Vigilad los cielos
El fen¨®meno de este s¨¢bado pudo haber sido el comienzo de ¡®El d¨ªa de los tr¨ªfidos¡¯ o de ¡®Monstruoso¡¯, pero s¨®lo era basura espacial en llamas
Los que tuvimos la suerte de mirar al cielo a eso de la medianoche del s¨¢bado en la Meseta Central nos topamos con la extra?a visi¨®n de un grupo de estelas cruzando el cielo en direcci¨®n a la Tierra. Todos lo grabamos por esa necesidad de no dejar ni un rasgo de la vida sin documentar. El paisaje urbano, el arte, los bares, las playas y los cementerios se transforman en un forillo sobre el que plasmar nuestro narcisismo.
El cielo, de momento, se mantiene ajeno a la astracanada y la sandez narcis...
Los que tuvimos la suerte de mirar al cielo a eso de la medianoche del s¨¢bado en la Meseta Central nos topamos con la extra?a visi¨®n de un grupo de estelas cruzando el cielo en direcci¨®n a la Tierra. Todos lo grabamos por esa necesidad de no dejar ni un rasgo de la vida sin documentar. El paisaje urbano, el arte, los bares, las playas y los cementerios se transforman en un forillo sobre el que plasmar nuestro narcisismo.
El cielo, de momento, se mantiene ajeno a la astracanada y la sandez narcisista, la ropa de un solo uso y el amor y la amistad como complementos para una vida de consumo y vac¨ªo. El cielo no es un escenario. El cielo es la ¨²nica cosa bella, trascendente y gratuita que le queda a la humanidad, o al menos a la parte de la humanidad que no vive en una gran urbe. El fen¨®meno pudo haber sido el comienzo de El d¨ªa de los tr¨ªfidos o de Monstruoso, pero solo era basura espacial en llamas. Hace unas semanas un tren de luces atraves¨® el cielo de Navarra, pero solo era el negocio del millonario eg¨®latra histri¨®n Elon Musk.
Los v¨ªdeos de la noche del s¨¢bado grabaron un fen¨®meno, pero lo que retrataron fue la mundanidad ilusa de unas criaturas atadas al costumbrismo. Cuando presenciamos lo extraordinario queremos entrar en el mundo de la fantas¨ªa, pero nos encontramos algo parecido al genial cortometraje de Nacho Vigalondo Domingo. Tal y como avanzan los tiempos, es posible que el colectivo de los billonarios soci¨®patas que a base de baratijas y prevendas nos arrebata la dignidad, nos arrebate tambi¨¦n la visi¨®n del cielo, tornando la maravilla en distop¨ªa, que es la esencia de nuestro momento hist¨®rico.
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