Los secretos atronadores del secretario general
La historia de la Conferencia Episcopal ha estado condicionada por el car¨¢cter reaccionario o aperturista de sus 10 portavoces. Gran parte han hecho carrera eclesi¨¢stica, excepto el sacerdote Jes¨²s Iribarren, vetado como obispo por rebelarse contra las censuras del franquismo
Se supone que un secretario es la persona que guarda los secretos del poder a su cargo. As¨ª fue en el pasado, cuando el puesto se confund¨ªa con la condici¨®n de ser el valido del rey en turno, es decir, el n¨²mero dos en todo. Lo es tambi¨¦n el secretario general de la Conferencia Episcopal Espa?ola, desde este mi¨¦rcoles el obispo C¨¦sar Garc¨ªa Mag¨¢n. Los estatutos del organismo as¨ª lo contemplan. Por encima de...
Se supone que un secretario es la persona que guarda los secretos del poder a su cargo. As¨ª fue en el pasado, cuando el puesto se confund¨ªa con la condici¨®n de ser el valido del rey en turno, es decir, el n¨²mero dos en todo. Lo es tambi¨¦n el secretario general de la Conferencia Episcopal Espa?ola, desde este mi¨¦rcoles el obispo C¨¦sar Garc¨ªa Mag¨¢n. Los estatutos del organismo as¨ª lo contemplan. Por encima del presidente Juan Jos¨¦ Omella, muy ocupado por su dignidad como cardenal y como arzobispo de Barcelona, el cargo lo facilita. Como sus 10 antecesores, Mag¨¢n coordinar¨¢, ordenar¨¢, explicar¨¢, ultimar¨¢ los documentos doctrinales, levantar¨¢ actas, negociar¨¢ con el Gobierno y se explicar¨¢ ante la opini¨®n p¨²blica. Aunque muy decreciente, el inter¨¦s por lo que piensan y hacen los obispos sigue siendo grande, no en vano reciben miles de millones de euros de los presupuestos p¨²blicos y son los m¨¢ximos propietarios de bienes del pa¨ªs, despu¨¦s del Estado, adem¨¢s de tener un poder inmenso en el sector educativo.
Era un secreto a voces que, entre la terna de candidatos comunicada en la tarde de este martes a la prensa, el elegido iba a ser el obispo Garc¨ªa Mag¨¢n
Era un secreto a voces que, entre la terna de candidatos comunicada en la tarde de este martes a la prensa, el elegido iba a ser el obispo Garc¨ªa Mag¨¢n, por abrumadora mayor¨ªa. Obispos votan obispo. Figuraba en la terna Fernando Gim¨¦nez Barriocanal, con un cargamento de servicios a la Iglesia cat¨®lica impresionante, pero a los prelados les espantan las novedades. Nunca antes hubo un laico aspirando a llegar tan alto. Barriocanal les ha puesto a los prelados una exitosa cadena de radio sobradamente saneada, la COPE, adem¨¢s de una televisi¨®n, la Trece, sin costarles demasiado dinero. Tambi¨¦n ha defendido, con arrojo digno de mejor causa, el proceso de las inmatriculaciones, que tanta preocupaci¨®n est¨¢ suscitando en muchas di¨®cesis. No ha sido suficiente para romper tendencias.
La historia de la Conferencia Episcopal, que nace por mandato del concilio Vaticano II, hace apenas 60 a?os, se puede contar a trav¨¦s de los avatares de sus secretarios generales. Han sido 10, y algunos terminaron de mala manera. El primero, Jos¨¦ Guerra Campos, que lo fue entre 1966 a 1972 y se jubil¨® como obispo de Cuenca, era un franquista entusiasmado. Procurador en Cortes por designaci¨®n del dictador, vot¨® en 1976 en contra de la Ley para la Reforma Pol¨ªtica que derogaba los Principios Fundamentales del Movimiento y daba paso a la transici¨®n hacia la democracia. En consonancia con esa actitud ultramontana, cuando dej¨® la secretaria general, se opuso al cardenal Taranc¨®n, hasta el punto de proclamar que nunca volver¨ªa a pisar la sede de la conferencia episcopal mientras la presidiera ¡°semejante se?or¡±. Eran los tiempos de las pintadas con el lema ¡°Taranc¨®n al pared¨®n¡±.
