Huelga de integridad art¨ªstica

Me contaba una persona tan mayor como aislada, que su ¨²nico anhelo era no padecer en exceso la devastaci¨®n f¨ªsica y mental, que su muerte fuera tan r¨¢pida como indolora. Y su mayor temor era perder la vista. No ten¨ªa el menor inter¨¦s en conocer a nueva gente ni en contemplar la naturaleza. Los ojos le serv¨ªan para leer, un gozo y un refugio que le hab¨ªan acompa?ado siempre. Pero desde hac¨ªa a?os solo rele¨ªa unos cuantos libros que marcaron su vida, que le otorgaron ensimismamiento y emoci¨®n. No le quedaba tiempo para arriesgarse con los descubrimientos. Y, por supuesto, jam¨¢s sinti¨® la necesid...

Me contaba una persona tan mayor como aislada, que su ¨²nico anhelo era no padecer en exceso la devastaci¨®n f¨ªsica y mental, que su muerte fuera tan r¨¢pida como indolora. Y su mayor temor era perder la vista. No ten¨ªa el menor inter¨¦s en conocer a nueva gente ni en contemplar la naturaleza. Los ojos le serv¨ªan para leer, un gozo y un refugio que le hab¨ªan acompa?ado siempre. Pero desde hac¨ªa a?os solo rele¨ªa unos cuantos libros que marcaron su vida, que le otorgaron ensimismamiento y emoci¨®n. No le quedaba tiempo para arriesgarse con los descubrimientos. Y, por supuesto, jam¨¢s sinti¨® la necesidad de sentirse acompa?ado por la televisi¨®n. Le provocaba hast¨ªo.

En mi caso, amando tambi¨¦n la literatura, recurro todos los d¨ªas y en noches de insomnio a revisar pel¨ªculas antiguas que me fascinaron desde mis primeros encuentros con ellas. Algunas han envejecido regular, no muchas, pero la mayor¨ªa me siguen contagiando sensaciones hermosas. Y no me agotan, aunque me las sepa de memoria. Por ello, no siento excesivo temor ante la actual huelga de guionistas e int¨¦rpretes, comprendiendo su rebeli¨®n en nombre del ancestral interrogante ¡°?Qu¨¦ hay de lo m¨ªo?¡±. ?nica, aunque disimulada premisa de renovadas m¨¢scaras del poder, protestas, manifiestos, solicitudes pedig¨¹e?as, manifestaciones y esas cositas tan humanas.

Hace demasiado tiempo que las pel¨ªculas y las series me resultan frecuentemente insoportables, cl¨®nicas, previsibles, abarrotadas de consignas y estereotipos que disfrutan de la bendici¨®n pol¨ªtica, afiliadas estrat¨¦gicamente al signo de los tiempos. Comprendo que les exijan a los tiburones del negocio su parte del pastel y que sientan pavor por ser reemplazados por la inteligencia artificial. Pero est¨¢ claro que han sido muy d¨®ciles y obedientes con las directrices del gran mercado. Todo por la pasta y no por la integridad art¨ªstica. Normal.

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