As¨ª son quienes se implican d¨ªa a d¨ªa por acabar con la soledad no deseada
Cerca de tres millones de personas mayores de 65 a?os se sienten solas en Espa?a. Cada vez m¨¢s profesionales y voluntarios como J¨¦ssica o Javier acompa?an a individuos que, como Charo o Francisco, se sent¨ªan fuera de la sociedad. As¨ª cuentan ellos mismos en qu¨¦ consiste esta valiosa red de ayuda y apoyo
Hace dos a?os, Charo Serrano sufri¨® un trombo pulmonar que la dej¨® entubada en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario Reina Sof¨ªa de Murcia. Solo hab¨ªa transcurrido un a?o y medio desde que se qued¨® viuda sin su marido y compa?ero inseparable durante 51 a?os. Casarse con ¨¦l fue, confiesa, la mejor y m¨¢s afortunada elecci¨®n de su vida. Tuvieron dos hijos, con los que Serrano mantiene una relaci¨®n estrecha, pero tras el alta m¨¦dica, y de vuelta a su hogar, las paredes se le cayeron encima. El aviso sobre su salud, el silencio abrumador, el peso de la ausencia y sentirse rodeada de tantos recuerdos en una casa ya demasiado grande le hicieron replantearse a sus 72 a?os la nueva situaci¨®n y, desde ese convencimiento, tomar impulso: ¡°Fue como un despertar. Necesitaba una soluci¨®n a la que agarrarme, un motivo para arreglarme y salir de la monoton¨ªa¡±, describe. Pensado y hecho, Serrano se apunt¨® en el Centro Social para Mayores de Murcia, un lugar en el que ahora pasa los d¨ªas asistiendo a talleres, visitas guiadas y excursiones, con la compa?¨ªa diaria de otras personas que sienten y padecen lo mismo que ella: una soledad que lo invade todo.
Su compa?ero de grupo, Francisco Soto, de 77 a?os, tambi¨¦n sucumbi¨® a esa misma ola de aflicci¨®n interior. El a?o pasado, y a pesar de que se manten¨ªa activo como asesor financiero ayudando a sus tres hijos y en los ratos libres cantando canciones de Los Bravos y Elvis Presley junto a su fiel grupo de m¨²sica, notaba que le faltaba algo. Durante la pandemia su mujer quiso mudarse de la ciudad al campo, una decisi¨®n que hoy por hoy sigue firme y que cambi¨® su relaci¨®n casi de forma radical: apenas se ven una vez por semana. Ni siquiera su personalidad intr¨¦pida, curiosa y valiente, sus largos paseos diarios, sus trabajos como tesorero en la cofrad¨ªa del Santo Sepulcro y sus ensayos semanales eran suficiente para experimentar otra vez una cierta plenitud.
Tras acudir al centro de salud este verano, su m¨¦dico le diagnostic¨® un cuadro cl¨ªnico de ansiedad y le anim¨® a que probara el programa Siempre acompa?ados, un proyecto de la Fundaci¨®n La Caixa que empodera a los mayores para que ganen confianza en su proceso vital y sepan gestionar la sensaci¨®n de sentirse o saberse solos. La iniciativa, suscrita en este caso con un convenio de colaboraci¨®n entre la Fundaci¨®n, el Ayuntamiento de Murcia y Cruz Roja, trabaja con distintas entidades p¨²blicas del pa¨ªs para aunar esfuerzos y actuar en conjunto desde cualquier entorno y comunidad. Como afirma Soto: ¡°Dorm¨ªa mal y me levantaba con much¨ªsima ansiedad y dolores de est¨®mago. Ahora me encuentro mucho mejor. Tengo metas para afrontar los d¨ªas, planes¡ Animo a que todo el mundo que se sienta as¨ª lo pruebe¡±. Precisamente para concienciar a¨²n m¨¢s sobre este problema, Fundaci¨®n la Caixa ha lanzado la campa?a La soledad no se ve, se siente, con la que hacer visible y sensibilizar a la sociedad sobre una realidad cotidiana en cuya mejora todos podemos colaborar.
