La orquesta que transforma basura en sonido
Vanesa Vilela, una joven de 20 a?os, se enamor¨® hace seis de un violonchelo fabricado con basura. Es una de los 30 instrumentistas adolescentes de La M¨²sica del Reciclaje, un conjunto que ha girado por todo el pa¨ªs y asombrado con sus actuaciones
El violonchelo de Vanesa Vilela es una artefacto pop. Tiene un cuerpo de latas de refrescos de colores y un m¨¢stil con tenedores retorcidos. A primera vista es f¨¢cil dudar de su sonido. Pero en un instante, esta joven de 20 a?os desliza sus dedos por los trastes, pasa el arco por las cuerdas y emerge una alegre melod¨ªa. Es Bella Ciao, que resuena en los pasillos del colegio p¨²blico Manuel N¨²?ez de Arenas, en Vallecas (Madrid), donde hoy ensaya con su orquesta, una de las m¨¢s peculiares del mundo. ¡°Lo del violonchelo fue amor a primera vista. Es elegante. Cuesta acostumbrase al tono, pero luego ya ves qu¨¦ buen sonido¡±, explica.
Vilela es una de los 100 miembros de La M¨²sica del Reciclaje, una orquesta-proyecto social promovida por Ecoembes y armada con instrumentos elaborados con residuos: latas, cubiertos, cajas, briks... Su misi¨®n es fomentar las segundas oportunidades: los int¨¦rpretes, dirigidos por el m¨²sico argentino V¨ªctor Gil, que toca un bajoskate ¨Cun bajo cuyo cuerpo es una tabla vieja de skate¨C, son j¨®venes de entre siete y 15 a?os, en riesgo de exclusi¨®n social, de centros de d¨ªa y colegios de la Comunidad de Madrid. La idea de esta banda bebe de la pionera Orquesta de Cateura, su hom¨®logo paraguayo, un conjunto de chavales que convirti¨® en composiciones la basura del vertedero que dominaba el barrio en el que viv¨ªan.
A Vilela le ha cambiado la vida con la orquesta. ¡°Me da compromiso, responsabilidad, motivaci¨®n. Algo que hacer. Y m¨²sica, que es lo que disfruto¡±, resume. Es de las veteranas y pertenece a la banda titular, formada por unos 30 chicos. Conoci¨® la iniciativa con 13 a?os, cuando varios profesores del proyecto pasaron por el centro en el que viv¨ªa entonces. Entonces no sab¨ªa nada de partituras. ¡°Al principio ¨¦ramos la antiorquesta¡±, r¨ªe. ¡°Ahora ya mejor, creo que lo hacemos bastante bien¡±. Aunque se expresa con propiedad y precisi¨®n, a¨²n se pone algo nerviosa en las entrevistas, sobre todo cuando le preguntan por su pasado. ¡°A veces me bugueo. Significa que me bloqueo¡±, aclara ante alguna mirada de incredulidad.
El conjunto al completo se re¨²ne una vez al mes en el colegio Manuel N¨²?ez de Arenas, pero todas las semanas hay reuniones por familias de instrumentos. Muchos chicos ensayan para adquirir el nivel necesario de ingreso en la banda principal. Hoy machacan a fondo el repertorio para el concierto que dan todas las Navidades. Tocar¨¢n de todo: hits de Coldplay; El ¨²ltimo mohicano; la banda sonora de Coco, la pel¨ªcula de animaci¨®n; cl¨¢sicos de Dvo?¨¢k o Mozart¡ En sus seis a?os de vida han girado por toda Espa?a. Vilela incluso actu¨® una vez en EE UU. ¡°El concierto de California fue¡ grande¡±, recuerda.
Cuatro libros, cuatro historias
Su historia y la de Luismi, Cristina y Andriy, otros tres miembros m¨¢s de la orquesta, est¨¢ narrada en una colecci¨®n de libros-libreta obra del periodista Nacho Carretero. En tres o cuatro p¨¢ginas, los relatos, reci¨¦n publicados y al venta en librer¨ªas y la editorial Parip¨¦ Books, dan cuenta del camino de superaci¨®n de estos adolescentes y su encuentro transformador con la m¨²sica. Las p¨¢ginas posteriores, m¨¢s de cien y en blanco, recuerdan que cualquier vida prosigue, se puede encauzar y no est¨¢ escrita de antemano. Los beneficios de este lanzamiento se destinar¨¢n al proyecto social de La M¨²sica del Reciclaje.
Vilela se sorprende de verse en la ilustraci¨®n de portada. ¡°Me han quitado el pendiente, pero es muy bonita¡±, r¨ªe. Ella no solo toca el violonchelo. Cada martes se acerca al centro de d¨ªa El Tomillar de Collado Villalba (Madrid), gestionado por la ong Aldeas Infantiles, en el que pasan la tarde menores derivados de los servicios sociales o de los colegios. Aqu¨ª reciben apoyo en los deberes, meriendan y participan en actividades creativas. La joven m¨²sico imparte clases de violonchelo en uno de estos talleres. Una de sus alumnas es Nawja, de 11 a?os. Esta tarde practican una canci¨®n navide?a. ¡°Es muy buena alumna, muy despierta¡±, resalta. A?ade que de primeras nunca le llam¨® ser profesora, pero ahora lo encuentra muy satisfactorio. ¡°Me encanta ense?ar algo que a m¨ª me gusta tanto. Tambi¨¦n ver c¨®mo estos ni?os disfrutan a poco que les dediques un rato¡±, relata.
La madrile?a termina de dar clase y vuelve andando a su casa. Explica que el chelo, el instrumento que carga al hombro, era al principio una v¨ªa de escape, pero ahora es una pasi¨®n. No quiere desviarse del camino de la m¨²sica. ¡°En el futuro me gustar¨ªa hacer algo grande. Ser directora de orquesta, por ejemplo¡±, concluye.