Himar Gonz¨¢lez: ¡°Tengo el aire a 27 grados; cuando fuera hay 40, eso es la gloria¡±
La meteor¨®loga de los fines de semana en Antena 3, licenciada en F¨ªsica, se confiesa asustada por el cambio clim¨¢tico y afirma que le resbalan las alusiones a su f¨ªsico: ¡°Procuro ahorrar energ¨ªa para lo que importa, en todo, tambi¨¦n en eso¡±
El fot¨®grafo no puede evitar alabar en voz alta la belleza que la entrevistada ofrece a la c¨¢mara. Acostumbrada, quiz¨¢, a ese tipo de reacciones en otros, Himar Gonz¨¢lez sonr¨ªe, posa profesional y cercana, y despu¨¦s se aplica, profesional y cercana, a la charla. Responde cordial, con mesura, evitando charcos profundos. Pero mira a los ojos y, en los suyos s¨ª, se le ve casi todo. Puede que en ese casi que no dice est¨¦ lo m¨¢s interesante. Fuera de micro y de c¨¢mara da alguna pista reveladora. No es tan f¨¢cil, ni tan dulce, todo lo que reluce.
?Por qui¨¦n se llama Himar?
Soy l...
El fot¨®grafo no puede evitar alabar en voz alta la belleza que la entrevistada ofrece a la c¨¢mara. Acostumbrada, quiz¨¢, a ese tipo de reacciones en otros, Himar Gonz¨¢lez sonr¨ªe, posa profesional y cercana, y despu¨¦s se aplica, profesional y cercana, a la charla. Responde cordial, con mesura, evitando charcos profundos. Pero mira a los ojos y, en los suyos s¨ª, se le ve casi todo. Puede que en ese casi que no dice est¨¦ lo m¨¢s interesante. Fuera de micro y de c¨¢mara da alguna pista reveladora. No es tan f¨¢cil, ni tan dulce, todo lo que reluce.
?Por qui¨¦n se llama Himar?
Soy la tercera de cuatro hermanos y la ¨²nica chica. Mi padre vio el nombre en un libro sobre los antiguos guanches, que eran vendidos como esclavos en la Pen¨ªnsula, cuando mi madre estaba embarazada de m¨ª y le gust¨®, aunque es de chico. Cuando nac¨ª, le dijeron que era la ¨²nica Himar registrada en la isla.
?Ahora hay alguna m¨¢s?
S¨¦ de algunas parejas que le pusieron Himar a sus ni?as por m¨ª cuando empec¨¦ a ser conocida en la tele, y me parece precioso, aunque en el cole, los ni?os se re¨ªan de m¨ª y yo le dec¨ªa a mi madre que ojal¨¢ me hubiera puesto Estrellita.
?Qu¨¦ tiene Canarias para dar tanto meteor¨®logo c¨¦lebre: el fallecido Carlos Cabrera, Paco Montesdeoca, usted misma?
Creo que es por la particularidad de las islas. La meteorolog¨ªa es tan incierta, por la orograf¨ªa, las condiciones, las dimensiones, que el haber trabajado como meteor¨®logo en Canarias es un plus apreciado en el gremio. Cuando llegu¨¦ a Madrid e hice entrevistas en las teles, valoraban ese dato.
Quer¨ªa ser actriz y acab¨® estudiando f¨ªsica de la atm¨®sfera. ?Quer¨ªa vivir en las nubes?
Fui actriz, he hecho giras de teatro cl¨¢sico por todo el mundo, he sido muchas veces do?a In¨¦s, por ejemplo. Pero mis padres quer¨ªan que hiciera una carrera y estudi¨¦ F¨ªsica porque tambi¨¦n me encanta la astronom¨ªa. Trabaj¨¦ un tiempo en el observatorio de Canarias, pero no quer¨ªa encerrarme en ese igl¨² todo el d¨ªa, y acab¨¦ haciendo informaci¨®n meteorol¨®gica en la tele. De joven, cre¨ªa que era un bicho raro por apasionarme ambos mundos, hasta que vi a mi profesora de f¨ªsica cu¨¢ntica en el teatro, y todo cuadr¨®. Los cient¨ªficos tienen que ser creativos. Sin imaginaci¨®n y sin creatividad no hay esas ideas felices que hacen avanzar la ciencia.
