El elevado costo de vida tras la pandemia acelera la salida de hispanos de Nueva York
La falta de vivienda asequible es una de las razones de m¨¢s peso para la emigraci¨®n de la Gran Manzana
Cuando el confinamiento por la pandemia empez¨® a relajarse en Nueva York, Guillermo, un colombiano de 50 a?os, se puso a buscar un nuevo hogar muy lejos de donde viv¨ªa desde hac¨ªa 25 a?os, en la zona de Hell¡¯s Kitchen en Manhattan. ?Su destino? Fort Lauderdale, Florida. Guillermo, que prefiere no desvelar su apellido, lleva ya tres a?os en este Estado del sur y apenas vuelve de vez en cuando a Nueva York a ver a los m¨¦dicos que siguen de cerca una enfermedad cr¨®nica. No es el ¨²nico que ha hecho la valija durante este tiempo. Seg¨²n el Instituto de Pol¨ªtica Fiscal (FPI, por sus siglas en ingl¨¦s) de Nueva York, entre 2020 y 2023 el Estado perdi¨® m¨¢s de medio mill¨®n de personas, el 2.7% de su poblaci¨®n. Es el mayor descenso de poblaci¨®n de todo el pa¨ªs y muchos de los que se han ido son hispanos.
Las conclusiones del FPI apuntan a que en Nueva York no se est¨¢ haciendo lo suficiente para que los residentes del Estado, y en especial las familias con ni?os peque?os, puedan tener una vida asequible y establecer una seguridad financiera. El principal problema es la falta de vivienda accesible, lo que hace que buena parte de la clase trabajadora y media decidan irse. De hecho, el 36% de los hogares que se marchan lo hacen para buscar una casa que puedan pagar, m¨¢s del doble de quienes lo hac¨ªan por esta raz¨®n antes de la covid. Otro de los costos que complican la vida a las familias con ni?os peque?os es el de las guarder¨ªas y cuidados de los menores.
Y esa es una tendencia que afecta desproporcionadamente a las minor¨ªas, tanto la hispana como la negra. ¡°La migraci¨®n de ambos grupos ha sido amplificada por la pandemia, particularmente con una fuerte subida en el caso de los neoyorquinos hispanos¡±, destaca el FPI. Seg¨²n el informe, el 24% de quienes emigran del Estado son hispanos, cuando representan el 19% de la poblaci¨®n. Su tasa de salida es un 38% mayor que la de los neoyorquinos blancos. En el caso de la comunidad negra, el 19% deja el estado, sobre todo la ciudad al igual que los hispanos, cuando son el 14% del total de la poblaci¨®n.
Las cifras que maneja el contralor de Estado, Thomas DiNapoli, apuntan hasta qu¨¦ punto ¡°para muchos neoyorquinos encontrar y mantener una vivienda adecuada y asequible para vivir se ha convertido en algo m¨¢s y m¨¢s dif¨ªcil¡±. Seg¨²n los datos m¨¢s recientes de su oficina, casi tres millones de residentes en Nueva York est¨¢n gestionando costos de vivienda que consumen m¨¢s del 30% de los ingresos familiares (el l¨ªmite de la asequibilidad) y uno de cada cinco experimenta dedica m¨¢s del 50% de lo que ingresa en pagar por tener una vivienda.
Los datos de la oficina de DiNapoli se?alan, adem¨¢s, que hay disparidades raciales en esta inseguridad de vivienda y concreta que el 55% de los hogares a cargo de hispanos tiene problemas de inseguridad en lo referente a la vivienda, comparado con el 50% de los de la comunidad negra o el 31% de los de la blanca. En la ciudad con m¨¢s personas sin techo, este es un problema ¡°que afecta desproporcionadamente a latinos y negros¡±, afirma la contralor¨ªa estatal.
Y esto es algo que coincide con los patrones de inmigraci¨®n que, seg¨²n el FPI, pueden estar influidos en parte ¡°por la brecha patrimonial racial¡±. ¡°La mayor parte de quienes llegan a Nueva York suelen ser personas j¨®venes que se establecen con un hogar y empleo estable que, en muchas ocasiones, suelen estar apoyados por recursos familiares, sobre todo en ¨¢reas de alto costo como la ciudad de Nueva York¡±, apunta el informe. En Estados Unidos quienes tienen estos recursos suelen ser, de forma desproporcionada conforme a la poblaci¨®n, los hogares asi¨¢ticos y blancos.
Guillermo coincide con otras de las caracter¨ªsticas que tambi¨¦n comparten quienes dejan atr¨¢s su vida neoyorquina: posibilidad de moverse profesionalmente por su trabajo y lazos d¨¦biles con el Estado. Como muchos que han optado por irse, este colombiano trabaja desde casa. ¡°En los ¨²ltimos tres a?os he ido tres veces a la oficina¡±, dice antes de aclarar que no tiene familiares en la ciudad.
A la hora de analizar su partida, Guillermo cuenta que influy¨® la idea de rebajar los costos de su vida y en ese sentido se fij¨® en Florida porque no hay impuestos estatales. No obstante, reconoce que hubo otras razones. El confinamiento en un hogar peque?o le hizo pensar en su vida cuando estuviera ya mayor y jubilado. ¡°El tama?o del apartamento es importante y en Nueva York son peque?os¡±, afirma.
Adem¨¢s, el reencuentro con la ciudad tras la pandemia le pareci¨® muy duro, por las calles semidesiertas y la sensaci¨®n de inseguridad. Reconoce que ahora la situaci¨®n en este sentido est¨¢ mejor, pero tom¨® la decisi¨®n de establecerse en Fort Lauderdale porque quer¨ªa un estilo de vida distinto y entre ellos priman el hecho de tener una vivienda m¨¢s grande y menos obligaciones fiscales.
Ya sea por el clima m¨¢s suave todo el a?o, los impuestos o porque tengan familia, los neoyorquinos optan bien por Florida o Nueva Jersey como los primeros destinos para volverse a asentar tras dejar Nueva York, seg¨²n el FPI, aunque muchos vuelve a sus Estados de nacimiento.
Para los economistas de este instituto, estas tendencias demogr¨¢ficas derivadas de la falta de asequibilidad en la vivienda complican la perspectiva de futuro econ¨®mico del Estado. Se considera que esta emigraci¨®n ¡°representan un fracaso a la hora de proveer a los neoyorquinos con la estabilidad necesaria para permanecer en el estado mientras desarrollan sus carreras y ampl¨ªan sus familias. Es un fracaso que requiere una acci¨®n pol¨ªtica urgente¡±, concluye el informe ?D¨®nde se necesitan estas pol¨ªticas? En una mayor oferta de vivienda para todas las franjas de ingresos y cuidados de menores asequibles.