Los latinos contienen la respiraci¨®n ante el regreso de Donald Trump: ¡°Tenemos miedo¡±
El discurso del pr¨®ximo presidente cala hondo entre los migrantes ante la amenaza de redadas y deportaciones masivas, pero tambi¨¦n entre cada vez m¨¢s simpatizantes hispanos, seducidos por la promesa de mejorar la econom¨ªa
Vestidos de quincea?era, trajes de mariachi, figuras del ni?o Jes¨²s, pi?atas, tortillas y m¨²sica grupera. No es un mercado del interior de M¨¦xico, aunque podr¨ªa serlo. El discount mall de La Villita es una meca de la econom¨ªa de la nostalgia para la comunidad mexicana en Chicago, la minor¨ªa m¨¢s numerosa de la ciudad. A ¨²ltimas fechas, sin embargo, muchos negocios han estado de capa ca¨ªda. ¡°La gente ya casi no est¨¢ saliendo¡±, explica Silvia, la dependienta de una tienda de sombreros y botas vaqueras. Ante la amenaza de deportaciones masivas, redadas y la guerra de Donald Trump contra las ciudades santuario, las ventas han ca¨ªdo, los pasillos del centro comercial se han llenado de incertidumbre y ha habido incidentes de gente que ha entrado lanzando improperios e insultos contra los migrantes. ¡°Tenemos miedo, nadie sabe qu¨¦ va a pasar¡±, admite la vendedora de 37 a?os, que ha pasado m¨¢s de la mitad de su vida sin papeles, trabajando en el otro lado.
El regreso de Trump ha puesto en alerta a 1,8 millones de latinos que residen en el ¨¢rea metropolitana de Chicago, la tercera m¨¢s grande del pa¨ªs, entre ellos una quinta parte que no tiene documentos, seg¨²n estimaciones oficiales. ¡°Nos preocupa que venga la migra¡±, afirma Mar¨ªa, otra vendedora mexicana, de 56 a?os, un par de locales m¨¢s adelante. Ella tambi¨¦n ha notado el cambio desde las elecciones de noviembre y la ansiedad que predomina a d¨ªas de que el magnate tome posesi¨®n el pr¨®ximo 20 de enero. ¡°Vamos a seguir trabajando, no hay de otra; si me agarran, voy a pelear el caso y defender mis derechos¡±, asegura.
El discurso de mano dura ha permeado entre los migrantes de la ciudad y muchos han optado por bajar el perfil o resignarse a lo que venga. ¡°Si me toca quedarme aqu¨ª o que me regresen, ser¨¢ decisi¨®n de Dios¡±, zanja un inmigrante guatemalteco, visiblemente inc¨®modo cuando le preguntan de pol¨ªtica. ¡°Mi opini¨®n no es tan importante¡±, dice una se?ora mexicana para no meterse en problemas.
El Partido Republicano ha puesto en la mira la vocaci¨®n de Chicago a favor de los migrantes. El gobernador de Texas, Greg Abbott, mand¨® a miles de refugiados y solicitantes de asilo por tierra y por aire a la ciudad, que ha absorbido a casi 52.000 personas reci¨¦n llegadas en los ¨²ltimos dos a?os, principalmente venezolanos. A ellas se suman quienes llegan por propio pie y no han entrado a los registros oficiales.
En pleno encontronazo pol¨ªtico, el alcalde Brandon Johnson ha reconocido que las autoridades ya no pueden garantizar una cama a todos los que vienen y ha acotado el sistema de acogida por la falta de recursos, aunque ha dicho tambi¨¦n que se mantendr¨¢ firme en la defensa de la migraci¨®n, enraizada en la historia e identidad de la ciudad. Pese a que Chicago es un basti¨®n de los dem¨®cratas, las autoridades han sido blanco de los cuestionamientos, por la noci¨®n de que la econom¨ªa no mejora y de que la crisis migratoria consume demasiados recursos. ¡°Me parece bien que seamos solidarios, pero desde hace a?os hay personas que viven debajo de los puentes y nadie los apoya¡±, comenta la puertorrique?a Reina Marcelle, de 53 a?os.
