Los ¡®arrepentidos¡¯ de ¡®Tot¨®¡¯ Riina
Antiguos sicarios de Cosa Nostra hablan de sus cr¨ªmenes y de por qu¨¦ los cometieron, en un documental sobre el ascenso al poder del capo de Corleone
Giovanni Brusca, el mafioso que activ¨® la carga explosiva que acab¨® en mayo de 1992 con la vida de Giovanni Falcone, el juez m¨¢s famoso de Italia, cuenta que se qued¨® paralizado unos instantes antes de pulsar el fat¨ªdico interruptor. Extra?o, porque Brusca, un obediente soldado de Cosa Nostra, no parece atormentado por los remordimientos. Mataba con eficacia, regresaba a casa, le daba a su madre la ropa que ve...
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Giovanni Brusca, el mafioso que activ¨® la carga explosiva que acab¨® en mayo de 1992 con la vida de Giovanni Falcone, el juez m¨¢s famoso de Italia, cuenta que se qued¨® paralizado unos instantes antes de pulsar el fat¨ªdico interruptor. Extra?o, porque Brusca, un obediente soldado de Cosa Nostra, no parece atormentado por los remordimientos. Mataba con eficacia, regresaba a casa, le daba a su madre la ropa que vest¨ªa para que se la lavara, y se iba al bar con los amigos. Un tiempo mano derecha del padrino Salvatore Tot¨® Riina, Brusca es el m¨¢s importante de los mafiosos arrepentidos que aparecen en el documental de 2018 Corleone, Mafia y sangre, del realizador franco-b¨²lgaro Mosco Levi Boucault, que exhibe ahora Movistar +.
Dividido en dos cap¨ªtulos (Sangre y poder y La ca¨ªda) la principal novedad del filme son las entrevistas a mafiosos que intercala en el relato del ascenso al poder en Cosa Nostra de Riina y de los corleoneses, hasta desbancar a los palermitanos. Con los rostros en sombra, o tapados con capuchas negras, hablan tambi¨¦n otros sicarios del capo fallecido en 2017. Giuseppe Marchese, por ejemplo, cuenta que para ¨¦l era motivo de orgullo recibir el encargo de matar a alguien. Significaba que le ten¨ªan confianza. Nunca quiso saber lo que hab¨ªan hecho las v¨ªctimas. Que no hiciera preguntas era lo que m¨¢s apreciaban en ¨¦l sus jefes. Eso s¨ª, cuando mira atr¨¢s se espanta de las barbaridades cometidas -¡°¨¦ramos unos carniceros¡±, admite-. Todas por orden de Riina.
Francesco Anzelmo, de una conocida familia mafiosa, explica los beneficios de pertenecer a Cosa Nostra. Facilidades para comprarse un coche, para ser atendido en cualquier negocio, y la sensaci¨®n de ser respetado por todos. ¡°Ten¨ªa la impresi¨®n de que le hac¨ªamos un bien a la sociedad¡±, dice en determinado momento. Asesinar en nombre de la organizaci¨®n, como les ocurre a muchos terroristas, le liberaba de cualquier sombra de culpa individual.
Gaspare Mutolo, otro arrepentido, cuenta como su jefe, Saro Riccobono, fue estrangulado por Riina mientras dorm¨ªa la siesta despu¨¦s de una copiosa comida conjunta. El cad¨¢ver de Riccobono fue disuelto en ¨¢cido como los de tantos otros enemigos del corleon¨¦s. Gaetano Grado, lugarteniente del capo palermitano Stefano Bontade, lamenta que su jefe, al que define como ¡°un gran hombre de honor¡±, fuera v¨ªctima de un ¡°gusano¡± delator. Riina supo gracias a ¨¦l que la c¨²pula mafiosa pretend¨ªa matarle, y se les adelant¨®. Bontade fue el primero en caer. Corr¨ªa el a?o 1981.
Desde esa fecha, el control de Cosa Nostra qued¨® en manos de Riina, lo que signific¨® un enorme cambio, seg¨²n explica en el documental el fiscal Giuseppe Ayala. De limitarse a gestionar los negocios tradicionales (narcotr¨¢fico, obras p¨²blicas, extorsi¨®n a los comerciantes), manteniendo el control del territorio, Cosa Nostra pas¨® a enfrentarse al Estado, asesinando a altos funcionarios p¨²blicos. Lo cierto, sin embargo, es que la mafia ya lo hab¨ªa hecho anteriormente. En 1979 intensific¨® esa escalada. Y en 1980, todav¨ªa al mando de Bontade, dar¨¢ un golpe brutal asesinando a la m¨¢xima autoridad de la isla, el presidente de la regi¨®n, Piersanti Mattarella, hermano del actual presidente de Italia.
El documental no pretende aclarar los misterios de la mafia, sino ilustrar m¨¢s de tres d¨¦cadas de su tormentosa historia. Para ello incorpora abundantes im¨¢genes de archivo. Primeros planos, dur¨ªsimos, de cad¨¢veres destrozados por las balas, en una Palermo desfigurada por las explosiones. Hay tambi¨¦n grabaciones del llamado maxi-proceso que sent¨® en el banquillo a cerca de 500 mafiosos a mediados de los a?os ochenta. Una gigantesca causa con dos millones de folios hilvanada por los jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino a partir de las declaraciones del primer gran arrepentido de Cosa Nostra: el capo Tommasso Buscetta. Las condenas recibidas por los procesados sumar¨¢n m¨¢s de 2.600 a?os de c¨¢rcel y ser¨¢n confirmadas por el Tribunal Supremo. Tot¨® Riina y Bernardo Provenzano son condenados en rebeld¨ªa.
La mafia responder¨¢ con dos atentados brutales. En el primero, el 23 de mayo de 1992, perecer¨¢n Falcone, su esposa y tres guardaespaldas. En el segundo, perpetrado 55 d¨ªas despu¨¦s, morir¨¢n el juez Paolo Borsellino y los cinco miembros de su escolta. Riina, el hombre que ha ordenado matarles, ser¨¢ detenido en Palermo, donde vive escondido, el 15 de enero del a?o siguiente. Y se ver¨¢ las caras con el arrepentido Buscetta, ante un tribunal de Roma, ese mismo a?o. Un careo teatral del que el documental nos ofrece una grabaci¨®n impagable. Riina morir¨¢ en prisi¨®n, despu¨¦s de pasar 24 a?os encerrado. Bernardo Provenzano, que le ha sustituido al frente de Cosa Nostra, ser¨¢ detenido en 2006.
Desde entonces, Cosa Nostra ha dejado de ser noticia, lo que no significa que haya desaparecido. ?Dejar¨¢ de existir alguna vez? El fiscal Ayala cree como Falcone que ese d¨ªa llegar¨¢. Pero est¨¢ seguro de que ¨¦l no estar¨¢ en este mundo para celebrarlo.