicar la transfobia porque hace falta mucha educaci¨®n. Por eso, venimos pidiendo una asignatura de educaci¨®n afectivo-sexual¡±. ¡°O educaci¨®n en la diversidad¡±, sugiere Notario. Tal vez as¨ª la psic¨®loga que deb¨ªa darle la baja por depresi¨®n al maestro de Sueca no le hubiera despachado con el comentario: ¡°Ya se te pasar¨¢ la tonter¨ªa¡±. ¡°Este planteamiento no dista mucho del que defiende un sector feminista que opina que esto de los trans es como de capricho, una moda¡±, se?ala C¨¢diz, entrando en otro debate entre los colectivos LGTBI y el feminismo, ¡°hist¨®ricos aliados¡±.