Javier G¨®mez Santander: ¡°La casa de papel¡¯ es una mezcla entre el¡¯ Equipo A¡¯ y ¡®Verano azul¡±
El jefe de guionistas y coproductor ejecutivo de la serie de Netflix reflexiona sobre el futuro de la ficci¨®n y los resortes de la escritura de guiones
Javier G¨®mez Santander (Cantabria, 38 a?os) es el jefe de guionistas y coproductor ejecutivo de La casa de papel (Netflix), la serie espa?ola de mayor ¨¦xito internacional hasta la fecha, que acaba de estrenar su quinta y ¨²ltima temporada. Adem¨¢s, encarna un fen¨®meno en auge: el del periodista que da el salto de los medios a la industria de ...
Javier G¨®mez Santander (Cantabria, 38 a?os) es el jefe de guionistas y coproductor ejecutivo de La casa de papel (Netflix), la serie espa?ola de mayor ¨¦xito internacional hasta la fecha, que acaba de estrenar su quinta y ¨²ltima temporada. Adem¨¢s, encarna un fen¨®meno en auge: el del periodista que da el salto de los medios a la industria de la ficci¨®n. Antes de hacerlo, dirigi¨® y present¨® el programa de actualidad La sexta columna y fue colaborador de Al rojo vivo (La Sexta). Ahora, tras abandonar Vancouver Media, la productora responsable del fen¨®meno de La casa de papel, se prepara ¡°para un giro argumental¡± en el guion de su propia vida.
Pregunta. ?Cu¨¢ndo se dio cuenta de que La casa de papel lo hab¨ªa reventado?
Respuesta. Cuando nos dijeron que hab¨ªa sido el disfraz m¨¢s vendido en el Carnaval de R¨ªo de Janeiro de 2018.
P. El montaje es fren¨¦tico. ?Pueden los ritmos de la ficci¨®n acelerarse todav¨ªa m¨¢s?
R. La velocidad a la que est¨¢n montando los chavales en TikTok s¨ª que es incre¨ªble. La aceleraci¨®n narrativa tiene que ver con nuestra capacidad de atenci¨®n, que es cada vez menor. Yo mismo tengo que hacer m¨¢s esfuerzo para leer. De hecho, en mi caso, hay menos distancia entre leer y meditar, que entre leer y ver series.
P. ?Hasta cu¨¢ndo se puede recortar la ventana de atenci¨®n?
R. En televisi¨®n, cada minuto tienen que pasar tres cosas interesantes y una memorable. Estamos en una guerra para que la gente nos siga mirando y no mire a otros.
P. ?Cu¨¢l era su serie favorita de adolescente?
R. El Equipo A. Y creo que La Casa de Papel es un poco una mezcla de El Equipo A y Verano azul, porque tiene esta parte de hermandad, pero tambi¨¦n hay un plan, una mente, una idea.
P. ?Hacemos lo que hacemos para nuestro yo de 17 a?os?
R. La nostalgia es un mal motor. Hay que resistirse al reaccionario que todos llevamos dentro, que es un ni?o de 15 a?os agarr¨¢ndose a cuando comprendi¨® el mundo por primera vez. Yo he roto con la m¨²sica de mi adolescencia, que son las canciones de Los Suaves, y me paso el d¨ªa escuchando reguet¨®n, que es lo que oyen las hijas de mi expareja, que es como si fueran las m¨ªas. Y estoy muy contento.
P. ?Por qu¨¦ decidi¨® dejar el periodismo por la ficci¨®n?
R. Fue una insensatez porque yo estaba todo lo bien que se puede estar en el periodismo. Me encontraba en una situaci¨®n muy c¨®moda y estimulante al mismo tiempo, que es lo dif¨ªcil. Pero fue un estallido. Ten¨ªa que largarme. Un compa?ero de La Sexta me pregunt¨® que por qu¨¦ me iba y le respond¨ª que en el periodismo no pod¨ªa petarlo a nivel internacional y en la ficci¨®n, s¨ª.
P. La serie est¨¢ pegada a la pol¨ªtica y a la actualidad. ?C¨®mo de importante es, en su opini¨®n, la visi¨®n period¨ªstica para hacer buena ficci¨®n?
R. Algunos periodistas podemos funcionar muy bien en la industria de la ficci¨®n porque tenemos vocaci¨®n literaria. Antes de ser periodistas, somos lectores. Y la ficci¨®n necesita escritores que sean lectores, no solo espectadores como muchos guionistas de las ¨²ltimas generaciones. Adem¨¢s, el periodismo nos pone mucho la oreja en la calle, y el espectador se siente identificado, porque le est¨¢s hablando de cosas que est¨¢n sucediendo y que no s¨®lo te importan a ti, sino que nos importan a todos. No acierto a pensar c¨®mo puedes escribir si te separas de la realidad.
P. Comenz¨® su novela, El crimen del vendedor de tricotosas (2015), en plena depresi¨®n. ?Para usted escribir es terap¨¦utico?
R. Me pasa como con la meditaci¨®n o la lectura: es un ejercicio de concentraci¨®n, me serena. Los d¨ªas se me amargan cuando no escribo y creo que tengo que dejar de frustrarme, dejar de sentir esa culpa de ni?o cat¨®lico de Santander.
P. Tuvo que terminar de escribir tumbado el final de La casa de papel por una operaci¨®n de cadera. Frente al teclado ?es m¨¢s determinante el dolor f¨ªsico o el emocional?
