¡®The Responder¡¯: una original vuelta al g¨¦nero policial con un magn¨¦tico Martin Freeman
El drama de la BBC es un relato poco manido de los conflictos y las pesadillas de un agente que trabaja en el turno de noche
¡°Quiero ser un buen polic¨ªa. Quiero ser normal¡±, cuenta Chris (Martin Freeman) mientras el espectador ve un primer plano de un hombre corriente, algo cansado, de ojos que interrogan a la psic¨®loga en el inicio del primer cap¨ªtulo de ...
¡°Quiero ser un buen polic¨ªa. Quiero ser normal¡±, cuenta Chris (Martin Freeman) mientras el espectador ve un primer plano de un hombre corriente, algo cansado, de ojos que interrogan a la psic¨®loga en el inicio del primer cap¨ªtulo de The Responder, serie que estren¨® el pasado lunes Movistar Plus+ a raz¨®n de un episodio por semana.
En una oferta televisiva saturada de todo lo que tenga que ver con cr¨ªmenes, polic¨ªas y detectives, reales o de ficci¨®n, cuesta encontrar algo que se salga de lo habitual. A veces no hace falta: Line of Duty explota todas y cada una de las caracter¨ªsticas del g¨¦nero y no por eso deja de ser una de las mejores series de los ¨²ltimos tiempos. Pero no estamos en ese caso. Este drama policial, m¨¢s drama que otra cosa, cuenta en cinco cap¨ªtulos (de los que hemos podido ver dos para la elaboraci¨®n de esta cr¨ªtica) cinco turnos de noche de Chris, un polic¨ªa ca¨ªdo en desgracia, un hombre a punto de estallar, roto ya por dentro de manera irremediable.
La serie, dirigida por Tim Mielants (The Terror, Peaky Blinders) se basa en la vida y las experiencias de Tony Schumacher, escritor y expolic¨ªa, creador y guionista de esta producci¨®n de la BBC. Poli torturado, serie brit¨¢nica, actor de renombre¡ quien crea que est¨¢ en terreno ya transitado se equivoca. Freeman ¡ªpolic¨ªa como en A Confession, pero cambiando, de nuevo, de registro¡ª lleva al espectador por una jungla nocturna de delincuencia y desesperaci¨®n, un paisaje que ve pasar con sus ojos entristecidos y su sonrisa, a veces de psic¨®pata otras veces de derrotado. Pronto lo vemos en situaciones poco propias de un polic¨ªa honesto, porque no lo es, pero a pesar de lo que se diga a s¨ª mismo y de lo que crea que tiene en la cabeza y en su oscurecida alma, siempre que puede hace el bien. O lo intenta.
Cuando la apuesta por Freeman corre el riesgo de ser excesiva, los creadores buscan en el segundo cap¨ªtulo el apoyo de una compa?era novata. Interpretada por una poderosa Adelayo Adedayo (Londres: ciudad criminal), Rachel sirve de contrapunto, de nuevo nada t¨®pico, a un Chris atrapado por las consecuencias de sus errores, pone l¨ªmites a sus correr¨ªas nocturnas, complica su vida al ser testigo de sus tejemanejes. El espectador sabe que Chris muchas veces no hace lo que debe, pero no puede abandonarlo, quiere que no se hunda, que su hija peque?a no le vuelva a decir que lo ve triste, que su mujer no lo abandone, que el se?or de asuntos internos que quiere algo que ¨¦l tiene no siga su particular caza. Es lo que tienen los antih¨¦roes cuando se moldean con materiales de verdad. Seguiremos a Freeman en los otros tres cap¨ªtulos, rezaremos para que Chris no se d¨¦ contra el muro hacia el que se ha lanzado. La BBC lo ha vuelto a hacer.
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