?Est¨¢ cambiando la inteligencia artificial nuestra manera de ser humanos?
Expertos, soci¨®logos y psic¨®logos debaten sobre el presente y el futuro de nuestra relaci¨®n con las m¨¢quinas inteligentes y la autonom¨ªa de la persona en un mundo digitalizado
La inteligencia artificial (IA) ha irrumpido en la rutina humana y r¨¢pidamente se ha acomodado en los espacios laborales, deportivos, sociales y culturales. Hoy, adem¨¢s de predecir qu¨¦ programas de televisi¨®n, canciones o podcasts quiere consumir una persona en funci¨®n de sus preferencias pasadas, tambi¨¦n toma decisiones bancarias sobre qui¨¦n puede pedir dinero prestado con relaci¨®n a su historial financiero e influye en la contrataci¨®n y despido del personal en empresas, de la misma manera que ha irrumpido en los cuerpos de seguridad y en la aplicaci¨®n de las leyes, al evaluar el uso d...
La inteligencia artificial (IA) ha irrumpido en la rutina humana y r¨¢pidamente se ha acomodado en los espacios laborales, deportivos, sociales y culturales. Hoy, adem¨¢s de predecir qu¨¦ programas de televisi¨®n, canciones o podcasts quiere consumir una persona en funci¨®n de sus preferencias pasadas, tambi¨¦n toma decisiones bancarias sobre qui¨¦n puede pedir dinero prestado con relaci¨®n a su historial financiero e influye en la contrataci¨®n y despido del personal en empresas, de la misma manera que ha irrumpido en los cuerpos de seguridad y en la aplicaci¨®n de las leyes, al evaluar el uso de la fuerza y la identificaci¨®n facial de personas de inter¨¦s. Con la IA presente en casi todos los ¨¢mbitos de la vida humana, psic¨®logos, soci¨®logos e investigadores se plantean si, bajo la promesa de hacernos la vida m¨¢s f¨¢cil, la IA est¨¢ cambiando lo que significa ser humano. Para mal.
Investigadores del proyecto de Experiencia e Inteligencia Artificial (AIEX, por sus siglas en ingl¨¦s) del Centro de ?tica Aplicada de la Universidad de Massachusetts, han centrado sus preocupaciones en c¨®mo la IA podr¨ªa modificar nuestra conducta humana a tal punto de cambiar nuestra concepci¨®n de la persona. ¡°A medida que se vuelven m¨¢s y m¨¢s predecibles, las criaturas que habitan un mundo mediado por la IA se volver¨¢n cada vez menos como nosotros¡±, augura Nir Eisikovits, profesor asociado de filosof¨ªa y director de AIEX. En la misma l¨ªnea, Antonio Tenorio, soci¨®logo y ensayista, explica que ¡°las m¨¢quinas han venido a revelarnos c¨®mo de predecibles somos¡±. ¡°Pero cabe resaltar que lo que los dispositivos hacen son sugerencias. Ning¨²n dispositivo, al menos hasta ahora, act¨²a sobre ese ¨²ltimo y primer resquicio de libertad humana, que corresponde a la decisi¨®n final¡±, advierte Tenorio. Pero, ?suceder¨¢?
¡°La proliferaci¨®n de sistemas de IA basados en algoritmos de predicci¨®n tiene un impacto muy importante en la libertad de elecci¨®n del consumidor (en lo que piensa, en lo que siente, en lo que hace) y, por tanto, en la definici¨®n de su identidad como tal (en lo que es o deja de ser)¡±, detalla Pedro L¨®pez Ugarte, soci¨®logo especializado en sociolog¨ªa del consumo y social media, quien advierte que ¡°este gancho hace que el consumidor venda su alma al diablo, enfrent¨¢ndose sin saberlo a consecuencias o riesgos de distinta naturaleza¡±, como la restricci¨®n a la libertad de elecci¨®n y la privacidad del usuario. ¡°La pregunta que cabe hacerse es la siguiente: si el consumidor fuera consciente de todos estos riesgos, ?le importar¨ªa hasta el punto de renunciar a los beneficios asociados a la IA? Posiblemente no, en la mayor¨ªa de los casos¡±, se responde L¨®pez Ugarte.
