El Conejo habl車
La anticipada participaci車n de Bad Bunny en el cierre de campa?a del candidato a la gobernaci車n de Puerto Rico Juan Dalmau, l赤der de una alianza entre dos fuerzas pol赤ticas, marc車 un punto de inflexi車n en la pol赤tica puertorrique?a
Nos mir芍bamos incr谷dulos. No estamos acostumbrados a ser tantos, pero el estribillo que se repet赤a una y otra vez entre la multitud confirmaba lo contrario: somos m芍s y no tenemos miedo. Las m芍s de 50.000 personas (sin contar las que trataron de llegar) que llegaron hasta el cierre de campa?a del candidato a la gobernaci車n Juan Dalmau 〞l赤der de una alianza de fuerzas pol赤ticas y del Partido Independentista Puertorrique?o〞 lo coreaba como se corean los mantras y las oraciones cuando vienen desde el est車mago: con esperanza y fe. ?Suena rom芍ntico? Lo es. Si la pol赤tica es poder y el poder es una cuesti車n de acceder a aquello que se quiere y que se desea, hablar de poder, irremediablemente, es hablar de todas las pasiones humanas, desde las m芍s bajas hasta las m芍s altas. Es decir, es tambi谷n hablar de amor.
Y el amor fue un tema recurrente en esta campa?a pol赤tica por la gobernaci車n de Puerto Rico, as赤 como por los puestos electivos de la legislatura y las alcald赤as que hoy martes se decidir芍n en las urnas. Para algunos, esta elecci車n es un ejercicio que, m芍s bien, es un simulacro que una elecci車n verdaderamente democr芍tica pues, en esta isla debido al estatus de subordinaci車n pol赤tica a los Estados Unidos (colonia moderna), las decisiones finales bien es sabido que ocurren en Washington D.C. A su vez, para otros, se trata de una demostraci車n m芍s de que el d谷ficit democr芍tico que existe en Puerto Rico o la impostura de una democracia, en nada coarta una realidad social innegable: en el pa赤s hay una cultura democr芍tica fuerte y un deseo de expresar la voluntad por medio del derecho al voto. Independientemente de la perspectiva que se tenga en torno al proceso, el ambiente en la calle confirma que hay ganas de salir a votar.
Volvamos al amor. Hace unos meses comenzaron a aparecer una serie de billboards con mensajes como ※Quien vota PNP no ama a Puerto Rico§. Esas son las siglas del Partido Nuevo Progresista, de ideolog赤a anexionista (aspiran a convertir a Puerto Rico en el estado 51 de los Estados Unidos y usan el color azul) y uno de los dos partidos que, junto al Partido Popular Democr芍tico (PPD, que usa el color rojo y fue el promotor del estatus actual de un Estado Libre Asociado) se han dividido la administraci車n del pa赤s durante las 迆ltimas d谷cadas. Contrario a como sucede en la mayor赤a de las democracias, pero a tono con la realidad de cualquier colonia, en Puerto Rico se disputan las elecciones no por fuerzas conservadoras o liberales, derechas o izquierdas, sino m芍s bien por la relaci車n que cada partido aspira a tener con la metr車poli. En tercer lugar por d谷cadas ha quedado el Partido Independentista Puertorrique?o (el PIP, identificado con el color verde).
Sin embargo, en las 迆ltimas elecciones candidatos independientes y partidos emergentes han ido arando el camino hacia una nueva fuerza pol赤tica en la que las ideolog赤as en torno al estatus pol赤tico comienzan a ponerse en pausa, para atender con urgencia los asuntos prioritarios del pa赤s. Fruto de ese camino es el nacimiento del Movimiento Victoria Ciudadana (MVC, que utiliza el amarillo y el negro) el cual junto al Partido Independentista Puertorrique?o se dieron a la tarea de juntos superar uno de los males m芍s complejos de los movimientos liberales: la mezquindad de la pureza. Esa insistencia en estar de acuerdo en 99 cosas, pero esa una que separa obliga a crear un movimiento distinto. Pusieron en pausa divisiones ideol車gicas, mantuvieron las m芍s urgentes, debatieron por largos meses 〞a?os, la verdad〞 y lograron acuerdos que redundaron en una alianza estrat谷gica con la esperanza de aglutinar en una sola fuerza el crecimiento que ambos partidos experimentaron en las pasadas elecciones.
Razones de sobra hubo para ello. Lo que va del siglo XXI ha sido el siglo del desenga?o para Puerto Rico: quiebra econ車mica, imposici車n de una Junta de Control Fiscal, huracanes devastadores, pandemia, revuelta pol赤tica, migraci車n masiva, precariedad, crisis tras crisis tras crisis. Mientras todo eso pasaba, ni?os y ni?as 〞cada vez menos〞 nac赤an y crec赤an en la ruina del pa赤s que Puerto Rico crey車 ser: la vitrina del progreso a la americana, un cristal agrietado del que hoy queda poco menos que el polvo y un par de filos que todav赤a cortan. Y esos j車venes, adultos hoy, tienen ganas de salir a votar.
A esa generaci車n pertenece Bad Bunny, el artista puertorrique?o hoy por hoy, m芍s reconocido mundialmente y con un poder de influencia que trasciende el de cualquier pol赤tico, movimiento o crisis social. Guste o no, as赤 siempre ha sido la cultura, puede m芍s que aquellos que la protagonizan y si hay una cultura que refleja 〞e hist車ricamente ha reflejado〞 el hartazgo de la juventud ante la realidad precaria de su condici車n social es la m迆sica, en este caso, el reguet車n, el trap, y en sus or赤genes el underground.
