¡®El encargado¡¯, aventuras de un p¨ªcaro moderno
La serie argentina que emite Disney+ sigue las peripecias de Eliseo, el portero servicial y corrupto que maneja tanto el edificio que vigila como a su vecindario
Sin asesinatos, secuestros ni violencias f¨ªsicas, El encargado, la serie argentina protagonizada por Guillermo Francella, ofrece una seductora intriga blanca repleta de incidentes, que dejan al descubierto las peque?as y grandes mezquindades de la conducta humana. Indaga sutilmente tambi¨¦n en la compleja relaci¨®n de subordinaci¨®n entre sirviente y amo, que funciona en ambos sentidos. Y que tan bien exploraba la pel¨ªcula...
Sin asesinatos, secuestros ni violencias f¨ªsicas, El encargado, la serie argentina protagonizada por Guillermo Francella, ofrece una seductora intriga blanca repleta de incidentes, que dejan al descubierto las peque?as y grandes mezquindades de la conducta humana. Indaga sutilmente tambi¨¦n en la compleja relaci¨®n de subordinaci¨®n entre sirviente y amo, que funciona en ambos sentidos. Y que tan bien exploraba la pel¨ªcula El sirviente de Joseph Losey, basada en la novela hom¨®nima de Robin Maugham, sabiamente adaptada por Harold Pinter.
Muy lejos de las truculencias del sirviente de Losey, el personaje de la serie argentina que emite en Espa?a Disney+, tiene mucho de p¨ªcaro moderno. Porque Eliseo, maduro portero de una finca bonaerense de clase acomodada, con casi 30 a?os de servicio en su haber, es un entregado servidor de la comunidad de propietarios, pero en realidad ejerce un control tir¨¢nico sobre el edificio y sus ocupantes. Como el Lazarillo llevando al ciego cruel a estamparse contra un muro, Eliseo gu¨ªa a los propietarios, indiferentes e ignorantes de sus cualidades maquiav¨¦licas, por el camino que conviene a su venganza. Desde la atalaya de su vivienda, una min¨²scula casita situada en la azotea, que acabar¨¢ siendo fuente de todos los problemas y en torno a la que girar¨¢ casi toda la acci¨®n de la primera temporada de la serie, Eliseo controla un amplio paisaje f¨ªsico y humano.
A fuerza de hacer peque?os favores a los vecinos, como arreglar el grifo que gotea o el interruptor que no va, e incluso cobrarle la pensi¨®n a una de ellos, ¡ªBeba, por la que parece sentir (trat¨¢ndose de Eliseo toda cautela es poca) verdadero aprecio¨D, el encargado ha acumulado un notable conocimiento de cada propietario. Nadie en el edificio sospecha, sin embargo, que bajo la servicial sonrisa del portero se esconde un duro juez de sus conductas; no precisamente ejemplares. Pero tampoco estamos ante una comedia negra con ribetes de cr¨ªtica social. Eliseo no practica, ni siquiera te¨®ricamente, la lucha de clases. Aunque eche una mano a vagabundos y empleadas del hogar, es un tipo carente de escr¨²pulos que cobra comisiones a los obreros que vienen a hacer reparaciones, e incluso saca beneficio alquilando por d¨ªas el apartamento de unos vecinos ausentes. Sus dotes manipuladoras se rebelar¨¢n en toda su amplitud cuando vea peligrar su empleo por culpa de su ¨²nico enemigo declarado, el presidente de la comunidad de propietarios, el abogado Mat¨ªas Zambrano, que quiere prescindir de sus servicios. Ah¨ª comienza la verdadera batalla en la que el encargado har¨¢ uso de todas las armas disuasorias imaginables ¡ªincluida la de resolver los problemas que ¨¦l mismo crea¡ª para salvar su puesto de trabajo que es, en realidad, su vida misma.
Ideada y dirigida por Mariano Cohn y Gast¨®n Duprat, autores de los filmes El vecino de al lado o El ciudadano ilustre, la serie ha sido un ¨¦xito total en Argentina y en Latinoam¨¦rica. Raz¨®n por la cual hace meses se inici¨® el rodaje de la segunda temporada en el mismo edificio (calle de Arribe?os, 1630) del acomodado barrio porte?o de Belgrano. Veremos qu¨¦ nos depara la renovada batalla entre Eliseo y Zambrano.
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