M¨¢s raro que un perro azul: as¨ª es ¡®Bluey¡¯, la serie de dibujos australiana que bate r¨¦cords en Disney+
Aunque tiene la misma estructura de familia tradicional que ¡®Peppa Pig¡¯, la serie refleja la crianza aspiracional milenial, en la que a los padres jam¨¢s se les agota el tiempo ni la paciencia
Si se consultan las audiencias mundiales en Disney+, algunas de las series que aparecen son t¨ªtulos muy reconocibles: Andor, Anatom¨ªa de Grey, que es la m¨¢s vista en Espa?a, y los inagotables Simpson. El ¨²nico t¨ªtulo que puede sonar ajeno a todos aquellos que no tengan ni?os peque?os cerca es Bluey, una serie australiana que lleva al menos dos a?os sin apearse de los 10 programas m¨¢s vistos en la plataforma. En noviembre, fue la sexta serie m¨¢s vista en Disney+ en todo el mundo y se erigi¨® como lo m¨¢s popular en pa¨ªses com...
Si se consultan las audiencias mundiales en Disney+, algunas de las series que aparecen son t¨ªtulos muy reconocibles: Andor, Anatom¨ªa de Grey, que es la m¨¢s vista en Espa?a, y los inagotables Simpson. El ¨²nico t¨ªtulo que puede sonar ajeno a todos aquellos que no tengan ni?os peque?os cerca es Bluey, una serie australiana que lleva al menos dos a?os sin apearse de los 10 programas m¨¢s vistos en la plataforma. En noviembre, fue la sexta serie m¨¢s vista en Disney+ en todo el mundo y se erigi¨® como lo m¨¢s popular en pa¨ªses como Albania, Bulgaria o Croacia.
?C¨®mo definir Bluey para quien no la conozca? Bluey es un mont¨®n de cap¨ªtulos de siete minutos, Bluey es una biblia aspiracional de la crianza moderna, Bluey es, seg¨²n la revista New York, ¡°el mejor show infantil de nuestros tiempos¡±. Bluey es tambi¨¦n, por cierto, la hija mayor, de unos seis a?os humanos, de una familia de perros azules que vive en Brisbane. Tiene un padre, Bandit, bienhumorado y de paciencia inagotable, una madre tambi¨¦n alegre y resiliente, Chilli, y una hermana peque?a, Bingo, especialista en hacer cosas de hermana peque?a.
Como otros dibujos animados que marcaron ¨¦poca, Bluey se puede considerar una serie de autor. Igual que Bob Esponja responde a la visi¨®n de Stephen Hillenburg, la familia canina no se entiende sin la historia de Joe Brumm. El animador creci¨® en Queensland, Australia y, como tanta gente en su pa¨ªs, prob¨® suerte en Londres despu¨¦s de graduarse. All¨ª trabaj¨® en series infantiles como Charlie y Lola, basada en los cuentos infantiles del mismo t¨ªtulo y en la que ya hab¨ªa algo del germen de Bluey, en el sentido en que dos hermanos peque?os se montan un universo de juegos del que est¨¢n excluidos los adultos, que no llegan a aparecer nunca en pantalla. Tras una d¨¦cada en Reino Unido, Brumm volvi¨® a Australia y fund¨® su propia productora, que hac¨ªa animaci¨®n tanto infantil como para adultos. Entonces, tuvo dos hijas bastante seguidas. Y, se vio sometido a muchas m¨¢s horas de programaci¨®n infantil de las que hubiera deseado. ¡°Me volv¨ªa loco¡± admiti¨® en una entrevista con el portal Vulture. ¡°Es siempre la misma historia una y otra vez. Alguien rompe la cosa favorita de Pap¨¢. Todos piensan: ¡®oh dios m¨ªo, qu¨¦ vamos a hacer¡¯. Y se pasan toda la tarde haciendo una versi¨®n cutre. Y al final la lecci¨®n es: solo hac¨ªa falta que pidieras perd¨®n. En la realidad, mis hijas rompen cosas todo el rato y les importa un huevo, no intentan repararlo¡±. Su idea era reflejar c¨®mo act¨²an los ni?os peque?os en realidad, con una l¨®gica alterna. ¡°Me di cuenta de que muchos juegos acaban pareciendo de Monty Python¡±, dice en la misma entrevista.
