Leticia Dolera: ¡°Estoy descubriendo los grises, no todo es blanco o negro¡±
La autora y actriz presenta la segunda temporada de ¡®Vida perfecta¡¯, la serie en la que aborda las crisis vitales de tres mujeres de mediana edad enfrentadas a las contradicciones de la edad, la maternidad, el amor y la pareja
Me cita a media tarde de un d¨ªa de fiesta local en Madrid en una cafeter¨ªa ¡°tranquila¡± en plena plaza de Cascorro. Ilusa. La ciudad en pleno se ha tirado a la calle y es imposible coger mesa en ning¨²n sitio. A la vista del desastre, Dolera ofrece su casa, la primera vez que asisto a tal prodigio por parte de un entrevistado en tiempos de coronavirus, no sin antes disculparse por el desorden. No es para tanto. Despu¨¦s de unos cuantos ¡°Marie Kondos¡±, en los que ha hecho limpieza material y vital, la estancia que le ...
Me cita a media tarde de un d¨ªa de fiesta local en Madrid en una cafeter¨ªa ¡°tranquila¡± en plena plaza de Cascorro. Ilusa. La ciudad en pleno se ha tirado a la calle y es imposible coger mesa en ning¨²n sitio. A la vista del desastre, Dolera ofrece su casa, la primera vez que asisto a tal prodigio por parte de un entrevistado en tiempos de coronavirus, no sin antes disculparse por el desorden. No es para tanto. Despu¨¦s de unos cuantos ¡°Marie Kondos¡±, en los que ha hecho limpieza material y vital, la estancia que le sirve de sal¨®n-cocina-estar, donde escribe sus guiones, luce bastante ordenada. Nada que ver con las vidas de las protagonistas de su serie, en la que tres mujeres en torno a los 40 recomponen sus existencias despu¨¦s de una crisis de ¨®rdago.
En su serie habla sin tapujos de depresi¨®n posparto, menopausia, miedo a envejecer. ?Adelant¨¢ndose a los acontecimientos?
Bueno, son preguntas que me hago ya. Est¨¢s soltera, no tienes hijos, te preguntas c¨®mo te vas a organizar en un futuro¡
?A los 40? Cuando llegue a los 50 y tantos va a flipar.
Bueno, mi coguionista, Manuel Burque, y yo cuando est¨¢bamos pasando la crisis de los 40 y la hemos volcado en la serie. No hace falta vivir las cosas para captarlas. La depresi¨®n posparto que cuento la pas¨® una amiga que tard¨® dos a?os en poder verbalizar que durante el primer a?o de vida de su hijo no sent¨ªa conexi¨®n con ¨¦l. Y luego, hay algo que les pasa a mis protagonistas, y es que las atraviesa el amor y la relaci¨®n de pareja. Soy feminista, y puedo hablar de amor, ?qu¨¦ pasa?
?Por qu¨¦ no iba a poder hacerlo?
Es cierto que, como nos han contado tanto de la desigualdad del amor rom¨¢ntico y sabemos que genera tantas historias de codependencia, nos cuestionamos mucho el amor y las relaciones de pareja, pero tampoco se trata de no hablar de ello. Tener una pareja es un terreno de aprendizaje y crecimiento personal grande. El encuentro ¨ªntimo con el otro te atraviesa, te pone un espejo delante como pocos otros v¨ªnculos. Te enfrenta a tu vulnerabilidad y, eso, a veces, da miedo.
?Qu¨¦ tal se llevan su coraz¨®n y su cabeza?
Interesante. Creo que el amor se debe pensar y se debe sentir. El coraz¨®n y la cabeza est¨¢n condenados a coexistir. Aunque dif¨ªcil, lo mejor es encontrar un equilibrio entre ellos.
?Haci¨¦ndose un baip¨¢s?
Jajaja, creo que hay que permitirse ser vulnerable, conectar con tus sentimientos, respirar y admitir lo que est¨¢s sintiendo.
?Tiene miedo a la soledad?
Por supuesto. Y es algo en lo que trabajo. No solo a la soledad de tener o no pareja, sino a la soledad de estar vivo. La cosa es atreverse a entrar en contacto con uno mismo para perderlo.
