Por qu¨¦ retuitear el v¨ªdeo sexual de Santi Mill¨¢n tambi¨¦n es delito: la desprotecci¨®n de la intimidad en internet
Los expertos reclaman la revisi¨®n de las leyes para castigar m¨¢s la propagaci¨®n inicial y la redifusi¨®n de estos contenidos en las redes
La ¨²ltima v¨ªctima popular en Espa?a de la propagaci¨®n no consentida de un v¨ªdeo con contenido sexual ha sido el actor barcelon¨¦s Santi Mill¨¢n (53 a?os). Las im¨¢genes de una relaci¨®n del artista con una mujer se han hecho virales, pese a que la ley es clara. ¡°La difusi¨®n es delito¡±, asegura el abogado penalista Jes¨²s Jim¨¦nez, quien recuerda que estas pr¨¢cticas est¨¢n prohibidas por el art¨ªculo 197.7 del C¨®digo Penal...
La ¨²ltima v¨ªctima popular en Espa?a de la propagaci¨®n no consentida de un v¨ªdeo con contenido sexual ha sido el actor barcelon¨¦s Santi Mill¨¢n (53 a?os). Las im¨¢genes de una relaci¨®n del artista con una mujer se han hecho virales, pese a que la ley es clara. ¡°La difusi¨®n es delito¡±, asegura el abogado penalista Jes¨²s Jim¨¦nez, quien recuerda que estas pr¨¢cticas est¨¢n prohibidas por el art¨ªculo 197.7 del C¨®digo Penal. El actor se ha pronunciado en el mismo sentido.
La ley establece: ¡°Ser¨¢ castigado con una pena de prisi¨®n de tres meses a un a?o o multa de seis a 12 meses el que, sin autorizaci¨®n de la persona afectada, difunda, revele o ceda a terceros im¨¢genes o grabaciones audiovisuales de aquella que hubiera obtenido con su anuencia [consentimiento] en un domicilio o en cualquier otro lugar fuera del alcance de la mirada de terceros, cuando la divulgaci¨®n menoscabe gravemente la intimidad personal¡±.
Pese a la p¨¦sima redacci¨®n, el art¨ªculo es claro al castigar la difusi¨®n de im¨¢genes ¨ªntimas sin consentimiento. La norma establece la mayor carga sobre quien inicie la cadena ilegal, un acto que se considera m¨¢s grave si el origen es una persona que haya estado unida a la v¨ªctima por ¡°relaci¨®n de afectividad, aun sin convivencia¡±, o si el afectado o afectada por la propagaci¨®n es menor de edad. Pero una nueva norma apunta tambi¨¦n a quienes compartan o contribuyan a la difusi¨®n de los contenidos.
En este sentido, la Ley de Garant¨ªa Integral de la Libertad Sexual, la conocida como ¡°solo s¨ª es s¨ª¡±, aprobada el pasado 26 de mayo en el Congreso y actualmente en tr¨¢mite en el Senado, incorpora esta figura de la complicidad al fijar una pena de ¡°multa de uno a tres meses a quien, habiendo recibido las im¨¢genes o grabaciones audiovisuales a las que se refiere el p¨¢rrafo anterior las difunda, revele o ceda a terceros sin el consentimiento de la persona afectada¡±.
El penalista Jim¨¦nez es tajante en este sentido y recomienda ¡°no reenviar imagen alguna sin consentimiento expl¨ªcito de la persona afectada¡±. En este sentido, recuerda que ya existen sentencias condenatorias para personas que reenviaron a terceros im¨¢genes, incluso las que le remitieron originalmente de forma voluntaria. De esta forma, la pena no solo afecta a los contenidos viralizados, sino tambi¨¦n a los entregados personalmente, pero cuyos l¨ªmites de difusi¨®n sean vulnerados. ¡°La clave¡±, seg¨²n el abogado, ¡°es prevenir que la divulgaci¨®n menoscabe gravemente la intimidad de una persona, como dice la norma¡±.
Revisar las leyes
Borja Adsuara Varela, abogado, consultor, profesor universitario y experto en derecho digital, privacidad y protecci¨®n de datos, va m¨¢s all¨¢ y considera que el caso de Santi Mill¨¢n deber¨ªa servir para aprovechar la tramitaci¨®n en el Senado de la ley del ¡°solo s¨ª es s¨ª¡± con el fin de revisar los textos legales y mejorarlos.
¡°El art¨ªculo 197.7 se limita al que obtiene las im¨¢genes, con lo cual, si t¨² no eres el que las has obtenido, te vas de rositas. Deber¨ªa ampliarse para quienes las reciben y redifunden¡±, reclama el abogado al considerar ¡°rid¨ªculas¡± las multas previstas para los c¨®mplices.