De ¡®Peppa Pig¡¯ a ¡®Barrio S¨¦samo¡¯
La referencia m¨¢s obvia y reciente para una familia de animales antropom¨®rficos estaba clara, el super¨¦xito brit¨¢nico Peppa Pig, que arranc¨® en 2004 y ahora, como parte de Hasbro, es una franquicia que incluye parques tem¨¢ticos, miles de licencias de merchandising (tambi¨¦n mucho merch pirata) y menos cap¨ªtulos de lo que parece: tan solo siete temporadas entre 2004 y 2022. Lo que all¨ª son cerdos, en Bluey son perros ganaderos australianos, una raza que se da en las ant¨ªpodas y que se conoce tambi¨¦n como ¡°blueys¡± (azulitos) por el tono de su pelo, o ¡°heelers¡±, taloneros. En la serie, Heeler es el apellido de la familia. Al igual que en Peppa Pig, la configuraci¨®n de la familia, biparental y encabezada por una pareja hetero de clase media o media alta (los Heeler viven en una casa unifamiliar cerca de la naturaleza, con un jard¨ªn amplio que incluye camas el¨¢sticas y un columpio de Ikea que arman los padres en uno de los episodios) no resulta especialmente rompedora. No hay aqu¨ª una intenci¨®n de inclusividad social como la que ha guiado siempre Barrio S¨¦samo, pensado para ser la ni?era sabia y gratuita de los ni?os interurbanos sin recursos.
Pero hay diferencias fundamentales con Peppa Pig. Para empezar, un adulto funcional puede disfrutar con Bluey, incluso si ha visto ese cap¨ªtulo 15 ¨® 16 veces, mientras que el humor de Peppa se traslada peor a los mayores de cinco a?os. Se ha escrito mucho sobre el rol de Pap¨¢ Pig, el padre de Peppa, habitual objeto de las bromas de la familia por su gran barriga y retratado como un progenitor bienintencionado pero finalmente incompetente, sobre todo si se le compara con los personajes femeninos de la serie, capaces de ejercer la multitarea. A su lado, Bandit, el padre de Bluey, parece estar tres evoluciones m¨¢s all¨¢ en la escala parental. Es un padre milenial, que ha le¨ªdo manuales sobre neuroeducaci¨®n y conoce, seguro, a m¨¢s de tres pediatras influyentes en redes sociales. Bandit es capaz, por ejemplo, de convertir un viaje al supermercado ¡ªuna tarea compleja cuando se ejecuta con ni?os peque?os¡ª en una experiencia divertida a la par que educativa. Deja a las ni?as jugar a que son ellas las adultas y meter en el carro todo tipo de chucher¨ªas y cosas in¨²tiles hasta que consigue dar la vuelta a la situaci¨®n y comprar el br¨®coli que, por supuesto, se cena en la casa de los Heeler. La serie est¨¢ impregnada de la filosof¨ªa de la llamada crianza positiva o crianza respetuosa, una amalgama te¨®rica que se define por oposici¨®n a la crianza impositiva, y no es casualidad. Brumm ley¨® mucho en toro a la importancia del juego en el desarrollo infantil y lo considera una de las lecciones de una serie en la que se dan pocas lecciones, al contrario que en muchos otros programas infantiles. ¡°Si estoy orgulloso de algo con respecto a Bluey es que creo que ense?ar¨¢ algo a los adultos sobre lo efectivo que es el juego en la vida de los ni?os¡±, dijo el animador en una entrevista con The Guardian.
Para los adultos, ver la serie puede tener un efecto ambivalente: aspiracional y a la vez ligeramente paralizante ?Acaso no trabajan los padres de Bluey?, ?c¨®mo pagan la hipoteca de ese adorable chalet?, ?por qu¨¦ nunca responden a sus hijas que est¨¢n demasiado ocupados para jugar a los restaurantes o se entretienen refrescando Instagram? Aun as¨ª, el hecho de no tener una estructura de f¨®rmula ¡ªhay muchos de los llamados ¡°episodios botella¡±, como el favorito de los seguidores, Sleepytime, que The New York Times valor¨® como uno de los mejores cap¨ªtulos de televisi¨®n, infantil y de adultos, de 2020, o el cap¨ªtulo en el que Bingo aprende a hacer el pino pero no hay nadie para verlo porque todos los adultos est¨¢n demasiado ocupados preparando la fiesta de cumplea?os de la propia Bingo, ejerciendo labores de trabajo emocional y trabajo a secas¡ª le ha hecho ganarse muchos fan¨¢ticos, algunos de ellos famosos. Ryan Gosling y Eva Mendes, padres de dos ni?as de ocho y seis a?os, se declaran admiradores, al igual que Natalie Portman y Lin-Manuel Miranda. Ambos tienen cameos de voz en la tercera temporada, y para conseguirlo ni siquiera tuvieron que forzar el acento australiano, el mismo que, al parecer, est¨¢n adoptando los ni?os estadounidenses de tanto seguir a estos perros animados.
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