?Hacia una transici¨®n de dos velocidades?
Seg¨²n los expertos, una nueva brecha digital se consolida en nuestro pa¨ªs. A un lado, grandes empresas que se embarcan en ambiciosos proyectos de innovaci¨®n y transformaci¨®n tecnol¨®gica. Al otro, pymes y aut¨®nomos que intentan capear el temporal aferrados a su modelo de negocio de siempre. En este contexto, irrumpe el Kit Digital como posible panacea
En Espa?a hay una empresa activa por cada 14 habitantes. En total, 3.366.570, seg¨²n datos actualizados del Directorio Central de Empresas (DIRCE). Entre las que tienen personal asalariado, un 97% son pymes, es decir, empresas medianas (menos de 250 trabajadores), peque?as (menos de 50) o micro (menos de diez, con vol¨²menes de negocio inferiores a los dos millones de euros anuales). Sociedades de bolsillo que aportan a la econom¨ªa nacional un alto grado de capilaridad y diversidad y generan m¨¢s del 90% del empleo disponible. Son precisamente estas compa?¨ªas, tal y como afirmaba el economista Daniel Lacalle, ¡°las que m¨¢s pueden beneficiarse de un verdadero rescate del tejido empresarial espa?ol¡±, muy afectado por la pandemia.
Para Adolfo Rodr¨ªguez Morales, experto en innovaci¨®n y transformaci¨®n digital y director adjunto en su d¨ªa de Banco Santander, es en el terreno de las pymes donde se juega la crucial partida de la plena digitalizaci¨®n de la econom¨ªa: ¡°La Uni¨®n Europea, a trav¨¦s de sus fondos NextGen, acaba de lanzar el programa de ayudas Kit Digital, dotado con m¨¢s de 3.000 millones de euros, y de ¨¦l se espera que sea una especie de panacea¡±. Sin embargo, en opini¨®n de Rodr¨ªguez, ¡°ser digital no consiste solo en dotarse de una serie de herramientas tecnol¨®gicas b¨¢sicas, sino en asomarse a una nueva cultura empresarial y un replanteamiento de los modelos de negocio que exige desarrollar nuevos h¨¢bitos y nuevas competencias¡±. En otras palabras, ¡°dotarse de una p¨¢gina web y tener presencia testimonial en redes sociales tendr¨¢, en la mayor¨ªa de los casos, un efecto nulo si no implica tambi¨¦n un replanteamiento estrat¨¦gico, y a la mayor¨ªa de empresas, grandes y peque?as, les cuesta romper con sus inercias¡±.
Seg¨²n un art¨ªculo publicado por la empresa de software de gesti¨®n Factorial, un 56% de los directivos de empresas espa?olas se declaran satisfechos o muy satisfechos con el grado de digitalizaci¨®n alcanzado por sus compa?¨ªas. Esta percepci¨®n subjetiva tan halag¨¹e?a contrasta con datos como ese 55% de negocios que siguen haciendo uso de informaci¨®n basada en papel en la mayor¨ªa de sus procesos. Tal y como explica el ingeniero experto en innovaci¨®n y profesor universitario Jordi Comas, ¡°en la era del big data, la inteligencia artificial y las plataformas en nube, la mayor¨ªa de las empresas espa?olas siguen instaladas en la insostenible y obsoleta cultura del papel impreso¡±.
Saltos cualitativos siempre aplazados
Javier Pag¨¦s, presidente de la Barcelona Wine Week, nuevo sal¨®n de referencia de la industria vin¨ªcola en Espa?a, constata tambi¨¦n que estamos en un periodo de transici¨®n, en que las empresas se debaten entre la voluntad de transformarse y las inercias del d¨ªa a d¨ªa: ¡°Las bodegas espa?olas apuestan cada vez m¨¢s por la internacionalizaci¨®n de su modelo de negocio. Pero muchas de ellas siguen sin tener p¨¢ginas web en condiciones, porque las consideran m¨¢s una aspiraci¨®n a largo plazo que una verdadera prioridad¡±.
La verdadera tarea consiste en crear entre todos una nueva cultura empresarial, y eso no se logra solo con inversiones a fondo perdido sino con todo un replanteamiento estrat¨¦gicoAdolfo Rodr¨ªguez Morales. Experto en innovaci¨®n y transformaci¨®n digital
Para Adolfo Rodr¨ªguez, ¡°si esa es la actitud de bodegas con capacidad exportadora, qu¨¦ decir de empresas m¨¢s precarias y de menores dimensiones. Muchas de ellas se van a acoger al Kit Digital, y veremos qu¨¦ impacto positivo pueden tener sobre su negocio una serie de cambios cosm¨¦ticos. Pero hasta ahora estaban aplicando la l¨®gica del ¡®ya me digitalizar¨¦ ma?ana¡¯. Y ese ma?ana se convert¨ªa una y otra vez en pasado ma?ana¡±.
Para Santiago Carb¨®, profesor universitario y director de Estudios Financieros del think tank Funcas, ¡°las grandes compa?¨ªas espa?olas s¨ª que se est¨¢n digitalizando a un ritmo al menos razonable, espectacular en algunos casos¡±. Basta con ver ejemplos ¡°de empresas cuyos procesos de transformaci¨®n tecnol¨®gica est¨¢n resultando ¨®ptimos, como Movistar, Idealista o las grandes entidades financieras, empezando por BBVA¡±. El impacto del modelo Amazon tambi¨¦n ha impulsado a grandes grupos de venta y distribuci¨®n como El Corte Ingl¨¦s a dar un importante salto cualitativo en los ¨²ltimos a?os. En general, ¡°las principales compa?¨ªas de telecomunicaciones, turismo, comercio minorista y banca se est¨¢n digitalizando. O sea, han digitalizado ya de forma eficiente¡±.