R. Es como preguntarte si escribir¨ªas mejor si no tuvieras piel. No puedes no tenerla. Hay que escribir sobre los territorios que conocemos. No importa que no sean grandes dramas, s¨®lo hace falta universalizarlos, porque todo amamos, ambicionamos y traicionamos muy parecido. Somos pr¨¢cticamente el mismo g¨¦nero de hijos de puta.
P. Dice que las mejores secuencias son las que m¨¢s tienen que ver con el guionista que las escribe. Usted tambi¨¦n habla con sus muertos como El profesor.
R. El profesor planea un atraco para mantener una conversaci¨®n con su padre durante a?os. A m¨ª me pasa tambi¨¦n. Yo le voy dando mis ojos a ratos, todos los d¨ªas, en alg¨²n momento a mis muertos: a mi padre y a mis dos hermanos. En las cosas m¨¢s tontas o en las m¨¢s hermosas. Les digo ¡®mira de qui¨¦n me he enamorado¡¯ o ¡®mira qu¨¦ aplicaci¨®n de m¨®vil¡¯.
P. ?Les habla todos los d¨ªas?
R. S¨ª. Tambi¨¦n es cierto que yo no recuerdo estar en el mundo sin muertos: cuando mi hermano mayor muere yo tengo cinco a?os. As¨ª que mi cerebro ha aprendido a pensar as¨ª.
P. ?Sigue doliendo recordar despu¨¦s de tantos a?os?
R. A m¨ª me cuesta mucho ir a Santander. Esa casa tiene mis agujeros, all¨ª est¨¢n las habitaciones vac¨ªas, las habitaciones con nombres que ya no existen. Voy muy poco y mi madre, afortunadamente, lo entiende y viene ella a verme. Tenemos una relaci¨®n muy bonita, cada vez mejor.
P. Qu¨¦ suerte. Las madres del Norte son (somos) duras.
R. S¨ª, tienen la escopeta cargada y no andan con r¨¢fagas. Son de tiro seco en la cabeza. Las madres son las ¨²nicas personas con las que no dejamos de ser adolescentes, y es una l¨¢stima, porque eso hace que a veces nos comportemos como idiotas. Para m¨ª todo cambi¨® cuando empec¨¦ a tratarla como a un personaje y a hacerle las mismas preguntas que les hago a todos mis personajes y que podr¨ªan resumirse en ¡®?cu¨¢l es tu dolor?¡¯. A partir de entonces, empec¨¦ a ver a la mujer que era mi madre y todo se recoloc¨® mucho.
P. Pese a que va como un tiro, acaba de dejar su productora, Vancouver Media. Igual que hizo con La Sexta. ?Va a darse un tiempo muerto?
R. No he parado en ning¨²n momento. Cuando termin¨¦ La casa de papel en agosto, me fui a Italia dos semanas, yo solo, de balneario en balneario, y empec¨¦ a escribir en el m¨®vil. Cuando regres¨¦ a casa volqu¨¦ el trabajo y hab¨ªa 70 p¨¢ginas. Pens¨¦: bueno, por lo menos no he vuelto con las manos vac¨ªas, que es como vuelve uno de las redes sociales.
P. ?No le gustan? Son una herramienta de sociabilizaci¨®n que ha resultado ser muy ¨²til en esta era covid.
R. Es verdad que a mi pareja anterior la conoc¨ª por Twitter, pero ¨¦ramos dos periodistas. Yo creo mucho en la endogamia. Cuando la gente dice, ¡®?no te molesta que los periodistas solo est¨¦is con periodistas?¡¯, yo pienso: Por algo ser¨¢. No necesito abrir mucho mi c¨ªrculo.
P. Ahora habr¨¢ tenido que hacerlo al mundo de los actores y los artistas.
R. Nosotros tratamos de descifrar el mundo, y ellos lo ven desde una perspectiva mucho m¨¢s emocional. Me he dado cuenta de que me dieron unas instrucciones muy rudimentarias para la vida. Me dijeron que ¨¦ramos animales racionales y con eso me val¨ªa. Con los a?os, salt¨¦ por los aires y tuve que comprender que era un animal emocional que adem¨¢s razonaba. Y, ahora, hay una parte de m¨ª con la que me he reconciliado y que puedo llamar espiritual. Mi vida ha sido como ir a?adiendo capas. Espero no llegar al momento de la revelaci¨®n cat¨®lica, la verdad. Tengo mucha fe en no tener fe. Pero el otro d¨ªa un amigo periodista me dijo: ¡®Te est¨¢s volviendo muy espiritual, no sigas por ah¨ª que acabas comprando en herbolarios¡¯.
P. ?Cu¨¢l ha sido la ¨²ltima serie de la que se ha dado un atrac¨®n?
R. Suelo volver a ver series que me han encantado, como Los Soprano, The Office o The Wire. Ah¨ª est¨¢ todo. De las nuevas, veo como mucho dos cap¨ªtulos seguidos. Consumo poco audiovisual porque me exige estar parado. Pasarme tres horas en un sof¨¢ quieto me pone triste. As¨ª que me enchufas tres cap¨ªtulos seguidos de algo y me matas.
P. Pues ahora que las series son el artefacto cultural que hilvana las conversaciones, ?de qu¨¦ habla en las comidas?
R. La aspiraci¨®n de las plataformas es que tengas que pagar su cuota para seguir en sociedad. Como cuando hab¨ªa que ver Gran Hermano al principio porque si no estabas fuera de cualquier conversaci¨®n. Ese es el juego y ser¨¢ interesante ver cu¨¢les sobreviven.
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