La entrevista gritada e infructuosa
Irrumpe Cintora en su programa como si hubiera descubierto el aire, interrumpe con urgencias que no son tales hasta para dar la hora, y lanza a la calle a sus periodistas con el pretexto de que les aguarda en las aceras el para¨ªso del oficio
En la caudalosa, de contenido y calidad, tradici¨®n entrevistadora de Televisi¨®n Espa?ola (Soler Serrano, Jes¨²s Hermida, Alicia G¨®mez Montano, Manu Leguineche, tantos, pasados y presentes) se ha colado ahora un g¨¦nero que es un deg¨¦nero, la entrevista gritada e infructuosa. La ha introducido, bebiendo de otras fuentes, Jes¨²s Cintora, que oficia en La 1 en el periodo grit¨®n de las ma?anas.
Irrumpe Cintora co...
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En la caudalosa, de contenido y calidad, tradici¨®n entrevistadora de Televisi¨®n Espa?ola (Soler Serrano, Jes¨²s Hermida, Alicia G¨®mez Montano, Manu Leguineche, tantos, pasados y presentes) se ha colado ahora un g¨¦nero que es un deg¨¦nero, la entrevista gritada e infructuosa. La ha introducido, bebiendo de otras fuentes, Jes¨²s Cintora, que oficia en La 1 en el periodo grit¨®n de las ma?anas.
Irrumpe Cintora como si hubiera descubierto el aire, interrumpe con urgencias que no son tales hasta para dar la hora, y lanza a la calle a sus periodistas con el pretexto de que les aguarda en las aceras el para¨ªso del oficio: la respuesta que requieren los gritos. No importa que el encargo se haya hecho incumpliendo el requisito de quedar. Los periodistas encargados de llevar a las aceras el estilo Cintora van con un prop¨®sito del que en seguida tienen noticia los televidentes, pues se trata de gritar para hacerse o¨ªr. Como generalmente las personas a las que persiguen con el micr¨®fono como arma son famosos que no quieren serlo m¨¢s, o al menos no por eso por lo que los interrumpen, el paseo se convierte en un griter¨ªo que traslada al que mira en casa un ataque de verg¨¹enza ajena. Por el programa, por el conductor del programa, pero sobre todo por el periodista condenado a perseguir y por el personaje condenado a ser perseguido.
Si no lo remedia la emisora que acoge estos desmanes disfrazados de audacia, y si sucede, como le ha sucedido a Cintora, van a entender los alumnos de periodismo, y los ya egresados tambi¨¦n, que ese es un ejercicio l¨ªcito, pues todo el mundo tiene que responder de sus actos y los periodistas hemos de sonsacar hasta gritando. Y una cosa es responder de los actos y otra es hacerlo porque alguien, sin quedar contigo, te pregunta y te pregunta y te pregunta mientras t¨² regresas o huyes o simplemente ejerces tu libertad de callar.
En los dos casos de los que la semana pasada fue testigo este telespectador de mediod¨ªas, Cintora envi¨® el martes a uno de sus reporteros a hacerle preguntas a Rodrigo Rato. El periodista se desga?it¨® ante el silencio del exministro acosado, y como al final no logr¨® otra cosa que esa respuesta plana, Cintora celebr¨® el esfuerzo como lo que hay que hacer en periodismo, buscar la noticia aunque esta termine siendo la ansiedad con la que el reportero sigui¨® las ¨®rdenes de La Casa. El programa luego se hizo eco de ese vac¨ªo con la etiqueta de exclusiva, que es una manera como cualquier otra de la vanagloria. El mi¨¦rcoles fue perpetrada la misma persecuci¨®n gritada con la infanta Cristina, a cuenta de su vacunaci¨®n en el desierto. Volvi¨® a¨²n m¨¢s intenso el griter¨ªo, e insisti¨® Cintora en culpar a la que, en este caso, daba la callada por respuesta. Ante el eco obtenido, Cintora expres¨® tambi¨¦n su alegr¨ªa por haber puesto de manifiesto su concepto de lo que es para ¨¦l el oficio que reivindica.
El programa se llama Las cosas claras. Lo gritar¨¦, si ustedes me disculpan: ???LAS COSAS CLARAS!!!