La UE se desmarca de Trump y no contempla sanciones contra China por la mano dura en Hong Kong
Borrell critica la nueva ley de Seguridad Nacional: ¡°La autonom¨ªa de Hong Kong se ha debilitado¡±
La Uni¨®n Europea mide al mil¨ªmetro sus pr¨®ximos pasos ante la nueva ley de Seguridad Nacional con la que China amenaza con someter a Hong Kong. Los Veintisiete tienen en Pek¨ªn a un aliado irremplazable en cuestiones como cambio clim¨¢tico y comercio, y han optado este viernes por la v¨ªa del apaciguamiento a trav¨¦s del di¨¢logo. Durante una reuni¨®n de ministros de Exteriores, los socios europeos descartaron aplicar sanciones, y se desmarcaron de la senda de advertencias enunciadas por Estados Unidos, que ya no considera oficialmente que Hong Kong disponga de autonom¨ªa y amaga con imponer castigos si no se tumba la legislaci¨®n.
Durante el encuentro por videoconferencia, que se ha prolongado durante m¨¢s de tres horas y ha tenido la situaci¨®n de Hong Kong como cap¨ªtulo estrella, solo un pa¨ªs, Suecia, sac¨® a la palestra la posibilidad de aplicar sanciones, pero el resto no le correspondi¨®. ¡°Creemos que no es la forma de resolver nuestros problemas con China¡±, zanj¨® el alto representante de la UE para la Pol¨ªtica Exterior, Josep Borrell, en rueda de prensa.
El jefe de la diplomacia comunitaria admiti¨® la complejidad de la relaci¨®n con Pek¨ªn, convertido a la vez en aliado, socio, rival sist¨¦mico y competidor feroz seg¨²n la agenda de que se trate. Con Donald Trump alejando a EE UU del eje transatl¨¢ntico desde su aterrizaje en la Casa Blanca, la UE y China han estrechado sus lazos en los ¨²ltimos a?os. Los Veintisiete son el primer socio comercial de Pek¨ªn, y China es el segundo para la UE solo por detr¨¢s de Estados Unidos. Como se encarg¨® de recordar Borrell en su intervenci¨®n, China ha pasado en menos de dos d¨¦cadas de representar el 4% del PIB global a sumar el 16% de toda la riqueza mundial. Y es una pieza clave de cualquier prop¨®sito de frenar el deterioro del planeta. ¡°Cuesta imaginar que podamos hacer frente al cambio clim¨¢tico sin China, que representa m¨¢s del 30% de las emisiones globales".
En ese escenario de dependencia mutua, el dilema entre intereses y derechos humanos emerge como pocas veces antes. La disidencia democr¨¢tica teme el estallido de una brutal represi¨®n, y peligra el estatus de centro financiero internacional de Hong Kong. El juego de equilibrios al que se ve abocado Bruselas, en las formas y en el fondo, es espinoso. Y el contexto tambi¨¦n juega claramente a favor de Pek¨ªn. Con el virus haciendo capitular las econom¨ªas, la UE se lo pensar¨¢ a¨²n m¨¢s si cabe antes de tomar acciones contundentes que puedan ahondar en la inevitable recesi¨®n en curso.
Borrell elev¨® la presi¨®n con varias frases para dejar claro el malestar europeo, pero sin entrar a la confrontaci¨®n directa. ¡°La autonom¨ªa de Hong Kong se ha debilitado¡±. ¡°Creemos que la filosof¨ªa de ¡°un pa¨ªs, dos sistemas¡± est¨¢ en peligro¡±. ¡°Nuestra relaci¨®n con China est¨¢ basada en el respeto y la confianza mutua, pero esta decisi¨®n la pone en cuesti¨®n¡±. No se pas¨® de las palabras a los hechos: las represalias comerciales no est¨¢n sobre la mesa. Y el calendario de reuniones con dirigentes del pa¨ªs asi¨¢tico se mantiene inalterado. Si las restricciones por la pandemia lo permiten, los l¨ªderes europeos tratar¨¢n en persona con el presidente chino Xi Jinping en Leipzig (Alemania), el pr¨®ximo 14 de septiembre.
Mientras Europa elige una respuesta moderada confiando en herramientas diplom¨¢ticas m¨¢s discretas, los mercados aguardan con inquietud la intervenci¨®n de Donald Trump de esta tarde. En ella, el presidente de EE UU podr¨ªa anunciar la imposici¨®n a Hong Kong de los mismos aranceles que gravan a China, un movimiento que aspira a desatar la en¨¦sima secuela de la guerra comercial entre ambas superpotencias.
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