Cuatro de cada cinco ictus se evitar¨ªa con h¨¢bitos saludables
Controlar la hipertensi¨®n, evitar el tabaco, el alcohol y las grasas y realizar actividad f¨ªsica evita el 80% de los casos de ictus
Rafael estaba viendo la tele en su casa como un d¨ªa cualquiera. Son¨® el timbre y, al abrir la puerta a su sobrino, este exclam¨® ¡®tito, te est¨¢ dando un ictus¡¯. Sin perder un instante, sac¨® el m¨®vil y llam¨® a los servicios de urgencias. Una reacci¨®n r¨¢pida que consigui¨® que hoy Rafael Mart¨ªnez, presidente de la Federaci¨®n Espa?ola de Asociaciones de Anticoagulados (FEASAN), pueda contarlo sin secuelas. ¡°Me encontraba normal, no me dol¨ªa nada y contestaba coherentemente. Pero ten¨ªa el labio inferior hacia la izquierda y la lengua un poco hacia fuera, que son dos de los s¨ªntomas claros. ?l lo tuvo claro porque es polic¨ªa nacional, les ense?an a detectarlos y a actuar r¨¢pido y sin perder la calma. Ante una situaci¨®n as¨ª, es mejor llamar a emergencias y equivocarse, que no hacerlo y que queden secuelas. Con el ictus el tiempo es oro¡±.
Su caso no es aislado. Cada a?o 15 millones de personas de todo el mundo sufren un ictus. De cada tres afectados, uno muere y otro sufre una discapacidad permanente. Esto la convierte en la primera causa de discapacidad f¨ªsica y mental en todo el mundo. Solo en Espa?a se producen unos 120.000 casos al a?o. Las consecuencias personales, familiares y socio-sanitarias son demoledoras. ¡°Es una de las enfermedades del cerebro m¨¢s frecuentes. El 80% de los casos se producen porque una arteria del cerebro se obstruye. Es el ¡®ictus isqu¨¦mico¡¯ y la causa est¨¢ en un trombo formado en la arteria cerebral (trombosis) o en el coraz¨®n (embolia). Puede ser transitorio y durar apenas diez minutos o prolongarse durante m¨¢s de 24 horas, que es lo que conocemos como infarto cerebral. En el 20% restante la causa es todo lo contrario: una arteria se rompe y origina una hemorragia cerebral o derrame¡±, explica el doctor Jaime Masjuan Vallejo, jefe de Neurolog¨ªa del Hospital Universitario Ram¨®n y Cajal de Madrid.
En Espa?a se producen unos 120.000 casos de ictus al a?o. Las consecuencias personales, familiares y socio-sanitarias son demoledoras.
La denominaci¨®n ictus es relativamente nueva. ¡°En 2000 la Sociedad Espa?ola de Neurolog¨ªa busc¨® un t¨¦rmino que aunara diversas enfermedades. Se opt¨® por el t¨¦rmino ¡®ictus¡¯, que en lat¨ªn significa golpe. Bajo ese paraguas de t¨¦rminos se agrupan diversas afecciones cerebrales, como el derrame, la embolia o la apoplej¨ªa. Al sumar todos esos casos, estad¨ªsticamente aumentaron mucho. As¨ª resultaba m¨¢s f¨¢cil comunicar la importancia de esta enfermedad terrible, pero en la que se puede hacen hacer muchas cosas para prevenirla¡±.
Ser joven no inmuniza frente al ictus
En Espa?a, el ictus es la tercera causa de muerte en c¨®mputo general y la primera en el caso de la mujer. ¡°No es que tenga m¨¢s incidencia entre las mujeres, pero est¨¢ relacionado con la edad. Como la esperanza de vida en la mujer es superior a la del hombre, tenemos m¨¢s ictus. Lo mismo sucede con el Alzheimer. No es que el ictus genere ese problema, pero si a una persona de edad avanzada encima le dejas sin riego una parte del cerebro, las posibilidades de desarrollar ese tipo de demencia senil se multiplican¡±.
La edad es uno de los factores de riesgo no evitables. ¡°Ocurre con m¨¢s frecuencia en mayores de 65 a?os porque en el organismo hay un deterioro inevitable, pero puede sobrevenir a cualquier edad. Es m¨¢s, en los ¨²ltimos a?os est¨¢n aumentando entre un 15 y un 25% en menores de 55 a?os por h¨¢bitos de vida poco saludables que disparan los factores de riesgo cardiovascular: hipertensi¨®n, diabetes mellitus, consumo excesivo de alcohol, dieta alta en grasas, tabaquismo y sedentarismo. Tambi¨¦n algunas enfermedades card¨ªacas, como la fibrilaci¨®n auricular. El patr¨®n de paciente suele repetirse: personas que se cuidan poco, comen fuera de casa y platos poco saludables, tienen mucho estr¨¦s y son hipertensos, pero no lo saben. O son hipertensos, pero no se cuidan. Piensan que esto es una cosa de ancianos, que no les va a tocar. Cuantos m¨¢s factores de riesgo acumulen, m¨¢s posibilidades de sufrir este tipo de ataque cerebral¡±.
