Adi¨®s a la youtuber Encarni1969

Cuando internet empez¨® a ser de uso com¨²n, la desaparici¨®n de un miembro de una comunidad virtual cualquiera dejaba una sensaci¨®n que no era an¨¢loga a las que sentimos cuando alguien de nuestro d¨ªa a d¨ªa desaparece. En 2005 muri¨® Ninjalicious, uno de los primeros editores que convirtieron su fanzine en una p¨¢gina web; en su caso era sobre lo que ahora se ha popularizado como ...

Cuando internet empez¨® a ser de uso com¨²n, la desaparici¨®n de un miembro de una comunidad virtual cualquiera dejaba una sensaci¨®n que no era an¨¢loga a las que sentimos cuando alguien de nuestro d¨ªa a d¨ªa desaparece. En 2005 muri¨® Ninjalicious, uno de los primeros editores que convirtieron su fanzine en una p¨¢gina web; en su caso era sobre lo que ahora se ha popularizado como urbex (explorar sitios abandonados). Un a?o antes, el cad¨¢ver de Danny Clune ¡ªcreador de Bookcrossing¡ª apareci¨® en el agua tras meses de b¨²squeda; as¨ª, el creador de tan filantr¨®pica plataforma hubo de ser identificado gracias a sus piezas dentales y a un zapato en uno de esos tristes golpes de tim¨®n que de vez en cuando da el destino.

La semana pasada muri¨® un ama de casa youtuber que les quise dar a conocer en un art¨ªculo llamado Ultraprocesados. Ella llevaba mal un tiempo; su voz hab¨ªa perdido brillo y los v¨ªdeos los hac¨ªa sin la gana de anta?o. El ¨²ltimo mensaje que dej¨® fue hace tres meses: estaba en casa, pero no se ve¨ªa con fuerzas para grabar. Encarni1969 era una de esas youtubers que ense?an la cocina, la compra, la nevera, la tabla de planchar. Su reino era el del terrazo, el del frito y el gotel¨¦, y su pasi¨®n conectar con otros a trav¨¦s de la ventana de internet.

Fue otra youtuber del hogar, Mari Buitrago, quien dio a conocer la muerte de Encarni a trav¨¦s de la plataforma. Buitrago lo anunci¨® desde su cocina, en bata, y con un caf¨¦ en la mano. Sobre todo esto escribi¨®, antes y mejor, Miguel Delibes, as¨ª que les dejo con sus palabras: ¡°De pronto, el mundo entero sali¨® de la habitaci¨®n y penetr¨® en ella el silencio¡±. Esto dice en un cuento llamado El patio de la vecindad. Nosotros, por m¨¢s filtro y m¨¢s modernidad que nos pongamos, somos un patio de vecinas. Y a mucha honra.

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