Sustituy¨® a Guerra el canario El¨ªas Yanes (1972 a 1977), m¨¢s tarde presidente de la instituci¨®n. Se jubil¨® como arzobispo de Zaragoza y, aunque disfrut¨® de fama de aperturista, enrareci¨® el debate de la Constituci¨®n de 1978, empe?ado en que deb¨ªa incluir en alguno de sus art¨ªculos la palabra Dios. No consta que pidiera el voto en contra en el refer¨¦ndum constitucional, como s¨ª hizo el primado de Toledo, cardenal Marcelo Gonz¨¢lez Mart¨ªn. Taranc¨®n trat¨® de convencerles, sin ¨¦xito, con el argumento de que en la ley fundamental del Estado de la Santa Sede no se cita ni a la Iglesia cat¨®lica ni a Dios.
El tercer secretario general, Jes¨²s Iribarren, que ejerci¨® entre 1977 a 1982, recibi¨® de Juan Pablo II el castigo de no llegar a obispo. En realidad, el papa polaco, que detestaba a Taranc¨®n culp¨¢ndole de la secularizaci¨®n que avanzaba en Espa?a, se tom¨® contra Iribarren la venganza que no pod¨ªa aplicar al carism¨¢tico prelado valenciano, famoso en el Vaticano por haber arrancado de Pablo VI nada menos que el decreto de excomuni¨®n contra Franco y sus ministros, dispuestos a mandar al destierro en marzo de 1974 al obispo de Bilbao, Antonio A?overos. Franco llor¨® cuando Taranc¨®n le comunic¨® la decisi¨®n del Papa y mand¨® parar la expulsi¨®n. A la misma hora que regresaba a Madrid el avi¨®n que esperaba en el aeropuerto de Sondica (Bizkaia) para llevar a A?overos fuera de Espa?a, el ministerio de la Vivienda publicaba una nota sobre lo mucho que Franco hab¨ªa ayudado a la Iglesia y daba el dato de que, solo en ¡°construcci¨®n y reparaci¨®n de iglesias y otras dependencias religiosas¡±, Vivienda se hab¨ªa gastado desde 1942 cuatro mil millones de pesetas.
El mandato de Iribarren como secretario general vivi¨® la preparaci¨®n del primer viaje de Juan Pablo II
?Por qu¨¦ suscitaba tanta inquina el sacerdote Jes¨²s Iribarren Rodr¨ªguez (Villareal de ?lava, 1912 - Vitoria, 2000)? Ven¨ªa de lejos y tuvo a Manuel Fraga Iribarne como lanzador de improperios. Iribarren hab¨ªa dirigido la revista Ecclesia, sobre la que la censura oficial no ten¨ªa poder por mandato del concordato de 1953, y el arzobispo de Madrid, Casimiro Morcillo, el primer presidente de la CEE, le hab¨ªa encargado la creaci¨®n y direcci¨®n de una llamada Oficina Espa?ola para la Informaci¨®n del Concilio ecum¨¦nico, entre 1962 a 1965. Fraga era entonces ministro de Informaci¨®n y Turismo y quiso intervenir los comunicados de esa oficina. Iribarren se resisti¨® cuanto pudo, con bastante ¨¦xito. La disputa culmin¨® con la promesa de Fraga al aguerrido alav¨¦s de que jam¨¢s llegar¨ªa a obispo. Acabado el concilio, Iribarren no ejercer¨ªa en Espa?a, pero s¨ª en Par¨ªs, donde fue secretario general de la Uni¨®n Cat¨®lica Internacional de la Prensa (1968 a 1972) y acabar¨ªa dirigiendo la revista Journalistes Catholiques. De regreso a Madrid, su mandato como secretario general vivi¨® la preparaci¨®n del primer viaje de Juan Pablo II. Cont¨® m¨¢s tarde que ni Taranc¨®n ni ¨¦l pudieron intercambiar palabra con el enfadado pont¨ªfice, y tambi¨¦n que el alcalde de Madrid, Enrique Tierno Galv¨¢n, le hab¨ªa facilitado antes el discurso en lat¨ªn con que salud¨® al Papa en la plaza de Gregorio Mara?¨®n.