Estuvo a punto de morir en la fase dura de la pandemia. ?Le cambi¨® la cabeza?
S¨ª, sufr¨ª una septicemia por una infecci¨®n renal en plena segunda ola de la covid. Tard¨¦ en ir a urgencias, por estar colapsadas. Aguant¨¦ demasiado, tengo el umbral del dolor muy alto, y cuando me atendieron estaba realmente grave. Me recuper¨¦, s¨ª, pero la cabeza ya la ten¨ªa cambiada de antes.
?Por dolores previos o por car¨¢cter?
Por las dos cosas. He tenido p¨¦rdidas importantes. Mi madre, que era mi pilar, muri¨® demasiado joven hace 10 a?os. Mi padre, mi otra columna, antes hab¨ªa estado a punto. Por eso tengo claro lo que importa. Que la vida es aqu¨ª y ahora. Esta conversaci¨®n que estamos teniendo t¨² y yo, por ejemplo.
?Le pas¨® factura emocional informar a pie de volc¨¢n de la erupci¨®n del Cumbre Vieja en La Palma?
Fue muy intenso. El domingo de la erupci¨®n yo ten¨ªa billete de ida a las cinco de la tarde porque me hab¨ªan soplado el s¨¢bado que algo iba a ocurrir. Se cancel¨® el vuelo, vol¨¦ el lunes y estuve informando sin parar hasta el siguiente fin de semana. Ah¨ª s¨ª me romp¨ª viendo la destrucci¨®n y el sufrimiento de la gente. Aquel momento me hizo ver realmente de d¨®nde vengo. Hasta entonces yo dec¨ªa que ven¨ªa de Canarias, esas islas volc¨¢nicas, pero ver el volc¨¢n en directo, arras¨¢ndolo todo a su paso, vidas, ilusiones, sue?os, te pone en tu sitio, le da el verdadero significado de esa frase.
Filomena, el volc¨¢n de la Palma, el tsunami de calor. Su gremio lleva una ¨¦poca de locos. ?C¨®mo vamos de estr¨¦s?
Nos est¨¢ tocando una ¨¦poca de transici¨®n entre lo que conoc¨ªamos y lo que est¨¢ por venir. Estamos viviendo episodios turbulentos y vamos a un puerto que a¨²n no podemos predecir, pero que no nos va a gustar. Sequ¨ªas, incendios y olas de calor cada vez m¨¢s intensas y extensas, fen¨®menos extremos.
?Teme al cambio clim¨¢tico?
?Y qui¨¦n no? Por nosotros, por mis sobrinos, por las generaciones que a¨²n no han llegado a este planeta. Tenemos que hacer mucho m¨¢s de lo que hacemos.
?Qu¨¦ hace usted?
Bueno, hago mucho. Reciclo. Hay productos que no consumo. Cierro los grifos. Y, respecto a la energ¨ªa, tengo el aire a 27 grados, todo lo m¨¢s lo bajo a 26. Cuando fuera hace 40, eso es estar en la gloria dentro de casa.
?Y la calefacci¨®n?
A 20 grados. Si te fijas, la temperatura ¨®ptima en casa es como la media en la calle en Canarias. 26-27 grados en verano y 20-22 en invierno. El para¨ªso.
?Le cabrea un negacionista?
No les presto atenci¨®n. Es como si a ti, que vives de escribir, viene uno dici¨¦ndote que ¡°haber¡± es sin hache. No hay discusi¨®n.
?Cree que, con los ¨²ltimos desastres clim¨¢ticos, los meteor¨®logos han ganado autoridad moral sobre los pol¨ªticos?
