El Papa condena la violencia machista: ¡°Basta, herir a una mujer es ultrajar a Dios¡±
En la primera misa del a?o en el Vaticano, el pont¨ªfice Francisco ha reivindicado el papel de las mujeres en la Iglesia
El papa Francisco ha dedicado la primera petici¨®n del a?o a denunciar la violencia machista y a reivindicar el papel de las mujeres en la Iglesia. ¡°Cu¨¢nta violencia hay contra las mujeres. Basta, herir a una mujer es ultrajar a Dios, que tom¨® la humanidad de una mujer, no de un ¨¢ngel, no, directamente de una mujer¡±, ha clamado el Pont¨ªfice. Y ha demandado a los fieles que trabajen para ¡°promover a las madres y proteger a las mujeres¡±, ya que ¡°las ...
El papa Francisco ha dedicado la primera petici¨®n del a?o a denunciar la violencia machista y a reivindicar el papel de las mujeres en la Iglesia. ¡°Cu¨¢nta violencia hay contra las mujeres. Basta, herir a una mujer es ultrajar a Dios, que tom¨® la humanidad de una mujer, no de un ¨¢ngel, no, directamente de una mujer¡±, ha clamado el Pont¨ªfice. Y ha demandado a los fieles que trabajen para ¡°promover a las madres y proteger a las mujeres¡±, ya que ¡°las madres dan la vida y las mujeres conservan el mundo¡±.
La Iglesia cat¨®lica dedica la primera misa del a?o a Santa Mar¨ªa, Madre de Dios. Francisco, siguiendo la senda de sus predecesores, celebra tambi¨¦n este d¨ªa la Jornada Mundial de la Paz, por lo que es habitual que diplom¨¢ticos de todo el mundo acudan a la celebraci¨®n en la bas¨ªlica de San Pedro.
Ante ellos, Francisco ha recalcado: ¡°La mirada de una madre es el camino hacia el renacimiento y el crecimiento. Las madres, las mujeres miran el mundo no para explotarlo, sino para que tenga vida: mir¨¢ndolo con el coraz¨®n, consiguen mantener unidos los sue?os y la concreci¨®n, evitando las derivas del pragmatismo as¨¦ptico y la abstracci¨®n¡±. Bergoglio ha subrayado que ¡°la Iglesia es madre, es madre as¨ª, la Iglesia es mujer, es mujer as¨ª¡±. Y se ha apoyado en esta idea para defender el papel de las mujeres en la Iglesia, con un discurso improvisado, al margen del texto que ten¨ªa preparado para la ocasi¨®n. ¡°No podemos encontrar el lugar de la mujer en la Iglesia sin reflejarla en este coraz¨®n de mujer-madre. Este es el lugar de la mujer en la Iglesia, el gran lugar, del que derivan otros lugares m¨¢s concretos, m¨¢s secundarios. Pero la Iglesia es madre, la Iglesia es mujer¡±, ha dicho.
El Papa argentino, que ha apostado desde el inicio de su pontificado por las mujeres, ha subrayado tambi¨¦n que las madres, que tienen ¡°mirada inclusiva que supera las tensiones, [¡] saben mantener unidos los hilos de la vida¡±. Y por eso, ha continuado, son esenciales en el mundo actual. ¡°Necesitamos personas que puedan tejer hilos de comuni¨®n, que puedan contrarrestar los demasiados alambres de p¨²as de la divisi¨®n. Y las madres saben c¨®mo hacerlo¡±, ha reclamado el Pont¨ªfice.
Francisco ha continuado su homil¨ªa elogiando el papel de las madres, que ¡°no se dejan llevar por el des¨¢nimo, que no se paralizan ante los problemas, sino que los sit¨²an en un horizonte m¨¢s amplio¡±. El Papa, adem¨¢s, ha recordado a las madres que cuidan de un ni?o enfermo o con dificultades. ¡°?Cu¨¢nto amor hay en sus ojos, que, mientras lloran, saben dar razones para la esperanza! La suya es una mirada conocedora, sin ilusiones, pero m¨¢s all¨¢ del dolor y los problemas ofrece una perspectiva m¨¢s amplia, la del cuidado, la del amor que regenera la esperanza¡±, ha se?alado. Y ha agregado: ¡°Esto es lo que hacen las madres: pueden superar obst¨¢culos y conflictos, pueden infundir paz. As¨ª es como consiguen transformar la adversidad en oportunidades¡±.
Jorge Mario Bergoglio se propuso en 2013, cuando inici¨® su pontificado, aumentar el n¨²mero de mujeres en la Iglesia, especialmente en cargos relevantes para que pudieran marcar la trayectoria que seguir¨¢ la instituci¨®n religiosa en los pr¨®ximos a?os. Aunque los cambios no han sido enormes, se ha asentado la idea de una cierta normalidad en el hecho de ver a mujeres en puestos de mando. Sobre todo, teniendo en cuenta que la Iglesia se mueve con lentitud y en esta instituci¨®n el tiempo se mide en siglos y no en a?os, como suele decirse.
Uno de los cambios m¨¢s importantes lleg¨® el pasado febrero, con el nombramiento de la religiosa francesa Nathalie Becquart como subsecretaria del S¨ªnodo de los Obispos, un organismo de consulta compuesto por obispos de todo el mundo que asesora al Pont¨ªfice y debate cada cierto tiempo en asambleas sobre cuestiones doctrinales y pastorales espec¨ªficas, como el papel de los j¨®venes en la Iglesia o la religi¨®n en la Amazonia. Se trata de un gesto peque?o pero significativo e irreversible, ya que por primera vez en la historia de la Iglesia cat¨®lica una mujer tiene derecho a voto en un s¨ªnodo. Aunque el sector femenino pide que ese derecho se extienda a cada una de las asambleas espec¨ªficas del s¨ªnodo.
Despu¨¦s de la misa de este s¨¢bado, el Papa se ha asomado a la ventana del palacio apost¨®lico del Vaticano, para el tradicional rezo del ?ngelus, que centenares de fieles siguen desde la plaza de San Pedro y ha pedido la paz en el mundo. ¡°Se necesita la paz. He estado viendo im¨¢genes en un programa de televisi¨®n, de guerra, de miseria. Esto ocurre hoy en el mundo. Queremos paz¡±, ha se?alado. Adem¨¢s, ha destacado que la paz se construye con atenci¨®n a los dem¨¢s, justicia y perd¨®n. Y tambi¨¦n ha recordado a ¡°las j¨®venes madres y a sus hijos que huyen de las guerras y de las carest¨ªas o que esperan en los campos de refugiados¡±.