?A qui¨¦n quieres m¨¢s, al catal¨¢n o a Netflix?
Rufi¨¢n parece que le ha lanzado un ultim¨¢tum al Gobierno, pero en realidad lo est¨¢ lanzando contra su propio electorado, y puede salir escaldado
No se le puede afear a Gabriel Rufi¨¢n que no entienda los c¨®digos de su tiempo. Es un atleta ol¨ªmpico de lanzamiento de tuits y pasar¨¢ a la historia como el pol¨ªtico que adapt¨® la demagogia cl¨¢sica a los modales de las redes sociales. Por eso es raro que se tire un farol tan peligroso. Con el l¨ªo de esta semana sobre la ley audiovisual y las cuotas ling¨¹¨ªsticas a las plataformas parece que le ha planteado ...
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No se le puede afear a Gabriel Rufi¨¢n que no entienda los c¨®digos de su tiempo. Es un atleta ol¨ªmpico de lanzamiento de tuits y pasar¨¢ a la historia como el pol¨ªtico que adapt¨® la demagogia cl¨¢sica a los modales de las redes sociales. Por eso es raro que se tire un farol tan peligroso. Con el l¨ªo de esta semana sobre la ley audiovisual y las cuotas ling¨¹¨ªsticas a las plataformas parece que le ha planteado un ultim¨¢tum al Gobierno, pero en realidad lo est¨¢ lanzando contra su propio electorado, y puede salir escaldado.
Por muchas reuniones urgentes que convoquen en La Moncloa, all¨ª ya saben que Rufi¨¢n ladra, pero nunca muerde. Ha amenazado tantas veces con retirar su apoyo que disimulan la risa cuando le oyen. Sin embargo, esta vez, las consecuencias pueden ser serias, porque la pregunta impl¨ªcita que hace al invocar la sacralidad de la lengua es a qui¨¦n quieren m¨¢s sus votantes, al catal¨¢n o a Netflix. Las plataformas internacionales son tan grandes que pueden permitirse renunciar a un mercado. Cortan tanto bacalao, que no soportan que nadie les ponga normas, porque se han acostumbrado a imponerlas ellas. ?Hasta d¨®nde est¨¢n dispuestos a presionarlas para que produzcan en catal¨¢n, gallego y vasco? ?Son capaces de llevar el dilema a sus ¨²ltimas consecuencias, arriesg¨¢ndose a que cierren sus tenderetes?
La contestaci¨®n puede ser funesta para el proyecto de ERC. En aras de la concordia, yo nunca le preguntar¨ªa a mi hijo si me quiere m¨¢s a m¨ª o a la Play. Quien bien te ama nunca te pondr¨¢ en semejantes aprietos. Si se plantea la disyuntiva de ver La casa de papel o partirse el pecho por el legado de Pompeu Fabra, el pol¨ªtico m¨¢s milenial, quien deber¨ªa saber de antemano la respuesta, puede llevarse el chasco de su vida.
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