Todav¨ªa queda mucho. Al pol¨ªtico le falta mucha asesor¨ªa cient¨ªfica, est¨¢n un poco cojos de esa pata, y es ah¨ª donde, a veces, pueden flaquear. Habr¨¢ que esperar a futuras situaciones, que las habr¨¢, para ver si realmente el pol¨ªtico escucha un poco m¨¢s de lo que nos escuch¨® por ejemplo con Filomena.
?Sirve de algo el pron¨®stico del tiempo a 10 d¨ªas vista de los m¨®viles?
Eso es una burrada. Ni siquiera los de tres d¨ªas en el m¨®vil si son aplicaciones automatizadas no avaladas por un cient¨ªfico. T¨², como meteor¨®logo, con tu experiencia y tus modelos, todo lo m¨¢s te puedes arriesgar a hacer un pron¨®stico a dos, tres, cinco d¨ªas muy a lo sumo. Y con horquillas.
?Ah¨ª no sirven los algoritmos?
El robot no matar¨¢ al meteor¨®logo, jam¨¢s una m¨¢quina podr¨¢ suplir la mente de un cient¨ªfico.
Entonces no se atreve a decir c¨®mo ser¨¢ agosto, supongo.
Bueno, lo que s¨ª hay son tendencias. Y la tendencia dice que agosto ser¨¢ abrasador.
Eso ya casi no es noticia
De eso mismo habl¨¢bamos. Este verano est¨¢ siendo ins¨®lito.
?Qu¨¦ es el buen tiempo para la mujer del tiempo?
El necesario en cada momento. Ahora, ser¨ªa que lloviera sin parar, no torrencialmente, durante d¨ªas. Pero eso no va a pasar.
Qu¨ªtese el uniforme: ?y para estar de vacaciones en la playa?
Treinta grados y brisa agradable. Me quedar¨ªa a vivir en los 30.
?En todo?
Jajaja. Bueno, en mi caso los 30 ya pasaron, afortunadamente, porque eso significa que el tiempo corre y que todo va bien.
?Qu¨¦ le parece quien opina sobre su f¨ªsico m¨¢s que sobre su trabajo?
Nunca he tenido la sensaci¨®n de que se infravalore mi cerebro. Ha podido haber, eso s¨ª, alg¨²n rifirrafe, o alg¨²n comentario desafortunado y, en eso, a veces no solo son los hombres los que te pueden poner una zancadilla, sino tambi¨¦n alguna compa?era. Y dices, qu¨¦ pena. Pero no gasto energ¨ªa en eso, no entro, corro un tupido velo y paso a lo siguiente.
?Cuenta hasta 100 para no contestar a ciertos comentarios?
Ni cuento, es que ni acabo de leerlos, no me interesan.
V¨¦ndame su serenidad.
Jajaja. Yo creo que es b¨¢sicamente darle importancia a lo que la tienen. Es como cuando te pitan en el coche para que adelantes o corras m¨¢s. Mira, chico, si tienes un mal d¨ªa es tu problema.
?Qu¨¦ hace cuando sale de plano en la tele caminando hacia el infinito sobre esos taconazos?
Ponerme las crocs que tengo siempre en la taquilla. Volver a ser Himar. Me da igual que est¨¦ por all¨ª el presidente del Gobierno. Ya te digo que ahorro energ¨ªa. Siempre.
Casi ¨²nica en su clase
Himar González (Gran Canaria, “mi edad está en Google, no me parece relevante”, dice) fue una de las pocas alumnas de Física en su promoción de la Universidad de La Laguna. Hija de un empleado de banca que doblaba trabajo por las tardes para llegar a fin de mes, y de una ama de casa de origen libanés, Himar fue una niña tímida que hallaba refugio en "los personajes de las películas en blanco y negro" de la tele. Aún hoy, dice, son las únicas que la mantienen en el asiento, incluyendo los telefilmes que emite su propia cadena en la sobremesa de los fines de semana, justo después de que ella dé el parte del tiempo. Después de dedicarse a la interpretación, y a la información meteorológica en medios canarios, Himar lleva 12 años elaborando y comunicando información del tiempo en televisiones de ámbito nacional, los últimos en Antena 3.
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