El choque pol¨ªtico por la migraci¨®n no es nuevo. Chicago est¨¢ desde hace a?os bajo el asedio del trumpismo. Tom Homan, el pr¨®ximo zar fronterizo, anunci¨® en diciembre que las deportaciones masivas comenzar¨¢n aqu¨ª. Antes, durante la primera presidencia de Trump, La Villita (tambi¨¦n llamada Little Village) aguant¨® cuatro a?os de amenazas permanentes de redadas contra migrantes. ¡°Desde la vez pasada el se?or hablaba mucho, vamos a ver qu¨¦ hace¡±, afirma Silvia.
¡°La mitad de mi familia todav¨ªa es indocumentada y entiendo el temor que hay¡±, afirma la congresista dem¨®crata Delia Ram¨ªrez, la primera latina que representa a Illinois en la C¨¢mara baja. ¡°Es muy importante que la gente entienda que las amenazas de Trump no s¨®lo afectan a los inmigrantes, sino que tambi¨¦n impactan en la econom¨ªa, la educaci¨®n, incluso en la seguridad y el desarrollo del pa¨ªs¡±, agrega la legisladora de origen guatemalteco. Ram¨ªrez asegura que hay que tomarse en serio las declaraciones de Homan, pero llama a que la oposici¨®n y las organizaciones eleven la presi¨®n para dejar claro que las pol¨ªticas antiinmigrantes tendr¨¢n un costo y no se podr¨¢n aplicar sin resistencia.
¡°La gran batalla de los pr¨®ximos cuatro a?os se librar¨¢ en las cortes¡±, afirma Jos¨¦ Luis Guti¨¦rrez, fundador de la red Alianza Am¨¦ricas y director del centro comunitario Casa Michoac¨¢n en DuPage. Guti¨¦rrez asegura que una coalici¨®n de organizaciones se prepara desde hace meses para enfrentar el desaf¨ªo y que cada vez hay mayor demanda de asesor¨ªas legales y capacitaciones para reaccionar ante detenciones arbitrarias.
El Gobierno mexicano prepara una estrategia de protecci¨®n consular, mientras las asociaciones alistan protestas y vigilan al mil¨ªmetro cambios en la legislaci¨®n que puedan facilitar la expulsi¨®n de miembros de la comunidad. Tambi¨¦n se han lanzado a disputar el terreno narrativo y la xenofobia para que otros grupos ¨¦tnicos se sumen como aliados. ¡°La forma m¨¢s efectiva de combatir el terrorismo verbal de Trump es que la gente conozca sus derechos¡±, afirma Guti¨¦rrez. ¡°El mayor miedo son las deportaciones, pero no ser¨¢ f¨¢cil que las hagan si nos organizamos¡±.
En el barrio vecino de Pilsen todav¨ªa hab¨ªa hasta los sesenta letreros en los negocios que le¨ªan ¡°Prohibidos los perros y los mexicanos (No dogs or mexicans allowed)¡±. Hoy se ha convertido en un s¨ªmbolo de la comunidad mexicoamericana, que rebosa de enormes murales de Mar¨ªa F¨¦lix, Pedro Infante y guerreros aztecas; homenajes solemnes a las luchas de l¨ªderes y activistas, y negocios boyantes que muestran con orgullo su herencia mexicana. ¡°Las familias est¨¢n batallando, no hay trabajo y no hay dinero, el panorama se ve bastante complicado con este presidente¡±, atisba el artista Eufemio Pulido, radicado en la zona desde hace 45 a?os y votante de Kamala Harris.
?scar, que tiene su puesto de tamales frente a la plaza Tenochtitl¨¢n de Pilsen, espera que con Trump mejore la econom¨ªa. ¡°Sabe menear el dinero¡±, asegura el hombre de 60 a?os. El discurso del republicano tambi¨¦n ha permeado entre muchos miembros de la comunidad latina, ahogados por las presiones econ¨®micas y la noci¨®n de que los dem¨®catas beneficiaron a otros grupos, como los ucranianos y venezolanos, y a ellos no les dio nada. ¡°Viven como reyes y nosotros lo pagamos con nuestros impuestos¡±, se queja el vendedor.