Gracias a esta iniciativa, Soto conoci¨® a J¨¦ssica Meseguer, t¨¦cnica del proyecto desde hace casi tres a?os y trabajadora social de Cruz Roja. Fue su voz y su afabilidad, dice Soto, lo que definitivamente le retuvo en el programa: ¡°Hay personas que enganchan y que te inspiran una confianza sin saber muy bien por qu¨¦. J¨¦ssica es una de ellas¡±. Cada d¨ªa, Meseguer trabaja con los usuarios de Siempre acompa?ados, centr¨¢ndose en la historia de cada uno. El objetivo es hacerles su plan personalizado teniendo en cuenta sus entornos cotidianos: desde el peque?o comercio que frecuentan, el quiosco, o hasta su centro de salud, para saber cu¨¢les tienen sentido que intervengan. ¡°Yo soy solo un engranaje m¨¢s en esta cadena. El fin es hacerles un traje a medida y que todos trabajemos en conjunto para volver a hacerles m¨¢s amigabable su entorno cotidiano¡±, asegura. Para ella, lo prioritario es trasladarles lo valientes que son por haber decidido dar el paso y ¡°poner en valor todas sus capacidades y fortalezas¡±. Un ejercicio diario que, seg¨²n reconoce, le libera de estereotipos y prejuicios.
Javier G¨®mez es otro de los voluntarios. A sus 71 a?os, trabaja en el Grupo de Acci¨®n Social ayudando a las personas integradas en esta red y en colaboraci¨®n con distintos agentes sociales. G¨®mez cuida de su madre nonagenaria y procura echar una mano a los vecinos m¨¢s mayores. En su encomiable labor con el pr¨®jimo a¨²n le queda tiempo para dedic¨¢rselo un d¨ªa a la semana a Charo y a Francisco. Les escucha y atiende en lo que necesiten: ¡°Lo ¨²nico que me importa es que sepan que me tienen ah¨ª para ellos. Demostrarles que no son un n¨²mero m¨¢s y que estoy siempre dispuesto¡±, a?ade. A su edad, confiesa que no tiene nada que le haga m¨¢s feliz que sentir lo que aporta y recibe de la sociedad. ¡°Me ayuda tambi¨¦n como posible futuro usuario del programa. Cuando mi madre falte, estar¨¦ solo, as¨ª que esto me servir¨¢ como aprendizaje¡±, sostiene.
Una realidad que pasa desapercibida
Estar solo, sentirse solo. Hay tantos tipos de soledad como personas que la sufren. Como se ve en el caso de alguien tan activo como Francisco Soto, no consiste siempre en un aislamiento social o f¨ªsico; esa circunstancia no es la ¨²nica que conduce hasta la tristeza o la apat¨ªa. Seg¨²n el estudio Soledad no deseada y personas mayores, elaborado por el Colegio Oficial de la Psicolog¨ªa de Madrid, todos los tipos de soledades tienen un mismo origen, un denominador com¨²n: la p¨¦rdida. Esther Camacho, autora del informe, neuropsic¨®loga y geront¨®loga en la Sociedad Espa?ola de Geriatr¨ªa y Gerontolog¨ªa, sostiene que no depende ¨²nicamente de la ausencia de contacto social o de algo tan frecuente entre personas mayores como llevar una vida solitaria durante la viudedad, sino m¨¢s bien de la trayectoria vital que se haya recorrido: ¡°Prescindir de la participaci¨®n en un grupo social, como es el trabajo; dejar amistades y rutinas en nuestro c¨ªrculo de relaciones; ver mermadas tus capacidades y tu autonom¨ªa f¨ªsica y, por supuesto, perder a la pareja derivan en crisis relacionadas con la soledad¡±, detalla. Un estado que la mayor¨ªa de sus pacientes resumen en sensaci¨®n de vac¨ªo y en una vida carente de sentido que se va borrando poco a poco. Como si ya no contaran como individuos.
Las mujeres son mucho m¨¢s proclives a hablar sobre su situaci¨®n. Los hombres se lo guardan todo mucho m¨¢s, y eso provoca que lo somaticen, se cronifique y derive muchas veces en adiccionesEsther Camacho, neuropsic¨®loga y geront¨®loga en la Sociedad Espa?ola de Geriatr¨ªa y Gerontolog¨ªa
La prevalencia a sufrir esa soledad no deseada suele aumentar a partir de los 70 a?os, aunque puede irrumpir de manera inesperada en cualquier momento. ¡°Es una realidad muy extendida pero, a su vez, invisible. Por eso pasa desapercibida ante los ojos de la sociedad. A¨²n hay mucho estigma y eso hace que a los mayores les incomode o les d¨¦ verg¨¹enza contarlo¡±, opina Camacho. Y el factor que m¨¢s diferencia a hombres y mujeres es precisamente la forma de expresar ese sentimiento: ¡°Las mujeres son mucho m¨¢s proclives a hablar sobre su situaci¨®n. La mayor¨ªa, casi todas viudas, me preguntan que qu¨¦ hacen aqu¨ª y por qu¨¦ siguen vivas. Su motivo de existencia eran sobre todo sus maridos y a?oran la presencia de personas en general. Los hombres se lo guardan todo mucho m¨¢s, y eso provoca que lo somaticen, se cronifique y derive muchas veces en adicciones como el alcoholismo¡±.
