?C¨®mo impacta en la salud mental de los adolescentes un mal uso de las pantallas?
M¨¢s de la mitad de los adolescentes han usado Internet para sentirse mejor cuando est¨¢n solos, tristes o enfadados. Los que hacen un mal uso de los dispositivos tecnol¨®gicos (muchos) tienen mayor probabilidad de padecer ansiedad, estr¨¦s y depresi¨®n. Son algunas de las conclusiones del ¡®I Estudio sobre la percepci¨®n de la salud mental de los adolescentes y el mal uso de la tecnolog¨ªa¡¯, puesto en marcha por DKV y Educar es Todo
Pasan los a?os, pero poco cambia el retrato-robot del adolescente. No sale de su cuarto en toda la tarde, y reacciona con respuestas monosil¨¢bicas, actitudes hura?as y huidizas. Son rasgos universales del ser humano, entre los 10 y los 17 a?os, independientemente de la generaci¨®n, desde los babyboomers a los millennials. La palabra ¡®adolescente¡¯, a lo largo de la historia de la Humanidad, ha sido sin¨®nimo de alteraci¨®n de conducta, rarezas, cambios de la personalidad y f¨ªsico en proceso de formaci¨®n. Pero hay una novedad en este siglo XXI: cada vez m¨¢s joven, encuentra en el smartphone o la tableta algo m¨¢s que una distracci¨®n. Muchas veces es un bander¨ªn de enganche, una amistad o asesor¨ªa, no siempre bien entendidos.
Para indagar en esos comportamientos y su relaci¨®n con la tecnolog¨ªa e Internet, la aseguradora DKV, que se define como ¡°activista de la salud¡±, y Educar es Todo, la mayor comunidad de madres, padres y expertos en crianza respetuosa, pusieron en marcha el I Estudio sobre la percepci¨®n de la salud mental en adolescentes y el mal uso de la tecnolog¨ªa. En ¨¦l han participado un total de 3.210 adolescentes, padres, madres y educadores (*).
Con este nuevo estudio no solo hemos conseguido una visi¨®n m¨¢s profunda sobre el estado de la salud mental de la juventud; tambi¨¦n refuerza nuestro compromiso de seguir impulsando iniciativas que fomenten su bienestar y as¨ª poder construir un futuro m¨¢s saludable para las pr¨®ximas generacionesFernando Campos, consejero delegado de DKV
Hay una inmediata conclusi¨®n, que salta a la vista de las tablas y los porcentajes: cuanto mayor es la percepci¨®n por parte de los adolescentes de un uso incorrecto de la tecnolog¨ªa (en casa o en clase son frecuentes comentarios como ¡°Me cuesta dejar de curiosear en las redes sociales¡±; ¡°No hay d¨ªa que no vea tres temporadas de esta serie¡±), mayor es el ¨ªndice auto percibido de los trastornos emocionales (depresi¨®n, ansiedad y estr¨¦s): m¨¢s de la mitad de los adolescentes han usado Internet tambi¨¦n para sentirse mejor cuando han estado ¡°solos¡±, ¡°tristes¡± o ¡°enfadados¡±. A menudo, la evasi¨®n y la compa?¨ªa se encuentran antes en la Red que en la conversaci¨®n f¨ªsica con padres o docentes.
Adem¨¢s, el 89,5% de este colectivo y m¨¢s de la mitad de los progenitores (el 55,6%) consideran que los adolescentes tienen dificultades para controlar el tiempo de uso de internet, en su cuarto, en el sof¨¢ o en la mesa de comer. Curiosamente, este dato se reduce si se pregunta a los propios adolescentes: solo el 45,1% de ellos reconocen tener problemas para desconectarse de la tecnolog¨ªa. ¡°En DKV entendemos que el bienestar mental de los j¨®venes es uno de los retos m¨¢s urgentes de nuestra sociedad¡±, explica Fernando Campos, consejero delegado de DKV. ¡°Con este nuevo estudio no solo hemos conseguido una visi¨®n m¨¢s profunda sobre el estado de la salud mental de la juventud; tambi¨¦n refuerza nuestro compromiso de seguir impulsando iniciativas que fomenten su bienestar y as¨ª poder construir un futuro m¨¢s saludable para las pr¨®ximas generaciones¡±.
