?Est¨¢ prohibido que los menores de 21 a?os compren espr¨¢is de nata montada en Nueva York?
Un bulo de internet obliga a aclarar la intenci¨®n de una ley que impide la venta a ese colectivo de cartuchos de nitr¨®geno, de efecto estupefaciente si se inhala


Esta historia re¨²ne desinformaci¨®n, duendes de las redes sociales (los antiguos duendes de la imprenta, en versi¨®n actualizada), alta cocina y ciertas dosis de histeria como ingredientes. Afecta a los j¨®venes menores de 21 a?os del Estado de Nueva York, a los cocinillas aficionados a la experimentaci¨®n en los fogones y a un representante dem¨®crata en el Senado neoyorquino, promotor de una ley que desde el a?o pasado proh¨ªbe la venta de los cartuchos de nitr¨®geno para sifones culinarios a esa franja de edad.
Pero la mezcla de todos los ingredientes debi¨® de indigest¨¢rsele a alguien, qui¨¦n sabe si por una r¨¢pida lectura o tal vez por un exceso de nitr¨®geno en sangre, y la prohibici¨®n de la venta de cargadores para evitar que el ¨®xido nitroso (N2O) que contienen pueda ser inhalado como estupefaciente, se ha convertido estos d¨ªas en una disparatada tendencia en Twitter. Y de tendencia a presunta noticia: los menores de 21 a?os tienen prohibido comprar nata montada en el Estado de Nueva York. As¨ª de terminante, y asombroso, era el titular, repetido con insistencia y dando por bueno el bulo.
Confundir la parte con el todo, esa figura ret¨®rica de toda la vida llamada sin¨¦cdoque, ha obligado a intervenir al propio senador que promovi¨® la legislaci¨®n (ley S.2819A del Estado de Nueva York, aprobada por la Asamblea legislativa en 2021). Con un mensaje en Twitter, d¨®nde si no, id¨¦ntico al colgado en su p¨¢gina web, el senador Joe Addabbo sali¨® al paso aclarando que una cosa es la nata montada y otra muy distinta, el gas del cartucho que permite a los gastr¨®nomos experimentar con texturas y vol¨²menes sif¨®n en ristre y que, inhalado, tiene un efecto estupefaciente estimulante.
Serpiente de (finales de) verano o no, medios tan serios como el New York Times o la agencia de noticias Associated Press entraron al trapo de la no noticia, para desmontar el bulo y aclarar la prohibici¨®n. ¡°Algunos interpretaron una ley destinada a frenar la inhalaci¨®n de ¨®xido nitroso por los adolescentes como una prohibici¨®n total de los espr¨¢is de nata batida¡±, apuntaba sensatamente el diario el mi¨¦rcoles.
Para justificar tan peregrina legislaci¨®n, que entr¨® en vigor en noviembre, el dem¨®crata Addabbo explic¨® que en su distrito, Queens, abundaban entre la basura callejera los cargadores o cartuchos vac¨ªos. ¡°Est¨¢n tirados por ah¨ª en muchas ¨¢reas de mi distrito y otras muchas comunidades del Estado [de Nueva York] y la gente llamaba a mi oficina directamente para preguntar qu¨¦ se pod¨ªa hacer. Desde que la ley entr¨® en vigor se ven muchos menos cartuchos en mi distrito¡±, explica para zanjar el pol¨¦mico asunto. Addabbo, cuya oficina no ha contestado a la solicitud de declaraciones de este diario, recalca en el comunicado la peligrosidad de inhalar N2O e incide en la necesidad de impedir su uso por los j¨®venes.
La aclaraci¨®n de Addabbo, que calific¨® la pol¨¦mica de ¡°interpretaci¨®n totalmente err¨®nea de la ley¡±, y la comprobaci¨®n de los medios, supone un alivio para afrontar la recta final del verano: grandes y chicos podr¨¢n consumir nata montada a voluntad, a granel. No habr¨¢ necesidad de mostrar el carn¨¦ de identidad, como indicaban los portales pseudoinformativos que propalaron el error: un art¨ªculo que as¨ª lo afirmaba fue retuiteado m¨¢s de 5.000 veces en horas. El paso en falso de usuarios de redes, medios de comunicaci¨®n apresurados y due?os de negocios que denunciaron la supuesta prohibici¨®n a?ade otra muesca al descr¨¦dito creciente en el manejo de la informaci¨®n: otra noticia falsa, una m¨¢s. Pero lo cierto es que el uso recreativo del ¨®xido nitroso, com¨²nmente llamado gas de la risa, provoca un efecto euforizante y graves riesgos para la salud, y es esto lo que la legislaci¨®n intenta prevenir, en un pa¨ªs azotado por la crisis de los opioides y en el que cualquier estupefaciente hace fortuna. Fue el lenguaje de la ley que describe los cartuchos como ¡°cargadores de nata montada¡± lo que gener¨® una confusi¨®n generalizada en internet y en las tiendas.
Del episodio, o culebr¨®n si se prefiere, pueden sacarse varias conclusiones, no precisamente tranquilizadoras. Una, el hecho de que las noticias (y las no noticias tambi¨¦n) resuciten tiempo despu¨¦s de producirse, como si tuvieran vida propia. Dos, que las serpientes de verano (noticias irrelevantes o sorprendentes para llenar la calma chicha informativa de la estaci¨®n) ya no son monopolio de la prensa y han encontrado en internet un campo sin l¨ªmites. Y tres, que la alambicada burocracia estadounidense ¡ªr¨ªase la sovi¨¦tica¡ª a veces resulta cuando menos original.
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