Escuchar, guiar y acompa?ar
En Espa?a, seg¨²n datos del INE publicados en 2022, hay cerca de 9,3 millones de personas mayores de 65 a?os y, de los cinco millones de hogares unipersonales, dos millones est¨¢n habitados tambi¨¦n por mayores de 65. Pero seg¨²n el psic¨®logo, geront¨®logo y director cient¨ªfico del programa de Personas Mayores de la Fundaci¨®n La Caixa, Javier Yanguas, cuantificar con datos exactos la soledad es algo casi imposible: ¡°Hay estudios que demuestran que un 40% de las personas mayores que viven acompa?adas tambi¨¦n se sienten solas. Es un tema tan amplio y complejo que no existen datos concretos. Nosotros nos basamos en distintos informes para hacer hip¨®tesis y estimaciones, como la de que existen cerca de 3 millones de personas que se sienten solas¡±, aclara Yanguas.
Precisamente para aliviar este problema y encontrarle soluciones naci¨® el programa Siempre acompa?ados de Fundaci¨®n la Caixa, que implica a m¨¢s de 400 entidades p¨²blicas, 500 profesionales y una red de m¨¢s de 300 voluntarios en Espa?a, como J¨¦ssica y Javier. Gracias a la labor de ambos, consiguen empoderar a las personas mayores y convertirlas en sujetos activos, acompa?¨¢ndolas en su proceso de envejecimiento y en la b¨²squeda de una vida plena a trav¨¦s de relaciones de bienestar y apoyo. Otro de sus cometidos es dar a conocer el programa en entornos tan cotidianos como centros de salud, residencias, farmacias, barrios, juntas de vecinos, o comisar¨ªas. El objetivo es buscar la participaci¨®n de la ciudadan¨ªa y del entorno comunitario para sensibilizar y concienciar a la sociedad sobre la importancia de este problema que se extiende con el aumento de la esperanza de vida.
Y es la escucha activa uno de los gestos m¨¢s simples que podemos hacer como individuos, seg¨²n coinciden J¨¦ssica Meseguer y Javier G¨®mez. Bastar¨ªa con un simple saludo en el transporte p¨²blico o en la panader¨ªa de nuestro barrio. Una opini¨®n que Esther Camacho tambi¨¦n ejemplifica: ¡°En la pandemia, vimos una uni¨®n y un v¨ªnculo incre¨ªble de toda la sociedad hacia los mayores. J¨®venes y vecinos les hac¨ªan la compra, les cocinaban, les llamaban¡ ?D¨®nde ha quedado esa generosidad? Tenemos que recuperarla¡±.
Charo Serrano y Francisco Soto han conseguido recuperar el ¨¢nimo. Ahora, hacen gimnasia a diario, salen con amigos, cantan, cocinan, y se apuntan a cualquier actividad que les saque de casa. Entretenerse, estar activo, tener un motivo, eso es lo que m¨¢s les importa: ¡°Salir, salir, salir y salir. De manera casi autom¨¢tica, me arreglo y me voy porque, si no, te hundes¡±, comenta Serrano. Ellos han vuelto, poco a poco, a ver luz al final del t¨²nel.
Cuando la soledad no se ve pero s¨ª se siente
El programa Siempre acompañados ha atendido este año a más de 2.000 personas mayores de 65 años en situación de soledad no deseada gracias a una extensa red de más de 60 centros propios y 570 conveniados con las administraciones públicas en España. Este año, con motivo del Día Internacional de las Personas Mayores el pasado 1 de octubre, la entidad lanzó la campaña de sensibilización La soledad no se ve, se siente para hacer visible una realidad invisible que afecta a casi tres millones de personas en nuestro país: “Como recogen varios análisis, la soledad tiene una prevalencia de entre el 24% y el 40% en personas mayores de 65 años. Por lo tanto, en España estaríamos hablando de entre 2,2 y 3,7 millones de personas en situación de soledad. Teniendo en cuenta una hipótesis media de prevalencia, se puede afirmar en base a los estudios revisados, que aproximadamente casi 3 millones de personas mayores sufren soledad”, asegura Javier Yanguas, director científico de la Fundación La Caixa.
El objetivo es mostrar a la ciudadanía lo que sufre una persona mayor que se siente sola y cómo un simple saludo importa: “Prestar atención a nuestro alrededor, a nuestros vecinos con los que nos cruzamos a diario, dirigirnos e interesarnos por ellos, establecer contacto, es el primer paso para detectar la soledad cerca de nosotros. Vivir en comunidad implica que debemos ser capaces de cuidarnos entre todos”, afirman desde la entidad.