Colle brilla, a pesar de la ¨²lcera
Este v¨ªdeo glosa un ataque muy brillante, cuyo tema es la demolici¨®n del enroque, del belga Edgard Colle (1897-1932), que denota su enorme talento
Este v¨ªdeo glosa un ataque muy brillante, cuyo tema es la demolici¨®n del enroque, del belga Edgard Colle (1897-1932), que denota su enorme talento
Jos¨¦ Ra¨²l Capablanca (1888-1942) ya era campe¨®n del mundo cuando jug¨® contra Nicol¨¢i Zub¨¢rev en 1925
El duelo Aliojin-Reti (1925) es uno de los mejores que se recuerdan, seg¨²n Gari Kasp¨¢rov
La joya que protagoniz¨® Rubinstein ante Spielmann en 1925 consisti¨® en la defensa de sus piezas, que se centr¨® en el rey enemigo
Aar¨®n Nimz¨®vich, el autor de esta bella partida de 1923, es uno de los te¨®ricos ajedrecistas m¨¢s importantes de la historia
Cuando parece que las blancas han exprimido hasta la ¨²ltima gota, aparece un factor sorprendente que convierte la partida en inmortal
Y¨¦fim Bogolj¨²bov consigui¨® un final de damas ganador contra Dawid Przepi¨®rka tras un ataque furibundo, en 1922
Los libros de historia del ajedrez destacan mucho las frases c¨¦lebres del ingenioso Tartakower
Esta partida refleja la profunda comprensi¨®n de las posiciones complejas y la gran potencia de c¨¢lculo del ruso
El alem¨¢n, uno de los mejores del mundo entre las dos guerras mundiales, ten¨ªa una fuerza t¨¢ctica que aterrorizaba a sus rivales
La ¨²nica derrota del l¨ªder ruso, a los 22, pec¨® de excesivo optimismo ante David Janowski, conocido por su gran pericia t¨¢ctica y rapidez de reflejos
El maestro alem¨¢n, que ve¨ªa amenazado su reinado, derrot¨® al cubano con una deliciosa danza de caballos en v¨ªsperas de la Primera Guerra Mundial
Jos¨¦ Ra¨²l Capablanca arranc¨® de manera fulgurante en el torneo de San Petesburgo de 1914, donde firm¨° esta obra de arte
Esta partida del jugador, que pas¨® a la historia por las pol¨¦micas con Aaron Nimz¨®vich, est¨¢ pre?ada de dogmatismo, como su juego
El jugador fue uno de los padres de la escuela hipermoderna, un revolucionario enfoque de la estrategia que promueve la presi¨®n sobre el centro desde los flancos
Ni la partida ni el autor de esta obra de arte han logrado una fama proporcional a tanta belleza, entre otras razones porque vivi¨® poco
Eclipsado por sus grandes coet¨¢neos, el alem¨¢n Richard Teichmann tambi¨¦n firm¨® buenas joyas, como la que protagoniz¨® en el Torneo de Carlsbad de 1911
Edward Lasker firm¨® partidas de gran calidad. La de este v¨ªdeo destaca por la t¨¢ctica, donde la extracci¨®n espectacular del rey producir¨¢ una honda impresi¨®n
Si el ajedrez fuera s¨®lo t¨¢ctica, Frank Marshall habr¨ªa sido probablemente campe¨®n del mundo. Nos dej¨® varias joyas inmortales, y esta es la m¨¢s inolvidable de todas.
Aunque muri¨® pobre tras huir por el horror nazi, este rom¨¢ntico del deporte mental jug¨® partidas como la que gan¨® ante el gran Rubisntein, en 1911
El cubano, uno de los mayores genios de la historia del ajedrez, salt¨® a la fama en el torneo de San Sebasti¨¢n en 1911
El jugador francopolaco firm¨® joyas como la de San Petesburgo, que incluy¨® cuatro sacrificios de pieza
Akiba Rubinstein recibi¨® el Premio de la Brillantez por un mate que nunca ocurri¨®
La partida que gan¨® al polaco Bart¨®shkevich fue una de las gemas del jugador cuando tan solo ten¨ªa 22 a?os
El 'primer campe¨®n del mundo sin corona' tumb¨® a Georg Rotlewi en una de las partidas m¨¢s bellas de la historia, en 1907
El ataque de David Janovsky a Siegbert Tarrasch, en 1905, se hizo popular por barrer del tablero con gran contundencia a uno de los grandes ajedrecistas de la historia