¡°Este Gobierno ha creado muchos par¨¢sitos¡±, zanja Rosendo S¨¢nchez, un mexicano que vot¨® por Trump por la econom¨ªa y la defensa de valores tradicionales. ¡°No voto por el partido, si los dem¨®cratas tuvieran un pol¨ªtico como Trump votar¨ªa por ellos¡±, agrega. Antonio Soto, que pide no utilizar su nombre real, asegura que el pa¨ªs necesita ¡°mano dura¡± para enderezarse y defiende la efectividad de los republicanos frente a las ¡°promesas vac¨ªas¡± de los dem¨®cratas. ¡°No se va a meter con los mexicanos que trabajan y no me ofende [cuando habla mal de los latinos] porque no soy asesino ni malandro, necesitamos a alguien que nos defienda¡±, expone.
Como ¨¦l, muchos latinos son reticentes a decir abiertamente por qui¨¦n votaron, pero los resultados hablan por s¨ª mismos. En zonas de La Villita, el apoyo a Trump pas¨® del 13% en 2020 al 32% en 2024, seg¨²n el diario Chicago Tribune. A nivel nacional, el republicano se llev¨® alrededor del 45% del voto latino, seg¨²n los medios estadounidenses.
¡°Siempre se asume que los latinos van a votar por los dem¨®cratas, ?por qu¨¦?¡±, cuestiona X¨®chitl Bada, acad¨¦mica de la Universidad de Illinois. ¡°Casi nunca se toma en cuenta que a los latinos les preocupen las mismas cosas que a los dem¨¢s¡±, agrega. La investigadora afirma que no hay explicaciones f¨¢ciles para entender los resultados, pero se?ala que las elecciones s¨ª pusieron en evidencia que los hispanos son cada vez m¨¢s diversos y las generalizaciones ya no son ¨²tiles.
Trump no ha tomado posesi¨®n, pero sus efectos ya se hacen visibles. Algunos empleadores temen ser inspeccionados y han despedido a personas sin papeles, que suelen hacer los trabajos m¨¢s duros y peor pagados. Muchos migrantes batallan para encontrar otros empleos y familias enteras empiezan a pensar en lo que sigue. ¡°Si las cosas se complican, nos iremos¡±, cuenta Kimberly, una estudiante venezolana de 18 a?os, cerca de Humboldt Park, uno de los epicentros de la crisis migratoria en la ciudad.
En medio de las temperaturas extremas del invierno y el cierre de los albergues exclusivos para migrantes, ha empezado una carrera contra el tiempo para muchos reci¨¦n llegados para encontrar trabajo y vivienda. ¡°Estamos preocupados, pero si no es aqu¨ª, ser¨¢ Canad¨¢ u otro Estado, volver a Venezuela no es una opci¨®n¡±, afirma El¨ªas Jos¨¦, de 21 a?os, que lleg¨® hace una semana a la ciudad. La ansiedad ha provocado un efecto de contagio en otras nacionalidades. ¡°Hay que cargar los papeles, uno no quiere ser un da?o colateral¡±, afirma el mexicano Alberto Hern¨¢ndez, de 45 a?os.
Pese a la incertidumbre, tambi¨¦n hay motivos para la esperanza. ¡°A diferencia de Los ?ngeles o Nueva York, los paisanos aqu¨ª estamos m¨¢s empoderados y tenemos cada vez m¨¢s peso¡±, asegura Guti¨¦rrez. Bada conf¨ªa en que los latinos ocupan cada vez m¨¢s puestos de decisi¨®n y se han organizado durante d¨¦cadas para enfrentar lo que viene. ¡°Si te quedas callado y te gana el miedo, los abusos s¨®lo van a subir¡±, sentencia. ¡°Haremos todo lo posible para que Trump no pueda llevar a cabo sus amenazas¡±, afirma la congresista Ram¨ªrez, parte de una nueva generaci¨®n de pol¨ªticos llamada a encabezar la resistencia y volver a ganarse la confianza de la mayor¨ªa.