¡®Biohackers¡¯, un mundo inquietante
En esta serie de Netflix, la ciencia ficci¨®n deja de ser ficci¨®n
Para los que nos hemos criado en la galaxia Gutenberg series como Biohackers (Netflix) nos transportan a un mundo en el que la ciencia ficci¨®n deja de ser ficci¨®n. Dicho de otra manera: la estupefacci¨®n es la reina de la casa. Las caracter¨ªsticas de los protagonistas no permiten cerrar la boca en sus seis cap¨ªtulos: Mia se matricula en Medicina en Friburgo para acercarse a la doctora Tanja Lorenz, catedr¨¢tica y decidida partidaria de la biolog¨ªa sint¨¦tica, presunta responsable de la muerte de su hermano gemelo por unos ter...
Para los que nos hemos criado en la galaxia Gutenberg series como Biohackers (Netflix) nos transportan a un mundo en el que la ciencia ficci¨®n deja de ser ficci¨®n. Dicho de otra manera: la estupefacci¨®n es la reina de la casa. Las caracter¨ªsticas de los protagonistas no permiten cerrar la boca en sus seis cap¨ªtulos: Mia se matricula en Medicina en Friburgo para acercarse a la doctora Tanja Lorenz, catedr¨¢tica y decidida partidaria de la biolog¨ªa sint¨¦tica, presunta responsable de la muerte de su hermano gemelo por unos terror¨ªficos experimentos. Es la malvada de la historia. Los compa?eros de piso, Ole, le muestra a la reci¨¦n llegada el chip subcut¨¢neo que se implant¨® para pagar en la gasolinera sin sacar la tarjeta. Es un partidario del Biohacking, pr¨¢ctica que convierte sus propios organismo en laboratorios dom¨¦sticos, y Chen-Lu, que practica la agricultura gen¨¦tica con el objetivo de integrar ¡°sabores de carne en el ADN de las setas; dejar obsoleta a la industria c¨¢rnica y ayudar al medioambiente¡±. El de Gutenberg comienza a dudar de todo. Nos movemos en el resbaladizo mundo de la vida artificial, una vida alejada de los ya comunes y tradicionales robots e inmersa en la creaci¨®n de nuevas formas de vida dise?adas por los humanos. El alem¨¢n Christian Ditter, responsable de la serie, declar¨® que la idea de la mima surgi¨® al preguntar a varios amigos cient¨ªfico que cu¨¢l era su peor miedo respecto al futuro. La mayor¨ªa contest¨® que la biolog¨ªa gen¨¦tica. No se si afortunada o desafortunadamente, la serie alterna ese inquietante mundo cient¨ªfico con alguna historia de amor juvenil en esa ciudad en la que las bicicletas dominan el asfalto. Son peque?as pausas que nos permiten cerrar la boca.