¡®Feria: la luz m¨¢s oscura¡¯, drama, sectas y fantas¨ªa en la Andaluc¨ªa de los noventa
La nueva serie espa?ola de Netflix parte de un misterio en torno a un suicidio colectivo para adentrarse en el mundo de lo sobrenatural
Un terrible suceso altera el tranquilo d¨ªa a d¨ªa de un peque?o pueblo blanco de la sierra andaluza a mediados de los noventa. La conmoci¨®n es tremenda cuando aparecen 23 cuerpos sin vida en lo que parece un extra?o ritual. Dos adolescentes se ver¨¢n en el centro de la investigaci¨®n cuando las autoridades sospechen que sus padres, desaparecidos, tienen la clave de lo ocurrido. Con ese punto de partida, Feria: la luz m¨¢s oscura (estrenada el viernes 28 en Netflix) cocina un c¨®ctel que juega con una dualidad que, como indica su t¨ªtulo, va de la luz a la oscuridad, de la maldad a la inocencia, de la adolescencia a la madurez. Del drama muy real a la fantas¨ªa sobrenatural.
Agust¨ªn Mart¨ªnez (La caza) y Carlos Montero (?lite, El desorden que dejas) son los responsables de esta historia que parte de la investigaci¨®n de un suicidio colectivo para adentrarse en un mundo de fantas¨ªa. Esa dualidad que domina la serie tambi¨¦n est¨¢ presente en su propia g¨¦nesis: Mart¨ªnez, autor de la idea (que proyectaba convertir en su pr¨®xima novela), tiende a la oscuridad, lo macabro, lo mitol¨®gico y la fantas¨ªa; mientras que Montero trataba de llevar la historia a la luz, a la realidad, a la tierra. ¡°Yo necesito entender las cosas, soy un p¨²blico muy primario, y le ped¨ªa que estuvi¨¦ramos siempre en la emoci¨®n, en los sentimientos¡±, explica Montero en una entrevista por videollamada. En otra ventana de la pantalla, su compa?ero al frente de la serie a?ade: ¡°Aunque yo trajera lo mitol¨®gico, el universo fant¨¢stico y esta cosa de intentar hacer un relato dram¨¢tico desde el terror, nos entendemos muy bien. Ha sido un proceso muy c¨®modo¡±.
Los dos guionistas se conocen desde que estudiaban en la facultad de Ciencias de la Informaci¨®n de la Universidad Complutense de Madrid. Trabajaron juntos en el culebr¨®n adolescente Al salir de clase y repitieron en Maneras de sobrevivir, una serie que emiti¨® en 2005 Telecinco. Cuando, tras el ¨¦xito de ?lite, Netflix ofreci¨® a Montero la posibilidad de poner en marcha nuevos proyectos, llam¨® a su amigo. ¡°Conoc¨ªa muy bien el universo de Agust¨ªn y que no se hab¨ªa podido explotar de la manera que a ¨¦l le gustar¨ªa, y sab¨ªamos que Netflix ser¨ªa un buen aliado para ello. Me cont¨® la idea inicial, que se parece mucho a lo que finalmente fue Feria, y empezamos a desarrollarla¡±, explica Montero.
En la estela de la fantas¨ªa adolescente nost¨¢lgica de Stranger Things y de la oscuridad del potente universo mitol¨®gico de Dark, los autores de Feria: la luz m¨¢s oscura reivindican el tono m¨¢s adulto y menos cr¨ªptico de su propuesta. ¡°Hay un acercamiento inevitable porque tanto los que hacen Stranger Things y Dark como nosotros manejamos los mismos referentes. Tenemos muy presente a Lynch, a Cronenberg, el cine fant¨¢stico de finales de los ochenta y primeros noventa, la literatura de Lovecraft, Philip K. Dick y Bioy Casares. En esa amalgama aparece el tono de Feria¡±, detalla Agust¨ªn Mart¨ªnez. ¡°Y hay mucho de Agust¨ªn. Si ves su trabajo en La caza [la serie de La 1 que ya prepara su tercera temporada], hay mucho del hilo conductor y de su manera de contar en Feria¡±, completa Carlos Montero.