El 30% de los padres y madres cree que sus hijos est¨¢n siempre o casi siempre con el m¨®vil y/o videojuegos, porcentaje cercano al 40% al preguntar a los propios adolescentes
Otras evidencias del informe: las tecnolog¨ªas han cambiado las relaciones sociales y familiares en la segunda d¨¦cada de vida. En lugar de charlar mientras comen pipas en el banco del parque o pasean (como hicieron sus padres), siete de cada diez aseguran estar con el m¨®vil la mayor parte del tiempo que se encuentran con amigos, y el 35%, que comen o cenan viendo la televisi¨®n, la tableta o el m¨®vil, y la mitad afirman tener el dispositivo en su habitaci¨®n por las noches. Igual que sus padres, reconocen que quienes hacen un mal uso de la tecnolog¨ªa duermen menos horas de lo recomendado entre semana. Seg¨²n Carmen Llopis, directora de Educar es todo, el estudio pone de manifiesto el firme compromiso de su organizaci¨®n con la identificaci¨®n de los factores que afectan negativamente a la salud mental de los adolescentes con el fin de poder erradicarlos. ¡°Hay que seguir sensibilizando sobre este tema, ya que los datos son cada vez m¨¢s preocupantes¡±, asegura.
Los adolescentes que tienen una adicci¨®n tecnol¨®gica se muestran m¨¢s inatentos, hiperactivos e infelices, adem¨¢s de menos emp¨¢ticosRafael Guerrero, psic¨®logo educativo
Mal uso de la tecnolog¨ªa y salud mental
Los expertos atienden en consulta cada vez m¨¢s casos relacionados con esta dependencia. ¡°Los adolescentes que tienen una adicci¨®n tecnol¨®gica se muestran m¨¢s inatentos, hiperactivos e infelices, adem¨¢s de menos emp¨¢ticos¡±, asegura Rafael Guerrero, psic¨®logo educativo. Seg¨²n el informe, sus mayores describen el trastorno as¨ª: al percibir el uso incorrecto que hacen sus hijos de la tecnolog¨ªa, aprecian en ellos m¨¢s problemas de conducta, m¨¢s s¨ªntomas emocionales (preocupaci¨®n, somatizaciones, infelicidad, nerviosismo), m¨¢s problemas con los compa?eros (soledad, pocos amigos), m¨¢s hiperactividad (inquietud, distracci¨®n con facilidad, incapacidad para terminar las tareas¡) y menor actividad prosocial (desarrollan menos habilidades sociales como compartir, amabilidad, ayudar¡).
?Y qu¨¦ opinan los docentes, muchas veces ninguneados en el ejercicio de autoridad sobre el dispositivo? Coinciden con los padres, cuanto mayor es su percepci¨®n de sobre uso incorrecto que hacen sus alumnos de la tecnolog¨ªa, mayor es la presencia en clase o en el patio de s¨ªntomas emocionales, hiperactividad y problemas de conducta, denota el estudio.
S¨ªntomas de adicci¨®n
¡°Muchos padres se plantean c¨®mo detectar si sus hijos tienen un problema de adicci¨®n a la tecnolog¨ªa¡±, asegura Silvia ?lava, psic¨®loga educativa. ¡°La variable m¨¢s importante no es el tiempo, sino el conflicto que genera su uso y no uso, la interferencia que crea en su vida¡±: si est¨¢ de mal humor por la privaci¨®n, si interfiere en el sue?o, los estudios, sus relaciones sociales y familiares, si no es capaz de controlar el tiempo que pasa conectado o si se frustra mucho cuando no se pueden conectar...
Los profesores consideran que los adolescentes ven cada vez menos a sus amigos en persona (75,2%) y se relacionan m¨¢s a trav¨¦s de Internet
Recomendaciones para un uso saludable de las pantallas
Entonces, ?qu¨¦ se?ales hay para identificar si los j¨®venes tienen un problema de adicci¨®n a las pantallas? ?C¨®mo pueden prevenir esta situaci¨®n? Los doctores Silvia ?lava y Rafael Guerrero resumen todas las recomendaciones en una, muy importante: antes de los 3 a?os, 0 pantallas. Eso implica reducir la presencia de tel¨¦fonos, tabletas o televisi¨®n. ¡°Tanto el cerebro del ni?o como el ojo son especialmente sensibles, y necesitan madurar fuera de las pantallas¡±, comenta ?lava.
Los padres saben (y deben recordar) que, de 3 a 5 a?os, el papel de los mayores es decisivo como modelos, pero tambi¨¦n su acompa?amiento: a esa edad, como mucho, los ni?os podr¨ªan utilizar 30 minutos al d¨ªa para ver alg¨²n dibujo, siempre acorde a su edad, y siempre con sus padres al lado y pendientes del reloj. ¡°La pantalla no es un canguro ni un aparcani?os¡±, afirma ?lava. ¡°Durante la infancia siempre debemos de estar presentes mientras utilizan los dispositivos¡±.
Los expertos desaconsejan facilitar los dispositivos a los menores antes de los 14 a?os, y es importante permanecer inflexibles. ¡°Estableceremos un contrato de uso y dejaremos claro que el m¨®vil no es suyo, es nuestro. Y, mientras sean menores, tendremos acceso al mismo¡±, asegura Rafael Guerrero: ¡°Y a partir de los 16 a?os, el tiempo de uso de dispositivos no puede superar al de actividades offline como leer, quedar con amigos, estar con la familia, practicar deporte¡¡±.