Desde la Sociedad Espa?ola de Neurolog¨ªa, as¨ª como otras instancias sanitarias, se realizan peri¨®dicamente campa?as de concienciaci¨®n ciudadana. ¡°Parad¨®jicamente quienes m¨¢s lo sufren, que son las personas entre 60 y 80 a?os, son los que m¨¢s se vigilan porque por uno u otro motivo ya suelen pasar con relativa frecuencia por atenci¨®n primaria. Pero tenemos que lograr que el mensaje cale en la poblaci¨®n entre 35 y 60 a?os. De c¨®mo se cuiden en edades tempranas depender¨¢ buena parte de su salud vascular. Y con ello, su calidad de vida. El ictus ocurre de repente. A diferencia del infarto de miocardio, que no deja secuelas, puede dejar secuelas invalidantes. Por peque?a que sea, una dificultad para mover la mano o en el habla, puede suponer que esa persona no se reincorpore al mercado laboral. Y eso, en edades relativamente j¨®venes, es un drama personal. Y un roto a nivel social, porque perdemos a personas laboralmente h¨¢biles. Por no hablar del gasto m¨¦dico¡±. Las estad¨ªsticas en Espa?a calculan un gasto sanitario anual de aproximadamente 1.250 millones de euros, a los que hay que sumar los estragos que un enfermo causa en la econom¨ªa y la rutina familiar.
En un peque?o porcentaje tambi¨¦n afectar a personas sanas y deportistas. ¡°Tiene que ver con alteraciones cong¨¦nitas de la coagulaci¨®n o anomal¨ªas en la arteria cerebro. Es lo que le sucedi¨® a Alberto Contador¡±.
Hablar raro es se?al de alarma
Dependiendo de la zona del cerebro afectada por el trombo o de la zona encharcada por la hemorragia los s¨ªntomas pueden ser diferentes. ¡°Son f¨¢cilmente identificables: p¨¦rdida del habla o hablar sin coherencia, torcedura del labio inferior, p¨¦rdida de fuerza en un brazo¡Casi nunca van acompa?ados de dolor de cabeza, algo que si sucede en el infarto de coraz¨®n¡±. Los s¨ªntomas pueden ser permanentes hasta que se llega al hospital o durar cinco o diez minutos y desaparecer. ¡°Son ictus transitorios. Lo vimos hace a?os cuando Alfredo Landa subi¨® a recoger el Goya. Hablaba raro, pero nadie se percat¨® que era un ictus en directo. Muchas personas lo sufren, pero, al desaparecer los s¨ªntomas lo dejan pasar. Es un error: suele ser la primera manifestaci¨®n de una enfermedad cerebrovascular. Diagnosticada a tiempo, podemos tratarla y evitar el infarto cerebral definitivo y grave, algo que sucede en un 15% de los que lo dejan correr. M¨¢s a¨²n, entre un 4 y un 8% lo tendr¨¢n en el plazo de un mes¡±. En estos casos, no hay emergencia vital inminente, pero se recomienda visitar un servicio de urgencias con neur¨®logo de guardia para que valore la situaci¨®n y ponga el tratamiento pertinente para evitar que se repita.
Cuando es duradero, actuar con diligencia en los 90 minutos posteriores puede salvar una vida. ¡°La reacci¨®n innata es acudir a las urgencias del hospital m¨¢s cercano. No hay que proceder as¨ª porque no todos los centros hospitalarios cuentan con equipos especializados en ictus. Lo adecuado es llamar al 112 o 061. Ellos ya ponen en marcha el ¡®C¨®digo Ictus¡¯, un sistema que coordina los Servicios de Emergencia con los hospitales que cuentan con Unidades de Ictus. Se dan instrucciones precisas a la ambulancia sobre a qu¨¦ hospital ha de acudir, que puede que no sea el m¨¢s cercano, pero s¨ª el equipado para tratarlo. Paralelamente se informa al hospital de que un paciente va de camino. El objetivo es que, en los 60 minutos posteriores a su llegada, se pueda identificar y aplicar el tratamiento¡±. Esta estrategia milim¨¦trica y a contrarreloj tiene un objetivo claro: ¡°Cuanto menos tiempo permanezca sin riego el tejido cerebral, m¨¢s posibilidades de que el tratamiento sea eficaz y no deje secuelas. O de haberlas, que sea lo menos dolosas. En algunos pacientes tenemos hasta 24 horas para actuar. Nos pasa con algunos que no le dan importancia a no poder mover bien un brazo o a los que lo sufren mientras duermen. Pero cuanto antes se ataje, mejor¡±.
La vida en 90 minutos
El reloj de Rafael casi se para hace tres a?os. Hoy lo recuerda con toda nitidez. ¡°Afect¨® a la parte derecha del cerebro, as¨ª que me paraliz¨® el lado izquierdo. Los de la ambulancia me dec¨ªan 'mueva la mano derecha y la mov¨ªa. Ahora mueva la mano izquierda y yo dec¨ªa ¡®que no me la encuentro¡¯. Tampoco ten¨ªa visi¨®n en el ojo izquierdo, pero pod¨ªa hablar sin problemas. Ya en el hospital pas¨¦ al quir¨®fano para que me extrajeran el co¨¢gulo. En cuanto la sangre empez¨® a movilizarse por lo que yo llamo ¡®la zona confinada¡¯, me recuper¨¦ sin secuelas¡±.
