Actores y taquillas en la era de las redes sociales: ?int¨¦rpretes o ¡®influencers¡¯ pintamonas?
?C¨®mo puede ser que actores con tantos millones de seguidores a menudo no arrastren a las salas de cine ni a un uno por ciento de la gente que les sigue?
De cuando en cuando surge un mismo debate en medios especializados: ?c¨®mo puede ser que tal actor, con tantos millones de seguidores, no haya arrastrado a las salas ni a un uno por ciento de la gente que le sigue? ?C¨®mo puede ser que tal actriz, con tanta promoci¨®n, no haya conseguido vender m¨¢s de 3.000 entradas de cine? El primer motivo es evidente: su pel¨ªcula no ha interesado. El segundo motivo es lo que estos int¨¦rpretes venden.
Si nos paseamos por las redes sociales de los actores con m¨¢s seguidores nos vamos...
De cuando en cuando surge un mismo debate en medios especializados: ?c¨®mo puede ser que tal actor, con tantos millones de seguidores, no haya arrastrado a las salas ni a un uno por ciento de la gente que le sigue? ?C¨®mo puede ser que tal actriz, con tanta promoci¨®n, no haya conseguido vender m¨¢s de 3.000 entradas de cine? El primer motivo es evidente: su pel¨ªcula no ha interesado. El segundo motivo es lo que estos int¨¦rpretes venden.
Si nos paseamos por las redes sociales de los actores con m¨¢s seguidores nos vamos a encontrar con fotos de comilonas, barcos, sesiones de foto de moda, selfis en el camerino, mucha alfombra roja, alg¨²n ramo de flores con regalos de alguna marca de cosm¨¦tica y, si son actrices y madres recientes, una foto con el beb¨¦. Y ya. No vamos a encontrar pr¨¢cticamente nada sobre cine. Sus seguidores reciben un mensaje clar¨ªsimo: actuar es una actividad subsidiaria de la propia condici¨®n de famoso. Hablo, conste, de actores que se hicieron famosos por alguna pel¨ªcula o serie (generalmente lo segundo), no de influencers que se hayan hecho actores. La escuela de arte dram¨¢tico les sirvi¨® como catapulta a una guirnalda vital de merendolas, alfombras rojas, y sesiones de fotos adornadas, de cuando en cuando, con alg¨²n bot¨®n solidario.
Es cierto que Instagram y TikTok son redes personales y que cada uno las utiliza como mejor le parece, pero es incre¨ªble que en el propio fin de semana del estreno, casi ning¨²n actor comparta jam¨¢s una cr¨ªtica de cine, una invitaci¨®n a ir a las salas¡ todo lo m¨¢s, un story con el cartel de la pel¨ªcula que a veces, por no llevar, no lleva ni una frase de acompa?amiento que se salga del gen¨¦rico ¡°Todos al cine¡±.
La mayor¨ªa de las entrevistas son, por otro lado, semblanzas de su vida personal salpimentadas con alguna gracieta del presentador. En otras palabras, el cine es lo de menos. Este tipo de actor (que, por cierto, casi siempre es actriz), vende paellas, chuletones, bolsos de lujo, pintalabios, cadenas hoteleras, y alta bisuter¨ªa. No vende ficci¨®n, y mucho menos cine. Y esto si no abrimos el mel¨®n de los preestrenos, colonizados casi exclusivamente por gente que si no le invitan, no va al cine. Todo esto es para darle una vuelta, pensarlo, y fijarse en actores que a lo mejor no tienen tantos seguidores, pero que publicitan su trabajo y no su vacua, infantil, y burguesa vocaci¨®n de pintamonas.