El caso Ram¨®n Paso y ¡®Mi reno de peluche¡¯: podr¨ªa autodestruirme
En estos a?os, he tenido alg¨²n jefe de esos a los que les gusta sentenciar que ¡°hace mucho fr¨ªo ah¨ª fuera¡± y lo cierto es que lejos de donde te coaccionan hace calor. (Contiene ¡®spoilers¡¯ de la serie)
Ocurri¨® hace una semana. Me enter¨¦ por la prensa y pens¨¦: ?Qu¨¦ hago? ?Sirve de algo mi experiencia?
Estos d¨ªas he visto Mi reno de peluche (Netflix), la serie escrita, dirigida y protagonizada por el c¨®mico Richard Gadd, en la que ficciona el acoso que sufri¨® por parte de una desequilibrada que le persigui¨® durante a?os. Igual que Jaime Lannister se justificaba aludiendo a las cosas que hac¨ªa por amo...
Ocurri¨® hace una semana. Me enter¨¦ por la prensa y pens¨¦: ?Qu¨¦ hago? ?Sirve de algo mi experiencia?
Estos d¨ªas he visto Mi reno de peluche (Netflix), la serie escrita, dirigida y protagonizada por el c¨®mico Richard Gadd, en la que ficciona el acoso que sufri¨® por parte de una desequilibrada que le persigui¨® durante a?os. Igual que Jaime Lannister se justificaba aludiendo a las cosas que hac¨ªa por amor, a Donnie Dunn, el alter ego de Gadd en Mi reno de peluche, le mueve el odio ¡ªalerta: destripe argumental¡ª. El odio a s¨ª mismo tras haber sido violado. Porque el meollo de Mi reno de peluche llega cuando descubrimos que antes de ser acechado por una acosadora profesional, Dunn fue agredido sexualmente en numerosas ocasiones por un profesional de la televisi¨®n, que apreciaba su talento y le promet¨ªa trabajo. Dunn volv¨ªa a casa del tipo una y otra vez esperando su oportunidad.
Fue hace casi 20 a?os, yo era universitaria. No recuerdo si vi yo el cartel o me lo pas¨® una compa?era, un equipo buscaba guionistas. Afortunadamente, no requer¨ªan experiencia, casi todas ¨¦ramos chicas j¨®venes. Tampoco pagaban, eso ocurrir¨ªa si vend¨ªan alg¨²n proyecto. En aquella, mi primera experiencia profesional, aprend¨ª y me sent¨ª reafirmada: el jefe, un tipo culto cuyo criterio valoraba, me apreciaba. Tambi¨¦n sent¨ª miedo. El funcionamiento era opaco, las exigencias desmesuradas y el trato por parte de ese mismo jefe era una loter¨ªa: si acertabas, todo iba bien; si no, deb¨ªas prepararte. Irse tampoco era f¨¢cil, las amenazas eran frecuentes: si te marchabas, no esperases encontrar trabajo en la tele. El jefe de todo aquello era Ram¨®n Paso, hoy denunciado por la fiscal¨ªa por presuntos delitos sexuales y de acoso contra 14 mujeres.
Yo no sufr¨ª, ni supe de ninguna agresi¨®n sexual. Sal¨ª de all¨ª sin hacer ruido en cuanto pude, ya hab¨ªa empezado a trabajar en televisi¨®n. En estos a?os, he tenido alg¨²n jefe de esos a los que les gusta sentenciar que ¡°hace mucho fr¨ªo ah¨ª fuera¡±, pero lo cierto es que lejos de donde te coaccionan hace calor.
Han contado experiencias similares Raquel Haro e Isabel Mell¨¦n. ?Qu¨¦ pas¨® con las dem¨¢s? No lo s¨¦. Lo cuento por si a alguien le sirve. Porque hay mucha vida m¨¢s all¨¢. Y por algo que no sab¨ªa entonces: que la impunidad de los tipos como el que viola a Donnie Dunn la blindan la vulnerabilidad de sus elegidos y el silencio.
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