¡®El turista¡¯ viaja a Irlanda en su segunda temporada
La acci¨®n de los nuevos cap¨ªtulos incluye tambi¨¦n ciertos rasgos de tragedia griega y melodrama decimon¨®nico pero fluye con cierta l¨®gica
Del des¨¦rtico paisaje del profundo sur de Australia a la verde y profunda Irlanda rural, un largo viaje de Elliot y Helen con la esperanza de que el amn¨¦sico protagonista recupere la memoria, es centro de los seis cap¨ªtulos de la segunda temporada de El turista.
Pocas veces la afirmaci¨®n de Mies Van der Rohe ¡°menos es m¨¢s¡± encontr¨® mejor acomodo en la dos temporadas de las aventuras y desventuras de Elliot y Helen. Una Irlanda m¨ªnima con casas y granjas d...
Del des¨¦rtico paisaje del profundo sur de Australia a la verde y profunda Irlanda rural, un largo viaje de Elliot y Helen con la esperanza de que el amn¨¦sico protagonista recupere la memoria, es centro de los seis cap¨ªtulos de la segunda temporada de El turista.
Pocas veces la afirmaci¨®n de Mies Van der Rohe ¡°menos es m¨¢s¡± encontr¨® mejor acomodo en la dos temporadas de las aventuras y desventuras de Elliot y Helen. Una Irlanda m¨ªnima con casas y granjas desperdigadas muestra m¨¢s violencia de la que cabr¨ªa imaginar en esos parajes. Claro que luego se recuerdan sucesos como los de Puerto Hurraco, en Badajoz, y la alabanza de aldea se derrumba irremediablemente.
La excelente serie creada por Harry y Jack Williams, que exhibe HBO Max, trasciende los dos componentes esenciales, la violencia y la cerveza, enmarc¨¢ndolos en una historia de rivalidad mortal de dos familias aunque sin Romeo ni Julieta, como cantaba Karina. Un odio que se arrastra desde dos generaciones y en las que se ve involucrado Elliot al poco de llegar a su Irlanda natal. Alguien le hab¨ªa recomendado en Australia que quiz¨¢ el volver a su pa¨ªs de origen le ayudar¨ªa a recobrar su perdida memoria, adem¨¢s de huir de la cruel persecuci¨®n del orondo Billy Nixon (?lafur Darri ?lafsson) que, como intuye, se trata de un ajuste de cuentas por su pasado de mafioso.
La acci¨®n incluye tambi¨¦n ciertos rasgos de tragedia griega y melodrama decimon¨®nico que, sin embargo, no resulta excesiva y fluye con cierta l¨®gica. A ello habr¨ªa que a?adir una serie de personajes secundarios pintorescos, como el lugare?o polic¨ªa psic¨®pata, la madre de Elliot y matriarca del clan o el patriarca de la familia rival, personajes que permiten distanciarse del gal¨¢n y la dama interpretados por estupendos actores en una Irlanda poco conocida y en la que se demuestra que las pasiones desatadas son universales.
Nada que ver con Furias, la serie francesa creada por Jean-Yves Arnaud y Yoann Legave (Netflix) en la que la violencia es constante y la trama que pretende justificarla es banal. Propone una inmersi¨®n en unos hipot¨¦ticos bajos fondos de Par¨ªs por los que deambulan dos aguerridas damas que dan y reciben unas palizas inveros¨ªmiles. No se sabe si esa preponderancia de papeles femeninos es una consecuencia de un mal entendido Me Too o de la frivolidad de unos guionistas que s¨®lo aspiran a ¨¦pater les bourgeois.
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