Generaciones previas se escandalizan con las letras ※vulgares§ pero olvidan que el papel del arte nunca ha sido 迆nicamente el de idealizar la realidad, sino el de mostrarla tal cual es. No quer赤an escuchar el underground del mismo modo en que no quer赤an escuchar acerca de la fallida guerra contra las drogas en cuyo coraz車n nacieron esas letras. No quieren escuchar la sexualidad y la mirada desafiante a las estructuras de las letras de Bad Bunny del mismo modo en que no quieren ver que, cuando todo ha fracasado, el 迆nico retorno posible es al cuerpo, a la casa primaria, a hacer con lo que s赤 podemos controlar lo que nos d谷 la gana. O, quiz芍s, aferrarse al placer de un verano en el que nos anestesiamos de nostalgia y del placer que sabemos inalcanzable por la v赤a de la esperanza pero el cual reclamamos como propio por la v赤a del desprecio a las instituciones que tanto han fallado.
Continuaron apareciendo mensajes similares al de aquel billboard por la ciudad y, al poco tiempo se supo que el auspiciador era Benito Antonio Mart赤nez Ocasio, Bad Bunny. Los mensajes continuaron ahora con su firma y la expectativa de un endoso del cantante al candidato de la Alianza creci車 con cada expresi車n. Expectativa compartida por la campa?a de Kamala Harris en los Estados Unidos que anhelaba ese endoso con particular inter谷s. Ambos endosos se dieron, a trav谷s de Instagram, el d赤a despu谷s de que un comediante se refiri車 a Puerto Rico como una isla basura. Hay quien a estas alturas cuestiona el valor del endoso de una figura como 谷l en una elecci車n o lo que dice acerca de una sociedad el papel 〞en t谷rminos de influencia〞 que tienen las figuras p迆blicas. Pero recordemos que en una democracia se busca sobre todo representaci車n y pocas figuras representan mejor a una persona que aquellos que son capaces de darle voz a sus emociones, a sus ideas, sentires y sentimientos. Subestimarlos o descartarlos se presenta como una mezcla de elitismo e ignorancia disfrazada de superioridad intelectual.
Entonces Benito habl車. Lleg車 al cierre de campa?a de la Alianza, realizado en una explanada inmensa en la cual miles de personas caminamos 〞como suele ocurrir en el Caribe antillano〞 entre el fango y la esperanza. El Conejo cont車 acerca de sus motivos para estar ah赤: que vivi車 como ni?o y joven criado en una familia trabajadora el descoserse de la versi車n puertorrique?a del sue?o americano al que nunca despertamos del todo. Confes車 que siendo adolescente celebr車 la victoria de un alcalde que termin車 acusado por corrupci車n, que su primer voto fue para un gobernador PNP, el mismo que sac車 del gobierno 〞en una ronda de despidos masivos〞 a miles de empleados p迆blicos, incluyendo a miembros de su familia. Explic車 c車mo el discurso del terror que se fundamenta en perder los fondos federales 〞que terminan costando mucho m芍s de lo que generan〞 y advertir que la isla terminar赤a en la peor de las precariedades o en una ruta pol赤tica dictatorial, no asusta a su generaci車n que vive en un pa赤s en el que todos los d赤as se va la luz en alg迆n lugar y que ha conocido la temida precariedad bajo el estatus actual y bajo la promesa ya agotada de la estadidad para Puerto Rico. ?C車mo asustar a una generaci車n que se hizo gente en medio de la ruina?
Ni rojo, ni azul, insiste, y como 谷l piensan tantos j車venes y no tan j車venes que quieren darle un turno al bate a los que nunca lo han tenido y arrebatarle la administraci車n del pa赤s a los que han confesado anhelar un Puerto Rico sin puertorrique?os o a los que insisten en prometer cambios 迆nicamente para que nada cambie. Pero quiz芍s su momento m芍s contundente fue cuando afirm車 que no hab赤a llegado hasta all赤 a decirle a nadie por qui谷n votar, sino que hab赤a sido la misma gente la que le hab赤a indicado qui谷n era la alternativa. Un endoso elegante, sin m芍s. Cant車 Una velita. Antes, Residente y Kany Garc赤a, acompa?ados de prodigios boricuas de la m迆sica, hab赤an cantado Hijos del ca?averal vestidos de blanco y negro, los colores de la bandera de luto que ha definido los 迆ltimos a?os de crisis en el pa赤s. La noche termin車 con Jowell y Randy, reguetoneros de los que van ※hasta abajo§, bien abajo y se quedan ah赤 sin miedo.
En los mensajes del Facebook LIVE y entre la gente se hac赤an bromas acerca de lo que pod赤a significar que el perreo hubiese llegado a las filas del independentismo; un movimiento marcado por la nueva canci車n de protesta latinoamericana y, para qu谷 negarlo, un cierto aire de superioridad que poco a poco se fue desconectando en algunas instancias del pa赤s y su realidad. Pero si la pureza puede ser profundamente mezquina, la Alianza, pero sobre todo la apertura que ha tenido el Partido Independentista Puertorrique?o a la diversidad de miradas para poder atender lo urgente y crear el espacio para lo importante, ha sido un acto de profunda generosidad. El rostro de dicha posibilidad es el de Juan Dalmau. El sonido es la voz de una generaci車n representada en gran escala por Bad Bunny. La textura es la del fango, el barro, agua y tierra para construir algo nuevo, lo que sea, pero distinto. Y el color, como si hiciera falta la met芍fora, es el de la verde luz del himno espont芍neo de nuestra isla, es el amarillo de la luz el谷ctrica que tanto nos falta y del sol saliente que tanto nos sobra. En ese balance amanece hoy.