De Golfo de M¨¦xico a Golfo de Am¨¦rica: Trump renombra el mapa, aunque con improbables consecuencias internacionales
La orden ejecutiva solo tendr¨¢ efecto a nivel nacional y es dif¨ªcil que los organismos internacionales competentes en la materia acepten la propuesta
En el mar de decretos firmados por Donald Trump como nuevo presidente de Estados Unidos en su primer d¨ªa de su segundo mandato, hay uno que pretende renombrar las aguas que ba?an el sureste del pa¨ªs. Cuando Trump lo propuso hace unas semanas sin haber hecho nunca un amague al respecto, el mundo reaccion¨® at¨®nito. Ahora, despu¨¦s de jurar en el Capitolio en Washington y tomar posesi¨®n del cargo de presidente una vez m¨¢s, el republicano ha hecho realidad su sorpresiva propuesta: por orden ejecutiva, el Golfo de M¨¦xico pasar¨¢ a llamarse Golfo de Am¨¦rica.
Ha sido uno de los ¨²ltimos puntos agregados a su agenda pol¨ªtica, junto con varios otros terremotos geopol¨ªticos como el deseo de comprar Groenlandia, un territorio aut¨®nomo de Dinamarca; agregar Canad¨¢ como 51¡ã Estado o retomar el control del canal de Panam¨¢. ¡°Estados Unidos va a reclamar su lugar como la naci¨®n m¨¢s grande, m¨¢s poderosa, m¨¢s respetada del mundo, inspirando la admiraci¨®n de todo el mundo. En poco tiempo vamos a cambiar el nombre del Golfo de M¨¦xico a Golfo de Am¨¦rica¡±, anunci¨® en su discurso inaugural este lunes, causando una cascada de aplausos y v¨ªtores. En esas mismas palabras, indic¨® que tambi¨¦n recuperar¨ªa el nombre del expresidente de finales del siglo XIX William McKinley para volver a nombrar la monta?a Denali, en Alaska, como Monte McKinley, como se llamaba hasta el 2015.
El cambio de nombre del golfo no es un homenaje al continente, sino una referencia a los Estados Unidos de Am¨¦rica, que en ingl¨¦s suele ser llamado simplemente Am¨¦rica. Y tampoco tendr¨¢ un impacto internacional previsible. Los presidentes de Estados Unidos tienen la autoridad de renombrar regiones geogr¨¢ficas a trav¨¦s de una orden ejecutiva que as¨ª lo indique, y es la Junta de Nombres Geogr¨¢ficos de Estados Unidos quien debe implementar el cambio, pero su jurisdicci¨®n es ¨²nicamente nacional.
El nombre del Golfo de M¨¦xico, como el de otros cuerpos de agua, est¨¢ regulado por el derecho internacional y dos entidades en particular: la Organizaci¨®n Hidrogr¨¢fica Internacional (OHI) ¡ª cuyo prop¨®sito es que las cartas y documentos n¨¢uticos sean uniformes y cuenta con 100 miembros, incluidos M¨¦xico, Cuba y Estados Unidos, los pa¨ªses que controlan las aguas del golfo¡ª y el Grupo de Expertos en Nombres Geogr¨¢ficos de Naciones Unidas ¡ªel ¨®rgano colegiado que tiene la competencia de discutir problemas relacionados con la estandarizaci¨®n de los nombres¡ª. Estos son los organismos que, por ejemplo, desde hace a?os median en el conflicto sobre el nombre del mar que separa a Jap¨®n de la pen¨ªnsula coreana que algunos llaman Mar de Jap¨®n y otros Mar del Este.
Ahora, incluso si estos organismos aceptan debatir la propuesta de Trump, es improbable que acepten sus argumentos por razones hist¨®ricas y legales. El golfo ha llevado su nombre desde 1540, cuando tambi¨¦n era llamado Seno Mexicano o golfo de la Nueva Espa?a, y actualmente 829.000 metros cuadrados del golfo de M¨¦xico son zona econ¨®mica exclusiva mexicana, mientras que Estados Unidos cuenta con 662.000; aunque ambos pa¨ªses comparten acuerdos sobre los l¨ªmites del territorio mar¨ªtimo, tanto para la navegaci¨®n como para las actividades econ¨®micas. De hecho, alrededor de la mitad de la capacidad de refinado de petr¨®leo y procesamiento de gas natural de Estados Unidos se encuentra a lo largo del Golfo de M¨¦xico, seg¨²n la Administraci¨®n Nacional Oce¨¢nica y Atmosf¨¦rica, y las aguas del golfo tambi¨¦n abastecen alrededor del 40% del marisco del pa¨ªs, seg¨²n el Fondo de Defensa Medioambiental.
Por estas razones, la primera respuesta de M¨¦xico a la sugerencia del cambio de nombre fue ir¨®nica. Al d¨ªa siguiente de cuando el ahora presidente Trump mencion¨® por primera vez su idea, el pasado 7 de enero, la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum proyect¨® en su rueda de prensa ma?anera un mapa de 1607 que muestra el territorio del norte de M¨¦xico y de parte de Estados Unidos mezclados. ¡°?Por qu¨¦ no le llamamos ¡®Am¨¦rica mexicana¡¯? Se oye bonito, ?no? Desde 1607, la Constituci¨®n de Apatzing¨¢n era de Am¨¦rica mexicana. Entonces, vamos a llamarle as¨ª¡±.
El cambio de nombre del golfo se enmarca en el conjunto de amenazas que Trump ha lanzado en contra de M¨¦xico. Ha acusado a su vecino al sur de estar ¡°esencialmente¡± controlado por los c¨¢rteles de la droga, los cuales ha anunciado que se designar¨¢n como organizaciones terroristas, y ha reiterado su amenaza de imponerle aranceles si el Gobierno de Sheinbaum no consigue detener de manera radical el tr¨¢fico de fentanilo hacia Estados Unidos.