?Qu¨¦ hay debajo de una barba postiza?
Reflexiones despu¨¦s de la muerte del padre Abraham, el hombre misterioso que cantaba en ¡®Los Pitufos¡¯
Ayer salt¨® a la actualidad espa?ola la muerte del padre Abraham. Falleci¨® el 8 de noviembre, pero hasta ayer domingo no ha sido noticia. Sin dar m¨¢s datos, una gran parte de la poblaci¨®n sabe a qui¨¦n me refiero. S¨ª; el padre Abraham era ese hombre misterioso que cantaba con los pitufos. No era ni rabino, ni cura, ni padre, ni nada. Era un compositor con una barba postiza, un corte de pelo estilo sota de bastos, y un bomb¨ªn. El padre Abraham era un personaje que se mov¨ªa con aquellos seres azules igual que ...
Ayer salt¨® a la actualidad espa?ola la muerte del padre Abraham. Falleci¨® el 8 de noviembre, pero hasta ayer domingo no ha sido noticia. Sin dar m¨¢s datos, una gran parte de la poblaci¨®n sabe a qui¨¦n me refiero. S¨ª; el padre Abraham era ese hombre misterioso que cantaba con los pitufos. No era ni rabino, ni cura, ni padre, ni nada. Era un compositor con una barba postiza, un corte de pelo estilo sota de bastos, y un bomb¨ªn. El padre Abraham era un personaje que se mov¨ªa con aquellos seres azules igual que David Seville con Alvin y las ardillas. Est¨¦ticamente era una mezcla entre los hombres de negro de Momo, los ZZ Top y Cromwell. Lo de que era un personaje nunca se le pas¨® por la cabeza a nadie. Por eso he querido escribir esto. El domingo todo el mundo se preguntaba c¨®mo es que no hab¨ªa muerto antes, y es que hay gente que nace anciana, pero no fue el caso de Pierre Kartner.
Hoy, recuperando sus mesmerizantes canciones y v¨ªdeos, me pregunto qu¨¦ hay debajo de los trajes y postizos de los artistas que trabajan para los ni?os. Imaginen ser Chema el panadero, Astraco, Maria Jes¨²s (y su acorde¨®n), el Capit¨¢n Tan. Imaginen ser Xuxa, o formar parte de Cantajuegos. Me contaron que un famoso artista infantil hab¨ªa enloquecido y hab¨ªa pasado sus ¨²ltimos a?os de vida odiando a los ni?os. Tiene que ser extra?o vivir con un personaje que ha tocado la vida de tanta gente en sus momentos m¨¢s inocentes.
Fig¨²rense vivir agradecidos a la creaci¨®n que les hace c¨¦lebres al tiempo que acaban siendo esclavos de esta, atrapados en una faceta p¨²blica donde cualquier alivio adulto resulta s¨®rdido. Y por detr¨¢s, las guerras por los derechos de autor, la oscuridad de la trastienda televisiva. Cada vez que un personaje infantil se mete al camerino, un cap¨ªtulo de Historias para no dormir comienza.
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