?A veces es mejor estar mal acompa?ada que sola?
Qu¨¦ dif¨ªcil, eso. Mar¨ªa, mi personaje, usa Tinder, y a los hombres, para tapar la sensaci¨®n de vac¨ªo que le da estar sola. Va parcheando la soledad. La cuesti¨®n es si hay que conformarse, o ver qu¨¦ hay debajo del parche. Todos tenemos mochilas.
Defina ¡°crisis de los 40¡± en 2021.
Plantearte de qu¨¦ va la vida. Saber que vas a morir un d¨ªa, no sabes cu¨¢ndo, pero darte cuenta de que la vida es esto. Ir viviendo.
?Esa certeza la ha hecho m¨¢s flexible?
Estoy descubriendo los grises, en el proceso de entender que son lo que nos define como personas. Con el tiempo he aprendido a valorar los matices, que no somos ni buenos ni malos, que tenemos contradicciones, y que no soy quien para ponerme en el lugar de juez, empezando por m¨ª misma. En el ¨²nico terreno en el que no hay grises es en el de los derechos humanos.
?Antes era de blanco o negro?
Puede. Mi crisis de los 40 empez¨® a los 37, o sea que llevo tres de ventaja. En ese tiempo tambi¨¦n empec¨¦ a ir a terapia.
?Por alguna debacle concreta?
Eso es demasiado ¨ªntimo, pero digamos que fui para entenderme. Una parte de m¨ª quer¨ªa salir y no la dejaba. Quien me empuj¨® fue mi amiga, la actriz Nuria Gago, que fue muy pesada. O igual no tanto, pero yo no quer¨ªa escucharla porque me estaba poniendo delante algo que no quer¨ªa ver.
?Cu¨¢ntas veces la han llamado ¡®feminazi¡¯ en las redes sociales?
Much¨ªsimas, pero, f¨ªjate, yo creo que, a¨²n m¨¢s veces que feminazi, me han llamado puta.
?Y por qu¨¦ cree que es eso?
Porque el primer insulto que se les ocurre a los machistas es llamarnos putas, es la manera de apelar a nuestra sexualidad, de decirnos que somos lo peor y de recordarnos que somos mujeres.
?Por qu¨¦ cae tan mal a algunos?
Porque el feminismo incomoda, pone al otro frente a un espejo que, en el fondo, no le gusta.
?C¨®mo lleva las cr¨ªticas?
Pues me han criticado tanto que no s¨¦ c¨®mo llevar¨ªa otro aluvi¨®n. He bajado mi presencia en redes. Me di cuenta de que me estaba volviendo adicta a Twitter. Me lo he quitado del m¨®vil, solo lo tengo en el iPad, digamos que me lo pongo dif¨ªcil. Tuvo que ver tambi¨¦n con la terapia. No expon¨ªa mi vida privada, pero el estar tanto tiempo en redes igual significaba que estaba huyendo de algo.
Y usted, ?c¨®mo se cae a s¨ª misma?
La terapia me ha servido para, adem¨¢s de tratar de entender a los otros y mirarlos con otros ojos, mirarme con ternura tambi¨¦n a m¨ª misma.
VIDAS IMPERFECTAS
A los 27 años, Leticia Dolera (Barcelona. 40 años) entró en barrena. Después de dos años sin trabajar, pensaba que "no encajaba" en los moldes de actriz de aquella época. "No era ni la buenorra, ni la fea, ni la simpática, ni nada", recuerda. Así, con ánimo de cambiar de rumbo y dedicarse a ser "dependienta de moda y traductora" si no lograba el trabajo, se presentó al casting de De tu ventana a la mía, la película de Paula Ortiz, y le cambió la vida. Su vocación desde niña por contar historias y la inspiración "y referente" de una directora como Ortiz, la acabaron de animar para escribir guiones y dirigir. Desde entonces, Dolera, una de las artistas que más se ha significado en el activismo feminista, combina sus trabajos, delante y detrás de la cámara. Su último estreno, 'Vidas perfectas', segunda parte de su laureada serie en Cannes, aborda las crisis vitales de tres mujeres ante la maternidad, el amor y la edad.
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