Iker Jim¨¦nez: adi¨®s, cuenta corriente
Quien queda realmente mal aqu¨ª es el presentador del programa. Qu¨¦ mala estampa ser el agitador de un nutrido ej¨¦rcito de conspiranoicos de mediana edad vengativos y art¨ªfices de pobres estrategias de comunicaci¨®n
Contexto de la semana: el banco ING retira su publicidad del programa Horizonte ¡ªel de Iker Jim¨¦nez¡ª tras saberse que uno de sus colaboradores ¡°ambient¨®¡± sus pantalones con barro durante un reportaje sobre l...
Contexto de la semana: el banco ING retira su publicidad del programa Horizonte ¡ªel de Iker Jim¨¦nez¡ª tras saberse que uno de sus colaboradores ¡°ambient¨®¡± sus pantalones con barro durante un reportaje sobre los efectos de la dana con el fin de impactar m¨¢s a los espectadores. Se supo porque alguien grab¨® desde una ventana c¨®mo el colaborador embarraba sus pantalones antes de entrar al programa. Adem¨¢s, el espacio de Iker Jim¨¦nez daba por cierto el rumor fundado de que en el aparcamiento del centro comercial de Bonaire hab¨ªa m¨¢s de un centenar de muertos (las cifras variaban de una fuente a otra).
No es la primera vez (ni ser¨¢ la ¨²ltima) que una empresa retira su publicidad de un programa que ha cruzado una l¨ªnea ¨¦tica que afecta a la imagen del anunciante. Si esa l¨ªnea ¨¦tica no tuviera repercusi¨®n en la imagen del anunciante, no se retirar¨ªa. Y si la ¨¦tica fuera lo importante, no habr¨ªa anunciantes en televisi¨®n. De hecho, tampoco existir¨ªan muchos de los productos anunciados.
Lo que no ha sido tan com¨²n es la reacci¨®n coordinada por parte tanto de los seguidores del programa y de los simpatizantes de Iker Jim¨¦nez, que han intentado hacernos creer que iban a hundir la entidad bancaria a trav¨¦s del cierre coordinado de sus cuentas. Con desafiante candor, han ido compartiendo en la red anteriormente conocida como Twitter los pantallazos de sus cuentas. Hay que forzar el sentimiento de suspensi¨®n de la incredulidad para darle p¨¢bulo a la idea de que todos los seguidores de ese programa tienen su cuenta en ING, y que todos ellos tienen tanto dinero que son capaces de zarandear los cimientos del banco. Para terminar el pseudoboicot, han lanzado el mensaje de que la entidad estaba haciendo un corralito, presa del p¨¢nico.
Esto no pasar¨¢ de ser una an¨¦cdota que quiz¨¢s, y solo quiz¨¢s, se comente en la carrera de Publicidad y Relaciones P¨²blicas cuando toque hablar de crisis de imagen. Pero, ?de qui¨¦n es la crisis de imagen?
Quien queda realmente mal aqu¨ª es el presentador del programa. Qu¨¦ mala estampa ser el agitador de un nutrido ej¨¦rcito de conspiranoicos de mediana edad vengativos y art¨ªfices de pobres estrategias de comunicaci¨®n. M¨¢s all¨¢ del simp¨¢tico acondicionamiento, esta historia ha sido otra muestra m¨¢s de la radicalizaci¨®n de la opini¨®n p¨²blica y de un sector de la sociedad que, en vez de pedir explicaciones por una intolerable manipulaci¨®n en la cobertura medi¨¢tica de una tragedia, elige tratar de boicotear una empresa que ha sabido retirar su publicidad del peor sitio posible en estos momentos.