Los menores, los olvidados de la violencia machista
Un estudio encargado por la Generalitat revela c¨®mo las decisiones contradictorias entre ¨®rganos judiciales dejan desprotegidos a los hijos
Los menores son los grandes olvidados en los procesos por violencia machista. La contradicci¨®n entre las medidas que a menudo adoptan ¨®rganos judiciales con distintas competencias (los juzgados civiles, por un lado, y los juzgados de violencia sobre las mujeres, por el otro) acaban conduciendo a situaciones de ¡°desprotecci¨®n¡±. Es una de las conclusiones de un estudio encargado por el Departamento de Justicia a un grupo de investigadores de la Universidad Rovira i Virgili (URV) que ...
Los menores son los grandes olvidados en los procesos por violencia machista. La contradicci¨®n entre las medidas que a menudo adoptan ¨®rganos judiciales con distintas competencias (los juzgados civiles, por un lado, y los juzgados de violencia sobre las mujeres, por el otro) acaban conduciendo a situaciones de ¡°desprotecci¨®n¡±. Es una de las conclusiones de un estudio encargado por el Departamento de Justicia a un grupo de investigadores de la Universidad Rovira i Virgili (URV) que plantea propuestas para paliar, en parte, la especial vulnerabilidad de los hijos en las causas judiciales.
La situaci¨®n de los hijos, constata el estudio a partir de entrevistas a profesionales del ¨¢mbito judicial y asistencial, queda a menudo en un segundo plano. Existen solapamientos y vac¨ªos legales que afectan a las medidas de protecci¨®n adoptadas hacia las madres y sus hijos por los juzgados. La existencia de esos dos ¨¢mbitos, con distintas competencias y que no se comunican entre s¨ª, hace que en ocasiones se formulen planteamientos contradictorios que acaban poniendo en situaci¨®n de riesgo al menor.
El informe ha recabado ejemplos concretos. Se ha dado el caso de que, al mismo tiempo que un juez del ¨¢mbito familiar otorga un r¨¦gimen de visitas para el padre, un juez de violencia sobre la mujer dicta una orden de alejamiento del progenitor respecto de la madre o del hijo. Otro de los desajustes se produce cuando los juzgados del ¨¢mbito penal acuerdan medidas de protecci¨®n (suspensi¨®n de la patria potestad, por ejemplo) que, despu¨¦s, ¡°no quedan ratificadas¡± por los juzgados civiles en los casos de separaci¨®n o divorcio.
Es cierto que los jueces de violencia dom¨¦stica pueden adoptar no solo medidas penales (prisi¨®n preventiva, orden de alejamiento, prohibici¨®n de comunicarse), sino tambi¨¦n medidas civiles (sobre el uso de la vivienda o el r¨¦gimen de custodia y visitas). Pero esas medidas no necesariamente son coherentes con las que se deciden en el ¨¢mbito de los juzgados de familia.
La investigaci¨®n recoge una quincena de propuestas para mejorar la protecci¨®n de los menores y evitar su revictimizaci¨®n: m¨¢s participaci¨®n del fiscal en los procesos judiciales por violencia machista, suspensi¨®n para ejercer la potestad parental cuando haya una orden de protecci¨®n vigente o una mayor coordinaci¨®n entre los juzgados de violencia y los civiles.
En noviembre, el Gobierno catal¨¢n aprob¨® un decreto ley para proteger a los menores frente a la violencia vicaria, que se produce cuando uno de los progenitores (por lo general, el padre) atenta contra la seguridad o la vida del menor con el objetivo de hacer da?o a la madre. Seg¨²n el nuevo redactado del C¨®digo Civil, los padres sobre quienes pesen indicios de haber cometido actos de violencia familiar tendr¨¢n prohibidas las ¡°estancias, visitas y comunicaciones¡± con sus hijos.