El silencio del cardenal Omella
El presidente de la Conferencia Episcopal Espa?ola no hizo una sola referencia a los 39 obispos acusados de encubrir la pederastia, 14 de los cuales vivos, durante el discurso inaugural de asamblea plenaria de los prelados espa?oles
Asombro, indignaci¨®n, conmoci¨®n, rabia, cansancio: esas fueron las reacciones del presidente de la Conferencia Episcopal Francesa Eric Moulins-Beaufort durante la celebraci¨®n de la Plenaria de la Conferencia Episcopal Francesa en una rueda de prensa ante la acusaci¨®n de 11 obispos por agresiones sexuales a menores o encubrimiento, investigados por la justicia francesa y por la justicia can¨®nica ?l mismo hizo un relato p...
Asombro, indignaci¨®n, conmoci¨®n, rabia, cansancio: esas fueron las reacciones del presidente de la Conferencia Episcopal Francesa Eric Moulins-Beaufort durante la celebraci¨®n de la Plenaria de la Conferencia Episcopal Francesa en una rueda de prensa ante la acusaci¨®n de 11 obispos por agresiones sexuales a menores o encubrimiento, investigados por la justicia francesa y por la justicia can¨®nica ?l mismo hizo un relato pormenorizado de los hechos ante los medios de comunicaci¨®n, reconoci¨® los delitos, asumi¨® los errores en la investigaci¨®n y mostr¨® arrepentimiento.
El diario EL PA?S document¨® los casos de 39 obispos espa?oles que, seg¨²n los testimonios de las v¨ªctimas, ocultaron y encubrieron a cl¨¦rigos pederastas en diferentes instituciones de la Iglesia cat¨®lica. ?C¨®mo? Impidiendo el conocimiento de los hechos, neg¨¢ndose a investigarlos, no permitiendo juicios civiles ni realizando procesos can¨®nicos, manteniendo a los acusados en su destino, cambi¨¢ndolos de responsabilidad pastoral o envi¨¢ndolos a otros pa¨ªses, en muchos casos sin advertir en los lugares de destino de las agresiones sexuales que hab¨ªan cometido.
Los presuntos encubridores pertenecen a todos los rangos de la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica: obispos auxiliares, obispos titulares, arzobispos, cardenales como Narc¨ªs Jubany, Ricard Mar¨ªa Carles y Llu¨ªs Mar¨ªa Mart¨ªnez Sistach, los tres arzobispos de Barcelona, Carlos Osoro, arzobispo de Madrid y vicepresidente de la CEE, presidentes de la CEE como los cardenales y arzobispos de Madrid Vicente Enrique y Taranc¨®n y Antonio Mar¨ªa Rouco Varela y secretarios generales de la como Jos¨¦ Guerra Campos y Juan Jos¨¦ Asenjo.
Seg¨²n las denuncias de las v¨ªctimas presentadas a estos jerarcas, sus testimonios no fueron escuchados ni cre¨ªdos, peor a¨²n, se les impuso silencio. No fueron acompa?ados en su dolor, los dejaron solos e indefensos. Ni los obispos a quienes llegaban las denuncias ni los cl¨¦rigos agresores mostraron arrepentimiento ni pidieron perd¨®n a las v¨ªctimas por tama?os cr¨ªmenes. No tuvieron compasi¨®n. Fueron c¨®mplices de tan perversas pr¨¢cticas. Tales actitudes se encuentran en las ant¨ªpodas de los valores cristianos aut¨¦nticos. Con estos comportamientos, en vez de compartir los sufrimientos de las v¨ªctimas los multiplicaron.
Muy distinta de la actitud del presidente de la Conferencia Episcopal Francesa ha sido la del presidente de la Conferencia Episcopal Espa?ola, cardenal Juan Jos¨¦ Omella, quien, en el discurso inaugural de la Asamblea Plenaria que se celebra estos d¨ªas en Madrid, critic¨® al Gobierno, a la sociedad, a los legisladores, las pol¨ªticas sociales que se quedan en buenas intenciones, las leyes sobre Salud Mental y Reproductiva y de Interrupci¨®n Voluntaria del Embarazo, la ley trans, ¡°la llamada autodeterminaci¨®n de g¨¦nero¡±, y las ¡°ideolog¨ªas de g¨¦nero¡±, a quienes acus¨® de generar inestabilidad familiar y crisis de identidad.
Pero no hizo una sola referencia a los 39 obispos acusados de encubrir la pederastia, 14 de los cuales vivos y algunos presentes durante el discurso, como tampoco a los numerosos casos de agresiones sexuales a menores dentro de la Iglesia cat¨®lica que ¨¦l conoce perfectamente. ?Qu¨¦ nueva oportunidad perdida para hacer autocr¨ªtica, reconocer los delitos clericales y episcopales, expresar arrepentimiento, pedir perd¨®n y comprometerse a la reparaci¨®n de los da?os causados! Con este silencio el cardenal Omella ha vuelto a alejarse del mensaje de Jes¨²s de Nazaret que afirma: ¡°Misericordia quiero, no sacrificios¡±, a perder credibilidad ante las v¨ªctimas, la sociedad e incluso ante los propios fieles. Y lo m¨¢s grave, ha vuelto a humillar a las personas agredidas sexualmente por servidores de la Iglesia cat¨®lica. Le ha faltado compasi¨®n, principio ¨¦tico y virtud religiosa que nos hace realmente humanos y nos lleva a solidarizarnos con las personas que sufren.