Despedida una mujer por inventarse la amenaza de un afroamericano en Central Park
El v¨ªdeo se ha reproducido m¨¢s de 31 millones de veces en Twitter
El pasado lunes, Chris Cooper, un ornit¨®logo aficionado, paseaba por Central Park en el centro de Nueva York (Estados Unidos) cuando se percat¨® de que una mujer que paseaba con su perro -una empleada de la inversora Franklin Templeton, Amy Cooper- lo llevaba suelto. Al estar prohibido por la ley, el hombre le solicit¨® que le pusiese la correa a la mascota y su due?a comenz¨® una acalorada discusi¨®n que impuls¨® a Cooper a grabar la escena con el m¨®vil. En las im¨¢genes del v¨ªdeo que acompa?a a este texto, se puede ver c¨®mo Amy avanza hacia el hombre, que le pide que retroceda y que llame a la polic¨ªa.
Amy Cooper marca el n¨²mero de emergencias e informa con la voz entrecortada de que ¡°un hombre afroamericano¡± la estaba ¡°amenazando de muerte¡± tanto a ella como a su perro. La mujer insiste en que su vida corre peligro y apremia a la unidades de emergencia a que env¨ªen una patrulla, pero Cooper permanece a varios metros de distancia de ella y se limita a decirle ¡°gracias¡± antes de dejar de grabar.
La hermana del afectado, la guionista Melody Cooper, subi¨® el v¨ªdeo del incidente a su cuenta de Twitter, donde acumula casi 40 millones de reproducciones. El impacto de la escena ha sido tal que el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, se ha manifestado al respecto, calificando la actitud de la mujer como ¡°puro racismo¡± y como una mala utilizaci¨®n de los tel¨¦fonos de emergencia. La empresa en la que trabajaba la mujer ha emitido un comunicado informando de su despido.
Muchos usuarios de las redes sociales se han mostrado preocupados por el peligro que corri¨® Chris, en un pa¨ªs en el que las agresiones policiales hacia el colectivo afroamericano son recurrentes. Esta semana cuatro oficiales del cuerpo de polic¨ªa de Minneapolis han sido despedidos despu¨¦s de que un hombre afromericano desarmado muriese bajo su custodia. Unas im¨¢genes captaron c¨®mo uno de los polic¨ªas clavaba sus rodillas en el cuello del detenido, mientras este exclamaba que no pod¨ªa respirar.