¡®El c¨®digo que val¨ªa millones¡¯, una historia de nuestro tiempo
Esta serie alemana ense?a c¨®mo la voracidad financiera de las grandes empresas es ilimitada, cuesti¨®n que, aunque sabida, es conveniente recordar con cierta frecuencia
Los que pertenecemos a la generaci¨®n que pidieron a sus nietos que programaran la grabaci¨®n de un v¨ªdeo o que les explicaran los entresijos elementales de las aplicaciones del ordenador, es decir, los analfabetos digitales, podemos pensar que una serie sobre algoritmos robados es una prueba de fuego para nuestra capacidad de entendimiento. Pues no, El c¨®digo que val¨ªa millones (Netflix), una miniserie alemana de cuatro cap¨ªt...
Los que pertenecemos a la generaci¨®n que pidieron a sus nietos que programaran la grabaci¨®n de un v¨ªdeo o que les explicaran los entresijos elementales de las aplicaciones del ordenador, es decir, los analfabetos digitales, podemos pensar que una serie sobre algoritmos robados es una prueba de fuego para nuestra capacidad de entendimiento. Pues no, El c¨®digo que val¨ªa millones (Netflix), una miniserie alemana de cuatro cap¨ªtulos, no s¨®lo es perfectamente comprensible sino que, adem¨¢s, es muy entretenida y did¨¢ctica: ense?a c¨®mo el pez grande se come al chico o c¨®mo la voracidad financiera de las grandes empresas es ilimitada, cuesti¨®n que, aunque sabida, es conveniente recordar con cierta frecuencia.
Carsten y Juri, dos amigos berlineses, crearon a principio de los a?os noventa del pasado siglo un algoritmo, con las im¨¢genes de los sat¨¦lites de la NASA, que permit¨ªa al usuario localizar y visualizar cualquier lugar del mundo con gran precisi¨®n. Terravision lo llamaron, y con la ingenuidad de los genios de la inform¨¢tica y la torpeza para los negocios que les suele caracterizar, comprobaron en sus carnes como 10 a?os m¨¢s tarde, el gigante Google lanzaba su Google Earth, un presumiblemente infame robo del algoritmo original con la misma utilidad.
La serie, seg¨²n su promoci¨®n, se basa en hechos reales y tiene dos grandes fases que se entremezclan con constancia y sencillez: una inicial sobre los esfuerzos de los j¨®venes alemanes hasta acertar en su descubrimiento y una segunda sobre el complejo y largo proceso que gener¨® la demanda judicial de Carsten y Juri contra el coloso inform¨¢tico. El resultado est¨¢ ah¨ª: Google Earth sigue triunfando y Terravision no existe. Real como la vida misma o c¨®mo es m¨¢s f¨¢cil plagiar que crear.
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