¡°Por otro lado¡±, a?ade Adsuara, ¡°se limita demasiado a las im¨¢genes, fotos o grabaciones audiovisuales. Pero una conversaci¨®n grabada o un pantallazo de esta [si se realiza por mensajer¨ªa] puede menoscabar gravemente la intimidad de alguien tanto o m¨¢s que aparecer desnudo en una foto¡±.
Quien sufre una humillaci¨®n por su vida sexual no solo la padece por el que sube el video o el que lo difunde la primera vez, sino por todos los que se dedican a redifundirlo, adem¨¢s, insultando y acosando a la v¨ªctima en vez de al delincuente que lo ha subido. Es el mayor s¨ªntoma de una sociedad enfermaBorja Adsuara, abogado, profesor universitario y experto en derecho digital, privacidad y protecci¨®n de datos
Se?ala el abogado que, como en el caso de Ver¨®nica, la trabajadora de Iveco que se suicid¨® tras compartir la plantilla im¨¢genes sexuales de ella sin su consentimiento, ¡°estos delitos se cometen en dos actos¡±. ¡°El primero¡±, explica, ¡°es la difusi¨®n del video, pero el segundo lo cometen quienes lo redifunden a?adiendo, adem¨¢s, comentarios vejatorios. Quien sufre una humillaci¨®n por su vida sexual no solo la padece por el que sube el video o el que lo difunde la primera vez, sino por todos los que se dedican a redifundirlo, adem¨¢s, insultando y acosando a la v¨ªctima en vez de al delincuente que lo ha subido¡±. ¡°Es el mayor s¨ªntoma de una sociedad enferma¡±, afirma tajante.
Adsuara se?ala un primer germen de esta enfermedad: ¡°la mal llamada prensa del coraz¨®n¡±. ¡°Nos hemos acostumbrado a que entren a saco en la intimidad de la gente y ya ha dicho, hasta el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, con una sentencia sobre la princesa Carolina de M¨®naco, que una cosa es que los famosos tengan m¨¢s limitada la intimidad y otra cosa es que carezcan de ella: porque es un derecho fundamental de todo ser humano. Y no solo la vida sexual, sino cualquier aspecto de la vida¡±.
El caso de Santi Mill¨¢n, as¨ª como el de otros registrados en todo el mundo, tiene para el abogado tres v¨ªas: el menoscabo grave de la intimidad ser¨ªa penal, pero se puede pedir una indemnizaci¨®n por da?os y perjuicios morales por la v¨ªa civil y, adem¨¢s, es una infracci¨®n del Reglamento General de Protecci¨®n de Datos.
Insiste Adsuara que es un buen momento para revisar los textos legislativos, aunque admite las dificultades para controlar todas las implicaciones de la redifusi¨®n. ¡°Te puede llegar un v¨ªdeo porno¡±, explica, ¡°y t¨² no sabes si est¨¢ autorizado o no. Adem¨¢s, puedes actuar contra los casos m¨¢s graves y a los primeros que redifunden, pero si se viraliza, no vas a juzgar a 10.000 personas¡±.
Y concluye con una insistencia: ¡°Tan culpable o m¨¢s es quien sube las im¨¢genes por primera vez como quien las redifunde. Si esta sociedad no fuera tan hip¨®crita y, en vez de revolverse contra la v¨ªctima lo hiciera contra el que lo ha subido, nadie propagar¨ªa un v¨ªdeo ¨ªntimo. Si la sociedad se echa encima de quien lo sube o lo redifunde, lograremos cambiar las cosas¡±.
Virginia S¨¢nchez-Jim¨¦nez, del Departamento de Psicolog¨ªa Evolutiva de la Universidad de Sevilla, investiga la violencia en redes y la percepci¨®n de estas. En una investigaci¨®n publicada en Journal of interpersonal violence, describe dos fen¨®menos que tienen que ver con la percepci¨®n de la sociedad de este tipo de comportamientos a ra¨ªz de las pr¨¢cticas en la adolescencia: son comunes y los chicos creen que son menos graves.
El estudio introduce un factor poco estudiado: la desconexi¨®n moral, un proceso de autoconvencimiento mediante el que los principios ¨¦ticos no se aplican a uno mismo en un determinado contexto, una desactivaci¨®n intencionada para mantener la coherencia entre los valores y los comportamientos.
Pero, en cualquier caso, es tajante: ¡°Que quede claro que la responsabilidad de la agresi¨®n es del agresor. Que no se atribuya a la v¨ªctima. No podemos obligar a esta a ser preventiva ante una circunstancia que no deber¨ªa suceder. No podemos perder la perspectiva de que la responsabilidad la tiene el agresor siempre¡±
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