La vida sin filtros, sin sentido y sin conspiraciones
En ¡®Better Things¡¯ lo conmovedor es que una serie tan poco ambiciosa, un alegato de lo cotidiano que elude la tentaci¨®n de darse importancia, haya sobrevivido cuatro temporadas
En la mesa de al lado, unos amigos hablan del ¨²nico tema de conversaci¨®n. La que parece la l¨ªder expone que la CIA cre¨® el virus en un laboratorio porque Estados Unidos no ten¨ªa materia prima para los tel¨¦fonos de Apple y quer¨ªa hundir el comercio chino. Lo soltaron y se les fue de las manos, y ahora ha vuelto hasta ellos, porque quien juega con fuego se quema siempre. Est¨¢ feo escuchar las conversaciones ajenas, pero, de todas las cosas abominables que hago cada d¨ªa, es la m¨¢s inofensiva y la que me reconcilia con la aspereza de la humanidad, pues detr¨¢s de cada conspiranoico hay una persona ...
En la mesa de al lado, unos amigos hablan del ¨²nico tema de conversaci¨®n. La que parece la l¨ªder expone que la CIA cre¨® el virus en un laboratorio porque Estados Unidos no ten¨ªa materia prima para los tel¨¦fonos de Apple y quer¨ªa hundir el comercio chino. Lo soltaron y se les fue de las manos, y ahora ha vuelto hasta ellos, porque quien juega con fuego se quema siempre. Est¨¢ feo escuchar las conversaciones ajenas, pero, de todas las cosas abominables que hago cada d¨ªa, es la m¨¢s inofensiva y la que me reconcilia con la aspereza de la humanidad, pues detr¨¢s de cada conspiranoico hay una persona asustada que cree que alguien controla el desastre de vivir y le da un sentido.
M¨¢s tarde, en casa, me enchufo Better Things (HBO) y me reencuentro con Pamela Adlon y su familia de ficci¨®n, cuyo escepticismo vacuna contra cualquier conspiranoia. Lo conmovedor aqu¨ª es que una serie tan poco ambiciosa, un alegato de lo cotidiano que elude con mucha maestr¨ªa la tentaci¨®n de darse importancia, haya sobrevivido cuatro temporadas. Como si una pompa de jab¨®n aguantase cuatro temporadas. La contemplo conteniendo la respiraci¨®n, por si la exploto sin querer.
En Better Things la vida no tiene m¨¢s sentido que la vida en s¨ª. No hay explicaciones ni maldiciones ni salvaciones. Tampoco hay caminos de perfecci¨®n ni exigencias de virtud ajenas. Nadie quiere que los dem¨¢s sean mejores ni se lamenta por no ser mejor. Es la vida como la vivimos quienes espiamos las conversaciones ajenas, convencidos de que la comedia y la tragedia son puntos de vista que no afectan a los hechos. S¨¦ que el mundo de los conspiranoicos es m¨¢s acogedor, pero ya me he acostumbrado a vivir en el m¨ªo, por eso le susurro a Adlon un ¡°gracias¡±, descre¨ªdo, antes de apagar la tele.