Cuando ellas deciden
Para el psic¨®logo e investigador experto en tecnolog¨ªa Celestino Gonz¨¢lez-Fern¨¢ndez, ese es precisamente el meollo del asunto. ¡°El problema vendr¨¢ cuando una m¨¢quina con inteligencia artificial pueda aprender por s¨ª misma y empiece a tomar decisiones independientes con o sin tener en cuenta al factor humano, como ya adelantan algunas pel¨ªculas dist¨®picas (Terminator o Matrix, por ejemplo)¡±, explica, y resalta que el auge de la IA ¡°cambia lo que significa ser humano al volvernos m¨¢s pasivos, dependientes tecnol¨®gicos y modificar nuestros comportamientos y capacidades de decisi¨®n al otorgar esa iniciativa a las m¨¢quinas¡±. Y al debate se asoma otra pregunta: ?Nos est¨¢ quitando la IA la habilidad de elegir y la espontaneidad humana a ra¨ªz de la sofisticaci¨®n de todos los algoritmos de predicci¨®n?
Al eliminar la elecci¨®n y el azar, la IA podr¨ªa hacer la vida tan c¨®moda y predecible que hay quienes auguran un fracaso a nivel personal y social. ¡°La IA tiene muchos beneficios y nos facilita nuestro d¨ªa a d¨ªa, pero depender de ella para todo incluyendo nuestra toma de decisiones no es aconsejable, porque impide el desarrollo cognitivo y conductual de la persona que necesita esfuerzo, error, aprendizaje y crecimiento¡±, se?ala el psic¨®logo experto en salud Enric Valls, y explica que las innovaciones tecnol¨®gicas pueden incluso llegar a cohibir la imprevisibilidad y la manera en que las personas se entienden a s¨ª mismas.
Eisikovits explica en un art¨ªculo publicado por The Conversation que ¡°alg¨²n d¨ªa, los humanos podr¨¢n incluso encontrar una forma en que las m¨¢quinas puedan tomar decisiones sin algunos de los prejuicios que los humanos suelen mostrar¡± y que ¡°en la medida en que la imprevisibilidad sea parte de c¨®mo las personas se entienden a s¨ª mismas y de lo que les gusta de s¨ª mismas, la humanidad est¨¢ en proceso de perder algo significativo con la apuesta de la IA de erradicar aspectos tan comunes como el azar y la capacidad de tomar buenas o malas decisiones¡±.
Para Gonz¨¢lez-Fern¨¢ndez, un mundo gestionado por la IA podr¨ªa ser m¨¢s efectivo, pero a la vez m¨¢s previsible y menos humano. ¡°Al eliminar eso [la elecci¨®n y el azar] y guiarnos por criterios objetivos sujetos a inteligencia artificial sin connotaciones emocionales, llegar¨ªamos a deshumanizar la sociedad y a vernos en t¨¦rminos de funcionalidad, productividad y objetivos concretos a corporaciones o gobiernos. ?Qu¨¦ pasar¨ªa con los individuos no v¨¢lidos o ¨²tiles para los algoritmos y datos?¡±, reflexiona el investigador.
Desde el Centro de ?tica Aplicada, los expertos se hacen preguntas parecidas. ?Qu¨¦ sucede con nuestra capacidad para emitir juicios morales cuando las m¨¢quinas toman un n¨²mero cada vez mayor de decisiones pr¨¢cticas complejas en dominios como la retenci¨®n de trabajadores o la solvencia crediticia? ?Cambian nuestras habilidades sociales cuando mantenemos m¨¢s y m¨¢s conversaciones con m¨¢quinas dotadas de inteligencia artificial como Alexa o Siri? ?Comenzamos a confiar en las m¨¢quinas en lugar de simplemente depender de ellas?
¡°Una m¨¢quina puede imitar a los humanos, ciertamente. Pero eso no la hace humana, particularmente si frente a ello ubicamos a la ?tica y al Arte como las ¨²ltimas fronteras de la inteligencia no artificial¡±, explica Tenorio, quien considera que m¨¢s que una amenaza, la IA es una gran oportunidad para reencauzar lo mejor de la inteligencia humana. ¡°Hemos de asumir responsabilidades como programadores, comercializadores y usuarios porque sin importar qu¨¦ tan inteligente sea la m¨¢quina, sabemos que no tiene la inteligencia para hacerse responsable de sus actos, pero nosotros s¨ª y tenemos la obligaci¨®n de serlo¡±.