Los dem¨¢s secretarios generales o eran obispos cuando fueron elegidos, o acceder¨ªan a esa dignidad poco despu¨¦s. La mayor¨ªa culminan su carrera como arzobispos. Lo fue Fernando Sebasti¨¢n, jubilado en Navarra. Francisco lo hizo cardenal cuando hab¨ªa cumplido 84 a?os. Fue secretario entre 1982 y 1988. Le sucedi¨®, entre 1988 y 1993 Agust¨ªn Garc¨ªa-Gasco, que dirig¨ªa entonces la comisi¨®n episcopal para la Doctrina de la Fe, que es como se llama desde el Vaticano II el Santo Oficio de la Inquisici¨®n. Se jubil¨® como arzobispo de la archidi¨®cesis de Valencia. Juan Jos¨¦ Asenjo, en el cargo entre 1998 a 2003, era entonces prelado auxiliar del primado de Toledo y se jubil¨® como arzobispo de Sevilla. Entre sus secretos a voces resalta el haber sido, junto a Rouco, el art¨ªfice de la reforma de la ley hipotecaria de 1944, por la que el presidente Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar regalaba en 1998 a los prelados el privilegio de inmatricular (es decir, poner a su nombre) las iglesias y catedrales que el franquismo les ten¨ªa prohibido. Por ese procedimiento se han apropiado de 34.961 nuevos bienes, seg¨²n la investigaci¨®n oficial llevada a cargo por mandato del Congreso. Mariano Rajoy suprimi¨® en 2015 el privilegio concedido por Aznar. Asenjo fue m¨¢s tarde prelado de C¨®rdoba, donde inmatricul¨® en 2006 la Mezquita Catedral. Ascendido a Sevilla, hizo lo mismo con la catedral local, la Giralda y el Patio de los Naranjos.
Tambi¨¦n ser¨¢ arzobispo Jos¨¦ Mar¨ªa Gil Tamayo, secretario general en el quinquenio 2013 a 2018 cuando era solo sacerdote. Francisco acaba de nombrarlo coadjutor del arzobispado de Granada, con derecho a sucesi¨®n. El ¨²ltimo secretario general, el arzobispo Luis Arg¨¹ello, en el cargo hasta este mi¨¦rcoles, era prelado auxiliar en Valladolid del cardenal Ricardo Bl¨¢zquez, al que el Papa ha aceptado la renuncia cumplidos ya los 80 a?os.
Los otros dos secretarios generales no fueron ascendidos. Jos¨¦ S¨¢nchez (quinquenio 1993 a 1998), fue capell¨¢n de emigrantes en Alemania y era un portavoz ajeno al modelo eclesi¨¢stico imperante durante el mandato del polaco Wojtyla. Fue jubilado como prelado de Sig¨¹enza-Guadalajara. Respecto a Juan Antonio Mart¨ªnez Camino, poderoso secretario general durante gran parte del mandado del cardenal Antonio Mar¨ªa Rouco, fue elegido en 2003 y ha sido el ¨²nico que ha repetido quinquenio, hasta 2013. Hoy es obispo auxiliar del arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, sin ninguna funci¨®n, lo que en la terminolog¨ªa del C¨®digo de Derecho Can¨®nico podr¨ªa denominarse como ¡°obispo vago¡±.