?Ay la tele!
Si siempre me pareci¨® latosa, mediocre, convencional, hist¨¦rica, sensacionalista, en el a?o que ha transcurrido desde el arranque de la peste se ha superado a s¨ª misma
No puedo envidiar a tanta gente en el crep¨²sculo que al hacer repaso de su existencia podr¨ªan resumirla con esto: ¡°He dedicado mi vida a trabajar y a ver la televisi¨®n¡±. Mi alergia hacia lo segundo es ancestral. Con excepciones, por supuesto. Pero pocas. La tele jam¨¢s me sirvi¨® para matar el tiempo (el concepto es t¨¦trico), para observar el mundo, por placer, como refugio contra el aburrimiento. Para anestesiarme prefiero el sue?o o concentrarme en los misterios que hay en la pared o en el techo.
Por ello, me qued¨¦ at¨®nito y dispuesto a salir corriendo cuando a mitad de los ochenta reci...
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No puedo envidiar a tanta gente en el crep¨²sculo que al hacer repaso de su existencia podr¨ªan resumirla con esto: ¡°He dedicado mi vida a trabajar y a ver la televisi¨®n¡±. Mi alergia hacia lo segundo es ancestral. Con excepciones, por supuesto. Pero pocas. La tele jam¨¢s me sirvi¨® para matar el tiempo (el concepto es t¨¦trico), para observar el mundo, por placer, como refugio contra el aburrimiento. Para anestesiarme prefiero el sue?o o concentrarme en los misterios que hay en la pared o en el techo.
Por ello, me qued¨¦ at¨®nito y dispuesto a salir corriendo cuando a mitad de los ochenta recib¨ª la oferta de un peri¨®dico. Me ped¨ªan que escribiera de cine, pero su inter¨¦s tambi¨¦n se concentraba en que lo hiciera de la televisi¨®n. El pretexto que me dio alguien tan intuitivo como inteligente fue: ¡°Te estoy pidiendo que escribas de lo que te d¨¦ la gana, ya que la televisi¨®n te da juego para todo¡±. No he dejado de hacerlo desde entonces, pero intentando estar en contacto con el bicho lo menos posible. Si siempre me pareci¨® latoso, mediocre, convencional, hist¨¦rico, sensacionalista, previsible, gris¨¢ceo, con imperdonable desprecio hacia el nivel mental y espiritual de los receptores, buscador de f¨®rmulas tan vendibles como infames, cursi, en el a?o que ha transcurrido desde el arranque de la peste se ha superado a s¨ª mismo. Imagino el dolor de cabeza y las alteraciones nerviosas entre los confinados que pasan los d¨ªas en su asustante y embrutecedora compa?¨ªa. El bicho abusa del griter¨ªo hasta la n¨¢usea, adorna la nada, vende permanentemente el terror, publicita el basureo.
Me cuentan que cada vez hay m¨¢s personal que ya no recurre a la televisi¨®n para enterarse de las noticias del mundo. Encuentran puntualmente lo que buscan en informaciones a trav¨¦s de internet, ven pel¨ªculas y series en el ordenador, mediante pantallas y proyectores. Algo deber¨¢n de inventarse, aparte de La isla de los famosos, Supervivientes y La isla de las tentaciones, para enganchar a la juventud m¨¢s descerebrada.