El arte del sonido en el cine
Fue imponi¨¦ndose como recurso narrativo en Hollywood y los profesionales pasaron de ser los ¨²ltimos monos a adquirir estatuto incluso de artistas
En los primeros a?os del cine sonoro, los estudios ten¨ªan bibliotecas de efectos de sonido que usaban una y otra vez. As¨ª, todos los disparos de las pelis de la Warner sonaban igual, y los truenos de las producciones de la Metro eran siempre el mismo trueno. Poco a poco, el sonido fue imponi¨¦ndose como recurso narrativo, y los profesionales encargados del mismo en Hollywood pasaron de ser los ¨²ltimos monos de la plantilla a adquirir estatuto de artesanos e incluso de artistas.
Esta historia se cuenta muy bien en La magia del sonido en el cine, un documental que en Espa?a ofrece M...
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En los primeros a?os del cine sonoro, los estudios ten¨ªan bibliotecas de efectos de sonido que usaban una y otra vez. As¨ª, todos los disparos de las pelis de la Warner sonaban igual, y los truenos de las producciones de la Metro eran siempre el mismo trueno. Poco a poco, el sonido fue imponi¨¦ndose como recurso narrativo, y los profesionales encargados del mismo en Hollywood pasaron de ser los ¨²ltimos monos de la plantilla a adquirir estatuto de artesanos e incluso de artistas.
Esta historia se cuenta muy bien en La magia del sonido en el cine, un documental que en Espa?a ofrece Movistar +, me da la impresi¨®n de que con m¨¢s pena que gloria en cuanto a audiencia. Es una obra did¨¢ctica y delicada dirigida por Midge Costin, que es una montadora de sonido que sabe transmitir muy bien en qu¨¦ consiste su oficio.
Walter Murch, por ejemplo, considerado el padre del sonido moderno en el cine, ha sido una figura tan importante como cualquier gran director, pero su nombre apenas resuena fuera del gremio y de los cin¨¦filos m¨¢s eruditos.
Una de las penas del espectador adulto es que jam¨¢s podr¨¢ volver a sentirse como un ni?o deslumbrado por una pantalla. La mirada tiene un himen que, una vez desgarrado, no se puede recoser, y conforme se endurece el cristalino y suben las dioptr¨ªas, se encallece tambi¨¦n la capa de cinismo. A trav¨¦s de esta historia del sonido, yo he recuperado algo de aquella ingenuidad.
Es parad¨®jico, pues conocer los trucos del mago deber¨ªa tener el efecto contrario, pero ver a estos artesanos del sonido manejarse con miles de recursos para conseguir una emoci¨®n me ha reanimado el amor por el cine, al recordarme que detr¨¢s del bombardeo de las plataformas y de la producci¨®n en modo churrer¨ªa que nos avasalla, hay unos tipos entusiastas, detallistas y geniales.