Nunca como ahora fueron tan necesarios los bufones
Ser¨ªa poco inteligente que el periodismo m¨¢s duro acaparase todo el espacio y no dejara sitio para la burla, la s¨¢tira o, simplemente, la poes¨ªa banal e in¨²til
En los d¨ªas de mierda hacen falta l¨ªderes resolutivos, profesionales eficaces y personas valientes y entregadas, pero tambi¨¦n hacen falta bufones y payasos. Mucho m¨¢s en estos d¨ªas de mierda tan ins¨®litos, hechos de una sustancia de la que no tenemos referencia ni modelo. Sabemos de qu¨¦ va una guerra o una represi¨®n dictatorial y tenemos a mano a mucha gente que ha vivido esas cosas y puede cont¨¢rnoslas, pero de las epidemias solo nos quedan historias medievales y pelis de zombis. La ¨²ltima gran pandemia europea, la de la gripe espa?ola, se escondi¨® tras los cad¨¢veres de la Primera Guerra Mund...
En los d¨ªas de mierda hacen falta l¨ªderes resolutivos, profesionales eficaces y personas valientes y entregadas, pero tambi¨¦n hacen falta bufones y payasos. Mucho m¨¢s en estos d¨ªas de mierda tan ins¨®litos, hechos de una sustancia de la que no tenemos referencia ni modelo. Sabemos de qu¨¦ va una guerra o una represi¨®n dictatorial y tenemos a mano a mucha gente que ha vivido esas cosas y puede cont¨¢rnoslas, pero de las epidemias solo nos quedan historias medievales y pelis de zombis. La ¨²ltima gran pandemia europea, la de la gripe espa?ola, se escondi¨® tras los cad¨¢veres de la Primera Guerra Mundial, mucho m¨¢s urgentes y espectaculares.
Hasta en las peores guerras se ha jugado al f¨²tbol y se ha representado ¨®pera. A la perplejidad de enfrentarnos a un enemigo invisible que solo se materializa en gr¨¢ficos estad¨ªsticos, sumamos el castigo de renunciar a los desahogos sociales m¨¢s elementales, los que se consiguen con unas ca?as y un pu?ado de amigos.
Si pude resistir con alguna dignidad el sever¨ªsimo encierro as¨¦ptico que me supuso la leucemia de mi hijo peque?o fue porque sab¨ªa que, cada dos d¨ªas, pod¨ªa dar un paseo largo que terminara con una cerveza, unas carcajadas y un par de abrazos.
Conviene no menospreciar a los bufones. Ser¨ªa poco inteligente que el periodismo m¨¢s duro acaparase todo el espacio y no dejara sitio para la burla, la s¨¢tira o, simplemente, la poes¨ªa banal e in¨²til. Es inevitable que la informaci¨®n nos enmudezca a todos durante unos d¨ªas, pero en cuanto la nueva normalidad se asiente (y veremos con qu¨¦ facilidad se adaptan las personas a lo inc¨®modo y adverso, con qu¨¦ naturalidad se acepta lo inaceptable), habr¨¢ que empezar a re¨ªrse, o no sobreviviremos cuerdos.
Nunca como ahora fueron tan necesarios los haraganes, los caraduras y los hermanos segundones sin oficio ni beneficio.