Pescar datos en un mar de documentaci¨®n
En la era de la informaci¨®n hay quien, por no tener, no tiene ni duda
Sorprende buscar informaci¨®n sobre personajes o pel¨ªculas que estuvieron en boca de todos y no encontrar pr¨¢cticamente nada en internet, ese espacio que se nos vendi¨® como una ventana a la informaci¨®n y que en apenas dos d¨¦cadas ha crecido imparable hasta convertirse en la mara?a de informaci¨®n repetida que es hoy. El curioso (o el estudioso) navega entre las procelosas aguas del corta pega, de la traducci¨®n autom¨¢tica. La informaci¨®n queda sepultada debajo de decenas (o cientos) de entradas irrelevantes en las que los anuncios de ...
Sorprende buscar informaci¨®n sobre personajes o pel¨ªculas que estuvieron en boca de todos y no encontrar pr¨¢cticamente nada en internet, ese espacio que se nos vendi¨® como una ventana a la informaci¨®n y que en apenas dos d¨¦cadas ha crecido imparable hasta convertirse en la mara?a de informaci¨®n repetida que es hoy. El curioso (o el estudioso) navega entre las procelosas aguas del corta pega, de la traducci¨®n autom¨¢tica. La informaci¨®n queda sepultada debajo de decenas (o cientos) de entradas irrelevantes en las que los anuncios de coches y prostituci¨®n saltan sobre una, cogi¨¦ndola de las solapas de la camisa y zarande¨¢ndola entre berridos y exigencias. Y, por supuesto, lo que no est¨¢ en internet es como si no existiera.
Sorprende que para encontrar informaci¨®n que no haya sido nunca de actualidad, el explorador se encuentre siempre ayudado por los blogs de anta?o ¡ªque casi siempre dejaron de actualizar entre 2013 y 2016¡ª que suelen ser, gracias al inter¨¦s de alg¨²n estudioso an¨®nimo, la fuente original. Sorprende ver tambi¨¦n que la mayor¨ªa de las veces que esos blogs son utilizados haya demasiados compa?eros que no han considerado necesario citar la fuente original. Gracias a la memoria y tiempo libre de personas a las que no conocemos podemos hoy entender mejor la cultura popular que nos precedi¨®. Y, pese a todo esto, estamos en un momento ¨²nico de la humanidad en el que tenemos acceso a m¨¢s informaci¨®n que nunca. Quiz¨¢s alguien a estas alturas del texto se pregunte a qu¨¦ viene todo esto. Pues viene a que en demasiadas ocasiones veo alguna serie o alguna pel¨ªcula en la que nadie del equipo (desde los guionistas hasta los atrecistas, pasando por vestuario y maquillaje y peluquer¨ªa) se ha parado a pensar, siquiera por un momento, c¨®mo es o c¨®mo fue el mundo que pretenden recrear. En la era de la informaci¨®n hay quien, por no tener, no tiene ni dudas.
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