Esos 90 minutos desde que se pone en marcha el C¨®digo Ictus implican una coordinaci¨®n exhaustiva entre distintos sanitarios. ¡°Lo primero que hacen los equipos de emergencia al ver al paciente es controlar la tensi¨®n y encaminarse al hospital designado¡±, desgrana el doctor Masjuan. ¡°Una vez all¨ª, los neur¨®logos hacemos un esc¨¢ner craneal para determinar si hay derrame o es infarto cerebral¡±. Estas pruebas diagn¨®sticas son clave para establecer el tratamiento necesario. ¡°A los pacientes les explicamos que esto es como cuando tienes un problema de fontaner¨ªa en casa: no es lo mismo que se atasque el fregadero o que se rompa una ca?er¨ªa. Cuando se trata de un infarto cerebral, unas veces se mete un f¨¢rmaco por la vena (trombolisis) para disolver el co¨¢gulo. En otras ocasiones se emplea una t¨¦cnica m¨¢s avanzada que consiste en meter un cat¨¦ter desde la ingle al cerebro para sacar el trombo y liberar el paso obstruido. Si el origen es una hemorragia y la sangre est¨¢ inundando el cerebro podemos tener distintos m¨¦todos quir¨²rgicos, si bien pero menos eficaces¡±.
Y ahora, ?qu¨¦?
Hay quienes sufren dos y tres ictus en su vida. ¡°Si no se cuidan los factores de riesgo que han llevado al primer ictus, pueden repetirse. Si sucede un segundo, los neur¨®logos le volveremos a dar mil vueltas para buscar la causa. Normalmente es que el paciente no se cuida, que ha vuelto a fumar o no toma medicaci¨®n. Esto es un aviso para toda la vida. El problema es que los primeros 3-6 meses se asustan y hacen las cosas bien. Con el tiempo, relajan y vuelven a aumentar los factores de riesgo. Hay que hacerse revisiones con el neur¨®logo o en atenci¨®n primaria. No vale con hacer deporte o comer sano si no tomas la medicaci¨®n. A los pacientes cr¨®nicos hay que concienciarlos de que si hacen las cosas bien, todo ir¨¢ bien. Si no, est¨¢n comprando papeletas para que vuelva a producirse¡±.
Sin embargo, el mensaje que debe calar entre la poblaci¨®n es que el 80% de los ictus puede prevenirse evitando los factores de riesgo. ¡°Y es mejor prevenir que curar, porque dos de cada tres dejan secuelas. Tampoco hay que vivir con la angustia ni hacerse un chequeo card¨ªaco si no hay factores de riesgo, sobre todo, en pacientes j¨®venes. Pero s¨ª trabajar en la prevenci¨®n primaria, que es la no farmacol¨®gica: caminar a diario, vigilar la dieta, no fumar, controlar los niveles de colesterol, la glucosa y la tensi¨®n. Ahora tenemos dispositivos port¨¢tiles por poco dinero, incluso, algunos relojes inteligentes, que ya dan una idea de c¨®mo estamos de salud. Solo con eso detectar¨ªamos muchos candidatos a ictus y podr¨ªamos evitarlos. Cap¨ªtulo aparte son las personas que ya han sufrido alg¨²n problema de coraz¨®n, porque hay m¨¢s posibilidades de que generen ¨¦mbolos (as¨ª se denominan los trombos cuyo responsable es el m¨²sculo card¨ªaco) y que ¨¦stos acaben en el cerebro. Aqu¨ª s¨ª que hay que tratar con anticoagulantes para hacer la sangre m¨¢s l¨ªquida¡±.
Bien controlado, el ictus puede ser un solo una peligrosa llamada de atenci¨®n. Es la reflexi¨®n en voz alta que Rafael Mart¨ªnez reitera una y otra en sus conferencias ante otros compa?eros de dolencia y en todas aquellas dirigidas a la prevenci¨®n entre la poblaci¨®n sana. ¡°A mis 76 a?os, me cuido m¨¢s que cuando era un chaval. De joven me fumaba tres cajetillas diarias, beb¨ªa y no hac¨ªa nada de deporte. Comer no es que comiera mal, pero tampoco me conten¨ªa. Ahora paseo a diario, no fumo y procuro no abusar de las grasas. Si me dejaran volver atr¨¢s en el tiempo, cambiar¨ªa todos esos errores. Ya me causaron un infarto en 2001 y hace tres, el ictus. Ahora tomo 18 pastillas al d¨ªa para diversas patolog¨ªas. Estoy anticoagulado y tengo que tener cuidado con los cortes o los golpes. Un peque?o hematoma para otra persona, en nuestro caso puede ser una hemorragia interna. Cada d¨ªa me pregunto c¨®mo habr¨ªa sido mi vida de haberla encauzado de otra forma¡±.
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