Gran hermano en la jungla: los registros de biodiversidad florecen en la era digital
C¨¢maras con sensores y sistemas reconocimiento de im¨¢genes contribuyen al fuerte crecimiento de estos cat¨¢logos, antes basados en colecciones de espec¨ªmenes
Uno de los casi 1.400 millones de animales registrados en la base de datos de la Global Biodiversity Information Facility (GBIF) es un escuchimizado mapache disecado. En la imagen apenas se le reconoce como un miembro de su especie, salvo por el patr¨®n bicolor de los anillos de su cola despeluchada. Tampoco se le puede pedir mucho: el animal lleva congelado en el tiempo desde que en 1891 se integr¨® en la colecci¨®n de espec¨ªmenes preservados del Museo Nacional de Ciencias Naturales de ...
Uno de los casi 1.400 millones de animales registrados en la base de datos de la Global Biodiversity Information Facility (GBIF) es un escuchimizado mapache disecado. En la imagen apenas se le reconoce como un miembro de su especie, salvo por el patr¨®n bicolor de los anillos de su cola despeluchada. Tampoco se le puede pedir mucho: el animal lleva congelado en el tiempo desde que en 1891 se integr¨® en la colecci¨®n de espec¨ªmenes preservados del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Barcelona. Para tener m¨¢s de un siglo, est¨¢ estupendo. Adem¨¢s, ejemplifica el pasado no tan lejano de los registros de biodiversidad en Espa?a y el mundo entero: taxidermia y formol.
En el cat¨¢logo de ocurrencias de esta organizaci¨®n internacional dedicada a recopilar datos sobre ¡°cualquier tipo de vida que hay en la tierra¡± y publicarlos en formatos de acceso abierto y gratuito, los espec¨ªmenes como el mapache centenario son ya casi una an¨¦cdota. Una an¨¦cdota grande, con 168 millones de ejemplos que datan desde el siglo XVII hasta nuestros d¨ªas; pero nada comparable con los m¨¢s de 1.140 millones de registros de observaciones que ya constituyen un 81,3% de la colecci¨®n. ¡°Cuando empezamos, el grueso del contenido proven¨ªa de colecciones cient¨ªficas respaldadas por ejemplares conservados. Si nos acercamos a la actualidad, los datos provenientes de otras fuentes han aumentado¡±, explica Francisco Pando doctor en Biolog¨ªa, investigador del CSIC y responsable del nodo espa?ol de GBIF.
A esta explosi¨®n de informaci¨®n contribuyen varios factores. Por una parte, la naturaleza global de GBIF y sus est¨¢ndares permiten que cient¨ªficos, entidades p¨²blicas y privadas, y aficionados de todo el mundo contribuyan con sus propios datos a engordar el sistema. Por otra, la tecnolog¨ªa ha puesto su valioso granito de arena en lo relativo a la acumulaci¨®n y el procesamiento de estas im¨¢genes. Los espec¨ªmenes disecados y los que flotan siniestros en formol han ido perdiendo fuelle ante a la masiva producci¨®n de fotograf¨ªas captadas mediante c¨¢maras trampa con sensores de movimiento incorporados para sacar fotos en caso de detectar presencias pr¨®ximas.
¡°Las c¨¢maras trampa no son algo tan nuevo. Adem¨¢s, tienen un nicho de usos muy particular para mam¨ªferos, para ver su comportamiento. La novedad es la facilidad con que esta informaci¨®n puede pasar ahora a internet y estar disponible para todo el mundo¡±, matiza el investigador. Al proyecto de GBIF se suman iniciativas como Movebank del Instituto Max Plank. En esta plataforma tambi¨¦n abierta y gratuita es posible compartir y consultar datos recopilados en m¨¢s de 7.000 estudios de movimiento animal. El sistema admite tambi¨¦n informaci¨®n sobre los derroteros de animales concretos sobre los que se han instalado sensores para monitorizar sus desplazamientos.
Otro ejemplo es eMammal. Este sistema de gesti¨®n de datos sirve de archivo a una ingente y creciente cantidad de im¨¢genes de c¨¢maras trampa. Como su nombre indica, la mayor¨ªa de las fotograf¨ªas muestran mam¨ªferos pillados infraganti en sus salvajes quehaceres o mirando a c¨¢mara con suspicacia. Osos hormigueros, zarig¨¹eyas, ocelotes, tigres, leones, hienas, alg¨²n que otro pavo, ardillas, conejos, elefantes, ciervos, lobos... No en vano, los vertebrados son, en general, el grupo m¨¢s visible para este tipo de dispositivos. ¡°Tenemos mucha informaci¨®n muy reciente, pero tambi¨¦n est¨¢ limitada a los grupos m¨¢s f¨¢cilmente observables¡±, se?ala Pando.
La firmeza con que GBIF proclama su objetivo de representar cualquier forma de vida terrestre contrasta con el reto que en efecto supone lograrlo. Los vertebrados constituyen m¨¢s de dos tercios de los registros de la plataforma. Abundan los p¨¢jaros, gracias a la enorme comunidad de aficionados a la observaci¨®n de aves, pero no ocurre lo mismo, por ejemplo, con los hongos. En este sentido, GBIF procura informar a la comunidad de colaboradores de los vac¨ªos existentes, a modo de recomendaci¨®n. ¡°Nosotros no tenemos la fuerza para decir hay que hacer esto¡±, comenta el responsable del nodo espa?ol.
Qui¨¦n es qui¨¦n
La tarea de identificar las especies retratadas por las c¨¢maras trampa tambi¨¦n se ha simplificado en los ¨²ltimos a?os. ¡°No solo en las c¨¢maras. En general, en im¨¢genes de biodiversidad han irrumpido desde hace unos a?os las metodolog¨ªas de inteligencia artificial y deep learning. Se est¨¢n utilizando para identificar especies de manera autom¨¢tica y semiautom¨¢tica. Es un apoyo muy grande¡±, a?ade Pando. Estas aplicaciones ofrecen funcionalidades similares a las de Google Lens, capaz de identificar y ampliar informaci¨®n sobre distintos elementos en una foto, pero est¨¢n dise?adas para sistematizar el reconocimiento en serie y, por supuesto, especializadas en identificar flora y fauna.
?Acabar¨¢n los registros de origen digital con las colecciones de espec¨ªmenes preservados? ¡°No se sustituyen: se complementan. En parte, por el alcance temporal de cada uno y en parte por la cobertura de especies. Siempre van a hacer falta colecciones, porque a partir de las im¨¢genes se llega hasta donde se llega. Esos animales no est¨¢n ah¨ª solamente para conservarlos, tambi¨¦n para estudiarlos¡±, argumenta Pando. En este sentido, el potencial de los datos de observaciones se concentra en el ¨¢rea de la ecolog¨ªa espacial: niveles de poblaci¨®n, efectos de la actividad humana en asentamientos animales, monitorizaci¨®n de esfuerzos de conservaci¨®n, seguimiento de migraciones...
?Es todo bueno? S¨ª y no. El hecho de que haya una comunidad global contribuyendo a alimentar estas bases de datos con sus experiencias puede introducir sesgos en el reconocimiento de las im¨¢genes... Por parte de los humanos. ¡°Hay una asociaci¨®n naturalista alemana que tiene, por supuesto, mucha informaci¨®n de los Alpes¡±, comenta el investigador. Hasta aqu¨ª todo bien. El problema es que cuando ese grupo va a los Pirineos, identifica err¨®neamente especies de sus monta?as natales en la zona. ¡°Hay que tener cuidado con este tema¡±.