La historia de Feria: la luz m¨¢s oscura se sit¨²a en un pueblo de Andaluc¨ªa ¡ªentre sus localizaciones se encuentran Zahara de la Sierra (C¨¢diz) y Minas de Riotinto (Huelva)¡ª y sus paredes blancas contrastan con la oscuridad del mundo donde se desenvuelve la secta que juega un papel fundamental en la trama. ¡°Es una zona de Espa?a, como otras, muy conectada con el cristianismo, con la religiosidad. Cerca de all¨ª se levanta el Palmar de Troya. Es una locura que eso llegue a producirse. Nos parec¨ªa chulo que en ese lugar m¨¢s o menos proclive a lo religioso entrase una secta que lo que hace es distorsionar las ideas del cristianismo para llev¨¢rselas a su terreno¡±, argumenta Mart¨ªnez.
El guionista, uno de los tres escritores que se escond¨ªa tras el pseud¨®nimo de Carmen Mola, prepar¨® todo un corpus te¨®rico sobre la ficticia secta de la serie. ¡°Quer¨ªamos una base muy clara para que no todo cupiera en la serie, que no se convirtieran de repente en zombis o vampiros. Que pudi¨¦ramos dar conferencias sobre c¨®mo funciona la secta del Punto de la Luz¡±, explica Carlos Montero. El suicidio colectivo con el que arranca la historia remite a otros sucesos similares de la ¨¦poca, como los suicidios que acaecieron en Suiza, Francia y Canad¨¢ bajo el manto de la secta del Orden del Templo Solar, o el intento, frustrado, en Tenerife en 1998.
Si consciente fue la elecci¨®n del lugar, tambi¨¦n lo fue el tiempo. ¡°El que fuera una ¨¦poca previa a internet, que los personajes estuvieran m¨¢s desconectados, nos parec¨ªa que iba a favor de la historia. La orfandad de las ni?as supone tambi¨¦n una orfandad tecnol¨®gica, no tienen forma de estar conectadas con el mundo. Y luego ese miedo al nuevo milenio, que fue un caldo de cultivo estupendo para todos los miedos, el qu¨¦ vendr¨¢¡±, remata Montero.
El g¨¦nero fant¨¢stico en Espa?a
Aunque la base es el drama de las dos hermanas adolescentes al descubrir que sus padres son dos monstruos (figurada y, quiz¨¢, literalmente), la serie explora un g¨¦nero, el sobrenatural, poco frecuente en la ficci¨®n televisiva espa?ola. Dos proyectos recientes en plataformas, Para¨ªso, en Movistar Plus+, y Feria, han coincidido en traer el g¨¦nero al primer plano. Y los dos con ambientaci¨®n noventera y con adolescentes como protagonistas. ¡°El ¨¦xito de Stranger Things tiene mucho que ver con eso. Cuando hay un ¨¦xito brutal as¨ª, se activa el mercado y se buscan cosas parecidas¡±, concede Montero. ¡°En Espa?a, el fant¨¢stico estaba vetado porque era car¨ªsimo y hab¨ªa la concepci¨®n de que era muy de nicho y solo iba a interesar a un tipo de personas, y por eso las televisiones no se met¨ªan ah¨ª. Yo creo que se equivocaban¡±, contin¨²a.
Los dos guionistas coinciden en se?alar tambi¨¦n la falta de tradici¨®n literaria y audiovisual. ¡°As¨ª como en Estados Unidos y los pa¨ªses n¨®rdicos hay una tradici¨®n literaria del fant¨¢stico que se estudia en las escuelas, en Espa?a llega muy tarde. Nuestra generaci¨®n s¨ª ha crecido con el fant¨¢stico, hemos consumido a Spielberg, Stephen King¡ pero nuestros padres no. Sin embargo, los padres de nuestra generaci¨®n en Estados Unidos s¨ª lo hac¨ªan¡±, explica Montero. Mart¨ªnez ahonda en ese cambio generacional: ¡°A nuestros padres les quedaban muy lejos estas historias, pero en Estados Unidos est¨¢n viendo Star Trek desde los a?os setenta. Son tab¨²s que vamos rompiendo. Igual fue importante el estreno de El d¨ªa de la bestia y que una pel¨ªcula de g¨¦nero funcionara en taquilla. Lo curioso es el impacto que el fant¨¢stico espa?ol tiene fuera de nuestras fronteras. Alejandro [Amen¨¢bar] con Los otros, El orfanato¡ tiene muy buena prensa fuera de Espa?a. Sabemos hacerlo, pero es una cuesti¨®n de referentes, de entender los c¨®digos, y creo que ha habido una generaci¨®n que no los entend¨ªa¡±.
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