El reto a medio plazo pasa, sin duda, por las pymes, ¡°un terreno que se est¨¢ mostrando poco poroso a la innovaci¨®n¡±. Carb¨® considera que la inyecci¨®n econ¨®mica de los fondos NextGen ¡°puede marcar la diferencia si vienen acompa?ados de un asesoramiento activo a empresas que quieren digitalizarse, pero no saben muy bien c¨®mo. No podemos permitirnos el lujo de que esa importante remesa de dinero fresco acabe traduci¨¦ndose en inversiones tecnol¨®gicas a fondo perdido sin un verdadero efecto dinamizador¡±. Para el profesor de Derecho de la Universidad de M¨¢laga Jos¨¦ Alberto Espa?a, la clave pasa por hacer ¡°una aut¨¦ntica transici¨®n de mentalidades anal¨®gicas a mentalidades digitales¡±. Deben hacerlo, en primer lugar, las administraciones p¨²blicas, ¡°que han automatizado sus procesos sin renunciar por ello a convertirlos en una burocr¨¢tica carrera de obst¨¢culos¡±. La adjudicaci¨®n de ayudas en el marco del programa Kit Digital ser¨ªa una buena oportunidad para dejar atr¨¢s viejos h¨¢bitos y aprobar de una vez por todas las asignaturas de agilidad, simplicidad y transparencia.
Para Jordi Comas, los fondos NextGen ¡°servir¨¢n para que unos cuantos miles de empresas y aut¨®nomos se doten de unas herramientas b¨¢sicas que hasta ahora no estaban a su alcance¡±. A partir de ah¨ª, lo que marcar¨¢ la diferencia es ¡°el grado de apertura mental, iniciativa empresarial y competencia tecnol¨®gica de cada uno de los receptores de ayudas¡±. Algunos ser¨¢n capaces de optimizar esa inyecci¨®n externa de recursos, pero no puede esperarse que el Kit Digital tenga un efecto milagroso: ¡°La pandemia ha roto determinadas reticencias y ha hecho que el conjunto de la sociedad est¨¦ hoy mucho m¨¢s dispuesta a digitalizarse¡±, explica Comas. ¡°Sin embargo, la mayor¨ªa de las empresas espa?olas tienen un modelo de negocio muy dif¨ªcil de digitalizar a corto o medio plazo, porque las inversiones realmente eficaces les dar¨ªan un retorno inicial muy bajo. Una pyme que factura entre 100.000 y 300.000 euros anuales no puede gastarse 20.000 euros en una campa?a de marketing eficaz, dif¨ªcilmente podr¨¢ contratar a personas con perfiles verdaderamente disruptivos y tampoco va a poder permitirse subcontratar sus plataformas digitales o recurrir a servicios de asesor¨ªa externa¡±.
Dadas las circunstancias, opina Comas, ¡°por muy encomiables que resulten iniciativas p¨²blicas como el Kit Digital, lo m¨¢s probable es que en Espa?a se vaya a consolidar un modelo econ¨®mico h¨ªbrido, de dos velocidades, una brecha creciente entre grandes empresas cada vez m¨¢s digitalizadas y pymes atascadas en el modelo tradicional¡±. A la larga, el nudo gordiano lo acabar¨¢ rompiendo, como de costumbre, ¡°la consolidaci¨®n de un cambio cultural de grueso calado: cuando el conjunto de la sociedad haya interiorizado verdaderamente esos cambios, las empresas que no hayan sido capaces de adaptarse desaparecer¨¢n, sin m¨¢s¡±.
Hacia una nueva cultura empresarial
A corto plazo, Comas considera que la parte de los fondos NextGen que vaya a procesos de transformaci¨®n tecnol¨®gica, aunque llegue ¡°tarde y mal¡±, tendr¨¢ sin duda ¡°un efecto colateral positivo, ya que dar¨¢ trabajo a programadores, dise?adores de software, p¨¢ginas web y servicios semejantes¡±. Sin embargo, ¡°dedicar 2.000 euros a que una empresa peque?a tenga una p¨¢gina a la que muy probablemente no va a saber sacar partido no deja de ser una inversi¨®n que revierte muy poco socialmente¡±. Para el analista, resultar¨ªa ¨²til ¡°profundizar en la trazabilidad de ese dinero, con estudios cualitativos que permitan calibrar el impacto de ese dinero¡±. Eso permitir¨ªa ¡°repartir mejor los fondos la pr¨®xima vez que se lance un programa de este tipo¡±.
Adolfo Rodr¨ªguez zanja la cuesti¨®n intentando aportar algo de perspectiva: ¡°La verdadera tarea consiste en crear entre todos una nueva cultura empresarial, y eso no se consigue con inversiones a fondo perdido. El problema no solo lo tienen las pymes. Nuestras grandes empresas son pioneras en automatizaci¨®n. Tienen dinero y pueden hacerlo. Pero la realidad es que la valoraci¨®n de las empresas del Ibex que realizan las consultoras independientes no est¨¢ mejorando en los ¨²ltimos a?os. Al contrario, empeora. Por mucho que se automaticen, est¨¢n perdiendo competitividad y eficiencia. Y eso ocurre porque les est¨¢ fallando la parte fundamental de un proceso de trasformaci¨®n digital: el replanteamiento estrat¨¦gico¡±.