?Di mi nombre!
Si nunca sales en las noticias, es probable que salgas mal citado cuando al fin sales
Pocas afrentas duelen m¨¢s y causan m¨¢s divorcios que marrar el nombre del amante en mitad de un arrebato sexual. Sobre todo, si uno llama al otro con el nombre de un ex. Se toma el lapsus como prueba rotunda de desamor.
Con los pueblos pasa m¨¢s o menos lo mismo. Nada enerva m¨¢s a un lugare?o que ver mal escrito el nombre de su pueblo o ubicado en la provincia vecina. En mi pueblo, Zaragoza, muchos est¨¢n de u?as con las cadenas de televisi¨®n porque, al informar de los ¨²ltimos rebrotes, no han dado ni una en los r¨®tulos ni en los mapas.
Como hoy todo es un melodrama, se interpretan...
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Pocas afrentas duelen m¨¢s y causan m¨¢s divorcios que marrar el nombre del amante en mitad de un arrebato sexual. Sobre todo, si uno llama al otro con el nombre de un ex. Se toma el lapsus como prueba rotunda de desamor.
Con los pueblos pasa m¨¢s o menos lo mismo. Nada enerva m¨¢s a un lugare?o que ver mal escrito el nombre de su pueblo o ubicado en la provincia vecina. En mi pueblo, Zaragoza, muchos est¨¢n de u?as con las cadenas de televisi¨®n porque, al informar de los ¨²ltimos rebrotes, no han dado ni una en los r¨®tulos ni en los mapas.
Como hoy todo es un melodrama, se interpretan estos errores como pruebas de desamor (las ¨²ltimas crisis pol¨ªticas espa?olas se llamaban desafecciones). No saben d¨®nde estamos porque no piensan nunca en nosotros. No existimos, como Teruel. Y tienen raz¨®n: si nunca sales en las noticias, es probable que salgas mal citado cuando al fin sales. Hay que escribir muchas veces Nietzsche para aprender a escribirlo de memoria sin fallar en una t, y si lo escribes tan a menudo como para aprend¨¦rtelo, es porque Nietzsche te importa. Lo mismo sucede con Rubielos de Mora y Mora de Rubielos, que son dos pueblos contiguos que hasta los propios vecinos confunden.
A m¨ª, como a cualquier escritor, me han cambiado el nombre y el de mis libros miles de veces, aunque nunca me han tomado por un escritor mejor que yo, as¨ª que no he podido fingirme m¨¢s listo e interesante de lo que soy. Tampoco a Zaragoza la han situado nunca en Par¨ªs o en Roma: la confunden con Huesca, que viene a dar lo mismo. Las confusiones nunca mejoran a la v¨ªctima de la confusi¨®n. A lo sumo, la dejan igual, y eso tambi¨¦n escuece, porque, al desubicarte, te ponen en tu sitio.